Pese a la fuerte caída que registró la Inversión Extranjera Directa (IED) en la región y el mundo, Uruguay logró un crecimiento de 43%, a US$ 2.600 millones, lo que representa “el nivel más alto desde 2012”, según concluye un informe de la Unctad. El documento destaca la inversión de US$ 625 millones realizada a través del Fondo Coronavirus, el “dinamismo de la industria tecnológica” y la implementación de “incrementos en varios beneficios fiscales otorgados a proyectos elegibles bajo el régimen de promoción de inversiones”.
Afectada por la pandemia del covid-19, la IED tuvo un importante descenso el año pasado tanto a nivel global, como regional. Sin embargo, en Uruguay se registró un importante crecimiento de 43%, alcanzando su mayor nivel desde el pico registrado en el año 2012.
Así surge del informe anual de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad), que muestra que la IED en el conjunto global registró un descenso de 35%, mientras que en el caso de América Latina la caída fue más abrupta y alcanzó el 45%.
“Los flujos a Uruguay aumentaron un 43%, a US$ 2.600 millones, el nivel más alto desde 2012, debido a los niveles más bajos de infección por covid-19 en la región”, señala el informe de la Unctad. Además, destaca la inversión de US$ 625 millones realizada a través del Fondo Coronavirus, el “dinamismo de la industria tecnológica” y la implementación de “incrementos en varios beneficios fiscales otorgados a proyectos elegibles bajo el régimen de promoción de inversiones”.
Caída global
El documento detalla que los flujos de IED lograron recuperarse de forma rápida tras la caída que registraron durante el primer trimestre del 2020, gracias al incremento de las nuevas inversiones de capital y se expandieron los préstamos entre empresas. “De cara al futuro, la duplicación del número de proyectos totalmente nuevos en información y comunicación, alcanzando más del 37% de todos los proyectos anunciados, apunta a una industria próspera”, agregó la publicación.
A nivel mundial, “los flujos de IED se desplomaron en un 35% en 2020, a US$ 1 billón desde US$ 1,5 billones el año anterior”, según el informe. “Los confinamientos causados por la pandemia de covid-19 en todo el mundo ralentizaron los proyectos de inversión existentes, y las perspectivas de una recesión llevaron a las empresas multinacionales a reevaluar nuevos proyectos”, agrega el documento.
Además, el trabajo indica que “la caída estuvo fuertemente sesgada hacia las economías desarrolladas, donde la IED cayó un 58%, en parte debido a la reestructuración empresarial y los flujos financieros intraempresariales”.
En la región, la inversión extranjera en América Latina cayó un 45%, a US$ 88.000 millones en 2020, lo que significó el mayor desplome entre las regiones en desarrollo, señala.
Si solo se toma América del Sur, la IED se desplomó un 54%, a US$ 52.000 millones. En el caso de Brasil, los ingresos cayeron un 62%.