El turismo se vio fuertemente afectado por la crisis sanitaria. La reapertura en etapas para extranjeros vacunados genera optimismo. Los argentinos son los principales turistas que ingresan a Uruguay, pero la compleja situación del vecino país genera preocupación.
Por Sofía Tuyaré (*)
Una de las medidas impuestas en el comienzo de la pandemia en Uruguay fue la restricción en el ingreso de turistas. El 13 de marzo de 2020, cuando se declaró la crisis sanitaria en el país, se decretó el cierre de fronteras, por lo que se limitó el ingreso al país de los extranjeros no residentes.
Recientemente, el gobierno anunció que comenzará la apertura de fronteras en dos etapas. La primera será a partir del 1° de setiembre, donde se permitirá el ingreso de extranjeros vacunados que tenga propiedades en el país, con una prueba PCR negativa. Esta medida alcanza al titular, su cónyuge e hijos. La segunda será a partir del 1° de noviembre, donde se extenderá la apertura de fronteras a todos los extranjeros inmunizados y con prueba PCR negativa.
En el primer trimestre de 2020, último periodo con fronteras abiertas, aproximadamente un millón de visitantes ingresaron al país. Esto había representado una caída de 8.3% respecto al mismo trimestre del 2019. En el periodo enero-marzo del año 2020 (hasta que se restringió el ingreso), el 63% de los visitantes al país tenían nacionalidad argentina, seguido del 13% por los brasileños.
Por lo tanto, lo que suceda en la otra orilla impacta en el sector turístico del país. La pandemia golpeó muy fuerte a esta rama de la actividad económica. Las noticias de apertura generan optimismo, pero se debe ser cauto por la difícil situación que se está atravesando del otro lado del Río de la Plata.
Argentina
El vecino país enfrenta una compleja situación, tanto económica como sanitaria. Previo al estallido de la pandemia, la economía argentina enfrentaba dificultades económicas, y la aparición del covid-19 profundizó la situación. El Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina cayó en 2020 un 9.9%, debido a los efectos contractivos que provocó la crisis sanitaria. El nivel de actividad se encuentra en recesión desde hace tres años; en 2019 el PIB disminuyó 2.1% y en 2018 la baja fue de 2.6%. Por tanto, ya antes de la llegada del virus la economía argentina enfrentaba importantes desafíos.
Se espera una recuperación este año, luego de esta profunda caída, pero aún no se proyecta que se llegue a los niveles prepandemia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima, en su última actualización de abril de su informe de “Perspectivas de la economía mundial”, que el PIB argentino se expanda 5.8% este año y 2.5% el próximo.
Por su parte, el Banco Mundial (BM) en el informe de “Perspectivas Económicas Mundiales” de junio, proyecta un incremento del PIB de Argentina de 6.4% este año y de 1.7% el próximo.
Los precios son una piedra en el zapato para las autoridades económicas del vecino país, y el avance no da tregua. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en julio de 2021 la inflación fue de 3%, para el registro mensual, y con este incremento se acumula en los primeros siete meses del año un aumento en los precios de 29.1%. La inflación en la medición interanual es de 51.8%.
Se proyecta que la inflación continúe en estos niveles, y así coinciden los expertos. Así, los analistas que responden la encuesta del Banco Central “Relevamiento de Expectativas de Mercado” (REM) proyectan que los precios tengan una variación de 48.2% en 2021.
El mercado de cambios en la vecina orilla está regulado, y el cepo cambiario es un instrumento que se ha utilizado en varias oportunidades en los últimos años. Se restringe el acceso a los mercados de cambio, por lo que surgen mercados paralelos. Como consecuencia, en Argentina conviven diferentes cotizaciones de dólares, dependiendo de la naturaleza de la transacción. Para comparar la brecha entre las cotizaciones comúnmente se toma el dólar oficial y el paralelo. Tipo de cambio paralelo o “dólar Blue” el viernes 20 de agosto cotizó en el entorno de los 182 pesos argentinos por dólar y el tipo de cambio minorista Banco Central de Argentina cerró en 102.64 ese mismo viernes, por lo que la diferencia continúa acentuada.
Competitividad
Un tema relevante es la competitividad de los bienes y servicios que produce el país comparado con sus principales socios comerciales. En el caso del turismo es oportuno centrarse en la relación comercial con Argentina, debido a que, como ya se dijo, en el entorno del 60% de los turistas provienen del vecino país.
Analizamos la situación económica, que impacta en las decisiones de sus habitantes. A su vez hay que tener en cuenta el actual contexto sanitario, porque aún queda un importante sector de la población por completar el plan de vacunación y aún tienen limitado el pasaje en frontera, pero se prevén próximas aperturas.
Un punto importante es conocer cómo se encuentra posicionado el país en materia de precios, es decir, si es más caro o más barato que sus vecinos.
Un indicador interesante para comparar la evolución de la relación entre los costos del país con respecto a los principales socios comerciales es el Índice de Tipo de Cambio Real Efectivo, que elabora mensualmente el Banco Central del Uruguay (BCU). A junio 2021, último dato disponible, el indicador global aumentó 5% y con Argentina 3.3%, para la medición interanual.
Se debe tener en cuenta que el índice se elabora con cifras oficiales, por lo que se utiliza el tipo de cambio oficial para el caso de Argentina. Según muestra el indicador con el vecino país, aún se encuentra en niveles inferiores a marzo de 2020, previo al estallido de la pandemia. Si se hace la comparación a los periodos de flujo de ingresos de personas más elevados para Uruguay, vemos que se sitúa significativamente debajo del nivel registrado en la temporada de verano 2018.
(*) Economista, Master en Economía, integrante del departamento de Consultoría de Carle & Andrioli, firma miembro independiente de GGI Global Alliance.