Evergrande: el “rinoceronte gris” que puede desestabilizar la economía china y mundial

Deuda > Firma aseguró que cumplirá con sus vencimientos, pero hay dudas sobre capacidad a futuro

La economía china -que atraviesa un proceso de desaceleración por brotes de covid-19- está sufriendo un nuevo golpe tras lo se puede catalogar como un “rinoceronte gris”. Evergrande, el titán inmobiliario se encuentra en un punto de no retorno frente a su deuda acumulada de más de US$ 300.000 millones y genera preocupación por posible efecto contagio sobre el sistema financiero a escala global.

Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli

Xu Jiayin fundó Evergrande en 1996 en Shenzhen, pueblo de pescadores vecino a Hong Kong, en el marco de una transformación a lo que sería luego la primera ciudad con una “zona económica especial” del país. Tras haber sido gerente en una empresa de acero en el sur de China, la empresa de Xu sólo parecía ir hacia el crecimiento.

En camino a ser catalogado como el hombre más rico de China en 2017 por la revista Forbes, Jiayin diversificó sus inversiones a vehículos eléctricos, agua embotellada, turismo, y hasta compró un equipo de fútbol (Guangzhou Evergrande).

La empresa se convirtió en un holding que al día de hoy alberga más de 1.300 emprendimientos en más de 280 ciudades de China, formando parte de Global 500, lo que la inserta entre las empresas más grandes del mundo.

Su crecimiento exponencial en dos décadas ha sido gracias al ciclo que consta en la obtención de préstamos para comprar terrenos donde se construyen apartamentos, que luego se venden rápidamente, dejando un margen de ganancia para continuar el ciclo.

Muy lejos de lo que fue su colosal fortuna de más de US$ 40.000 millones, Xu hoy cuenta con US$ 7.300 millones a su cargo según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg (actualización del 22 de septiembre), y esta diferencia va íntimamente ligada con la situación de su empresa.

“Rinoceronte gris”

Lo cierto es que desde 2017 se sabe de las enormes deudas de Evergrande, que la posicionó como la empresa del sector inmobiliario con la mayor deuda del mundo, pero esto no se tomó en cuenta como una advertencia de lo que podría deparar a su futuro.

En ese sentido, muchos han asegurado que la crisis de la empresa es un “rinoceronte gris”. El término fue usado por primera vez en 2016 por Michele Wucker en el libro “The Gray Rhino” y hace referencia de forma metafórica a un acontecimiento que todos vemos venir pero que nadie se anima a hacerle frente.

Si bien las ventas vienen en picada desde mediados del 2020, se le sumó un obstáculo con las políticas anunciadas en julio del año pasado por el presidente de China Xi Jinping, que apuntaban a la regularización de las deudas del sector inmobiliario.

Sólo este lunes sus títulos cayeron un 17%, y ya llevan una caída acumulada del 90% desde  principios del 2021.

Imperio en decadencia

Luego del pronunciamiento gubernamental, desde Evergrande se hicieron grandes intentos por reducir la deuda, y en sus proyecciones estarían reducidas a la mitad en 2023.

Entre estos intentos se deshicieron de varios negocios que tenían que ver con los sectores del turismo y el automotor, y también se pusieron a la venta propiedades con voluminosos descuentos.

Contrariamente a lo esperado, la empresa no pudo reducir sus deudas y, por el contrario, su pasivo se hizo cada vez más grande.

Tras la llegada de los primeros proveedores con problemas de impago y propietarios engañados que se manifestaron frente a la sede, en agosto de este año la empresa admitió en un comunicado que tenía “algunos” problemas de solvencia y liquidez. 

Se supo también que además de las vías bancarias y de los bonos tradicionales, el imperio inmobiliario en decadencia habría acudido a lo que en China se conoce como “Shadow Banking” (sector bancario informal).

Sobre el final del mes pasado, Evergrande se manifestó en un comunicado dirigido a la Bolsa de Hong Kong advirtiendo que su empresa estaba incurriendo en “riesgos de incumplimientos en préstamos y casos de litigios fuera de su curso normal de negocios”. Sumado a esto, el “significativo declive” en las ventas de setiembre “provocará un continuo deterioro en la recaudación de efectivo (…), lo que a su vez ejercerá una tremenda presión sobre el flujo de caja y la liquidez del grupo”.

La semana pasada el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China advirtió a los bancos que Evergrande no iba a poder cumplir con sus obligaciones financieras con vencimiento para esta semana.

Salvavidas del gobierno

Mucho se ha especulado en los últimos días sobre si es pertinente que el gobierno chino tome las riendas del problema e intente solucionarlo para evitar la peor de las consecuencias que sería un efecto dominó que arrastre a bancos y otros negocios inmobiliarios.

Varios expertos y analistas en negocios se han pronunciado al respecto como S&P Global Ratings, quienes publicaron una nota de investigación el martes explicando que «el apoyo del Gobierno para prevenir un incumplimiento solo es probable si los riesgos de contagio hacen que otros grandes desarrolladores fracasen».

Alivio momentáneo

Sin embargo, trayendo algo de calma a este mar embravecido, el gigante inmobiliario emitió un comunicado en la bolsa de Hong Kong confirmando que saldará los intereses de los bonos en yuanes, aclarando que se han resuelto mediante negociaciones.

La noticia hizo subir las acciones en un 30% en la madrugada de ayer jueves en China. Aunque lejos de sembrar esperanza, esto dejó un velo de incertidumbre sobre el futuro de la empresa y de sus compromisos financieros que están próximos a vencer -principalmente los intereses de bonos en dólares que mantiene pendientes-.

“Las empresas chinas suelen pagar los intereses de los bonos locales a través de una cámara de compensación; cuando acuerdan pagar directamente a los tenedores de los valores, en general es porque las empresas no pueden cumplir sus obligaciones a tiempo, dijo Li Kai, socio fundador del fondo de bonos Shengao Investment al diario chileno “La Tercera”.

De acuerdo a algunos medios, las autoridades chinas de regulación de mercados le dieron a los directivos de Evergrande  una serie de instrucciones, pidiéndoles en particular que evitaran un default (cesación de pagos) de su deuda en dólares.  


Temor por el “Lehman Brothers chino”

Si bien los problemas al menos hasta ahora parecen concentrados al sector inmobiliario de China, el tamaño de la empresa y el peso que tiene el gigante asiático en el mundo actual, ha llevado a muchos a cuestionarse si no estamos frente a un “Lehman Brothers chino”, el gigante de inversiones que quebró en 2008 marcando el inicio de la crisis financiera internacional. La respuesta, al igual que en aquella oportunidad, estará en cómo se gestione el riesgo sistémico en caso de un default o quiebre de la empresa. 

De momento, los principales impactos se han visto a través del canal financiero. Los principales indicadores bursátiles de China, pero también del resto del mundo, han registrado importantes descensos en sus cotizaciones, como consecuencia de las turbulencias generadas por Evergrande. 

Pero también preocupa el impacto que pueda tener esta situación sobre la economía real. Si esta crisis impacta en el crecimiento de China (que ya se estaba debilitando por la aparición de brotes de covid-19 vinculados a la variante delta), podría afectar al crecimiento global, y en particular afectar a varios países de América Latina, entre ellos Uruguay, que tienen en China a un importante socio comercial.

En el caso de Uruguay, China es desde hace años el principal socio comercial del país y con -bastante distancia- el principal destino de nuestras exportaciones. El año pasado, pese a registrar una leve caída, las ventas hacia China representaron el 21% del total exportado, y en lo que va de 2021, la participación de China es del 22,5%.