Crisis logística internacional se agrava y preocupa a exportadores uruguayos

Teresa Aishemberg > “Es un tema que se va a resolver cerca del 2023”

Foto: Pixabay

El sector logístico internacional atraviesa por una importante crisis que ha generado un aumento de los tiempos de entrega y una disparada de los costos de envíos. Esta situación genera “preocupación” en los exportadores uruguayos, según reconoció a CRÓNICAS, Teresa Aishemberg, secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores. “No todas las exportaciones pueden cumplir con los tiempos” y “los barcos muchas veces saltean al puerto de Montevideo”, advirtió. Si bien se estimaba que este problema sería “coyuntural”, ahora se cree que recién se estaría normalizando la situación en el 2023.

Lejos de recuperarse, la interrupción de las cadenas de suministro globales está empeorando, lo que genera escasez de productos para el consumo y hace que sea más costoso para las empresas enviar bienes. Ante ese escenario, ya preocupa el encarecimiento de los precios pensando en la próxima temporada de fiestas de fin de año.

A los problemas que se venían suscitando, se le han sumado nuevos, lo que posiblemente lleve a que los compradores enfrenten precios más altos y menos opciones.

La última mala noticia volvió a llegar desde China, donde una terminal en el puerto Ningbo-Zhoushan al sur de Shanghai ha estado cerrada desde el 11 de agosto después de que un trabajador portuario diera positivo para covid-19. Las principales líneas navieras internacionales, incluidas Maersk, Hapag-Lloyd y CMA CGM, han ajustado los horarios para evitar el puerto y han advertido a los clientes que puede haber retrasos, según consignó la cadena internacional de noticias CNN.

El cierre parcial del tercer puerto de contenedores más activo del mundo está interrumpiendo las operaciones de otros puertos en China, poniendo más presión sobre las cadenas de suministro que ya sufrían por problemas recientes en el puerto de Yantian, la escasez de contenedores en curso, el cierre de fábricas relacionado con el coronavirus en Vietnam y los efectos persistentes del bloqueo del canal de Suez en el mes de marzo.

Las compañías navieras esperan que continúe la crisis mundial de transporte, aumentando el costo de mover la carga y presionando al alza los precios al consumidor.

Otra navidad en las trincheras

El costo de envío de mercancías desde China a América del Norte y Europa se ha seguido incrementando en los últimos meses, luego de un aumento a principios de año, según datos de Drewry Shipping, con sede en Londres.

El Índice Mundial de Contenedores de la compañía muestra que el costo compuesto de enviar un contenedor de 12 metros en ocho rutas principales Este-Oeste alcanzó los US$ 9.613 en la semana hasta el 19 de agosto, un 360% más que hace un año.

El mayor salto de precio se produjo en la ruta de Shanghai a Rotterdam, en los Países Bajos, con el costo de un contenedor de 12 metros que se disparó un 659%, a US$ 13.698. Los precios de envío de contenedores en las rutas de Shanghai a Los Ángeles y Nueva York también se dispararon.

El cierre de la terminal en Ningbo se sumará a los cuellos de botella derivados del cierre en junio de Yantian, un puerto a unos 80 kilómetros al norte de Hong Kong, después que se detectaron infecciones por coronavirus entre los trabajadores portuarios.

Si bien una reapertura parcial del puerto de Yantian tomó solo unos días, regresar a los servicios normales implicó casi un mes, según S&P Global Market Intelligence Panjiva, ya que la congestión se extendió a otros puertos.

Eso significa problemas para los minoristas y las empresas de bienes de consumo que intentan reabastecer los inventarios de cara a la temporada de compras por las fiestas de fin de año. «El cierre de Ningbo es ahora particularmente delicado, ya que puede retrasar las exportaciones para la temporada alta de entregas a EEUU y Europa, que generalmente llegan de septiembre a noviembre», dijo S&P Global Panjiva en una nota de investigación.

Drewry Shipping advirtió que la congestión en los puertos cercanos de Shanghai y Hong Kong está «aumentando» y extendiéndose a otras partes de Asia, así como en Europa y América del Norte, «particularmente en la costa oeste» de EEUU.

Preocupación local

Desde la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) se ve esta crisis “con preocupación”.

La secretaria ejecutiva de la gremial, Teresa Aishemberg, explicó que esta situación afecta a nuestro país porque “no todas las exportaciones pueden cumplir con los tiempos para llegar a destino” y los barcos muchas veces se saltean al puerto de Montevideo y no cargan la mercadería local. “Entonces hay distintos sectores y diferentes impactos; por ejemplo, los de (productos) perecederos, como la carne, que son volúmenes grandes, están viendo de proceder a buscar otros puertos de salida”.
Explicó que hay “escasez” de bodega. “El año pasado cuando se declaró la pandemia y el comercio mundial bajó, los armadores sacaron barcos del mar porque no cargaban, no había suficiente carga para justificar el movimiento de esos barcos. Lo que no hicieron los armadores (incrementar la capacidad logística) en este momento en donde el crecimiento de EEUU y China, al mismo tiempo que se están recuperando, demandan en esa conexión norte-norte mucha logística”, fundamentó. “Los pocos barcos que hay van hacia donde les paguen más”, remarcó.

Aishemberg explicó que esta situación ya se viene observando desde diciembre del año pasado, pero se creía que sería algo “coyuntural” y que “en el momento de crecimiento de los países como China y EEUU los armadores iban a cambiar de estrategia y no lo hicieron”. Eso llevó a algunos sectores a pedirle a la UEU que intercediera de alguna forma frente al gobierno y organismos internacionales, para tratar de incidir en este problema.

Sin embargo, no se espera una resolución en el corto plazo. “Por lo que dicen los armadores, es un tema que se va a resolver cerca del 2023. Lo que desearíamos es que cambiaran de actitud y de estrategia, viendo que se están generando cuellos de botella en todas partes del mundo en todos los puertos”.

“Lo que desearíamos es que (los armadores) cambiaran de actitud y de estrategia, viendo que se están generando cuellos de botella en todas partes del mundo en todos los puertos”, sostuvo Teresa Aishemberg.

Aishemberg indicó que a nivel de Gobierno se ha planteado el tema ante el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, aunque estimó que no cree “que puedan hacer mucho más que recibir la solicitud”.

Consultada respecto a si puede registrarse un encarecimiento de los precios de los bienes, respondió afirmativamente, y que “el más perjudicado” va a ser el consumidor final. “Van a encontrar encarecidos todos los productos, porque los fletes han subido enormemente”.


Reacción en cadena

El atraso en los puertos también está generando un efecto dominó sobre otras alternativas logísticas. Las redes de logística han estado funcionando a su máxima capacidad durante meses, gracias a la demanda impulsada por estímulos liderada por los consumidores estadounidenses y un repunte en la fabricación. La escasez de conductores de camiones en los EEUU y el Reino Unido exacerbó las interrupciones del suministro.

Las importaciones estadounidenses en marzo y mayo superaron los niveles observados en octubre de 2020, generalmente el pico de la temporada de envíos.

Las terminales aéreas reciben cantidades cada vez mayores de carga a medida que las empresas recurren a métodos alternativos para transportar sus mercancías. En algunos de los aeropuertos más grandes de EEUU, como Chicago, hay demoras de hasta dos semanas para reclamar la carga.

Los esfuerzos para contener los brotes de covid-19 han interrumpido recientemente el tráfico en los aeropuertos de Shanghai, Pudong y Nanjing, en China.