El consumo registró una caída del 7% en setiembre respecto al mismo mes del año anterior con bajas en todas las familias de productos, según el informe Radar de Consumo de la firma Scanntech. Sin embargo, la facturación registra un crecimiento de 5% en el acumulado anual, lo que se debe fundamentalmente a la inflación de alimentos que se encuentra en un 10,9%. El presidente de Cambadu, Antonio Ameijenda, señaló que la creciente aparición de negocios pequeños como verdulerías o almacenes, incide de manera negativa en las ventas de los negocios más grandes.
Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli
El informe Radar de Consumo, elaborado por la firma de pagos Scanntech, está compuesto por un panel de 1.500 puntos de venta en todo el país (sobre los 6.000 que gestiona Scanntech), con foco en el canal Supermercados Independientes y Autoservicios, que representan aproximadamente el 90% de la facturación de este canal.
En su último informe, correspondiente al mes de setiembre, se verifica una caída del consumo del 7% respecto a igual mes de 2020, con bajas en todas las familias de productos. Los departamentos con más caídas fueron Maldonado y Montevideo.
De acuerdo al informe, enero fue el único mes del año con estabilidad, y a partir de febrero se viene dando una tendencia a la contracción del consumo, acumulando en el año una caída de 6%. Sin embargo, la facturación ha crecido un 5% en el acumulado anual. Algo que parecería ser contradictorio encuentra su razón de ser en la inflación, la cual está por encima del nivel de lo que se vende.
Almacén de la esquina
Ante estos datos, CRÓNICAS dialogó con Antonio Ameijenda, presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), acerca de su visión sobre el sector y los datos del informe, explicando que la caída del consumo era esperable ya que hay un gran porcentaje de la población desempleada o en seguro de desempleo. “La gente está con menos poder adquisitivo”, describió.
El directivo también fundamentó que algo que ha llamado mucho la atención es la creciente aparición de negocios pequeños, como verdulerías o almacenes, lo que incide de manera negativa en los negocios más grandes. El ejecutivo lo comparó con un fenómeno que se vio en el 2002, que se dio -en gran medida- a consecuencia de la desocupación. «Son negocios pequeños que están abriendo por no tener otra alternativa de trabajo», relató Ameijenda.
También se refirió a que -muchas veces- estos negocios pequeños no están registrados, por lo que quedan fuera de estos informes, afectando los cálculos estimativos de las estadísticas. Pero aún así, reconoce el aumento simplemente porque se pueden ver en la calle y porque, más allá de no estar registrados, “han aumentado los pequeños negocios de Cambadu», aseveró.
Según Scanntech, Montevideo y Maldonado han sido los departamentos más afectados en lo que va del año, con una fuerte caída del 9% del consumo que, según el empresario, esto se le puede atribuir a la baja actividad turística que están recibiendo estos dos departamentos. “La gente no está saliendo”, explicó.
A más altura, más caída
Según el presidente de Cambadu, «los más grandes caen más que los chicos». Para analizar estos datos, es necesario tener presente que el sistema Scanntech hace una selección de los puntos de venta que van desde supermercados de cercanía hasta negocios de dos cajas. Por esta línea, estos pequeños negocios emergentes, al no estar registrados, no entran en los radares. Y en suma, muchos de los que sí lo están, aún pueden no entrar porque no alcanzan la magnitud que se toma en cuenta.
Así es que, el ticket promedio en el mes de setiembre para negocios de dos a tres cajas es de $ 283, los de cuatro cajas o más un promedio de $ 393. Ambos, con caídas del 6% del consumo acumulado. En este sentido, los valores en diferentes tipos de negocios casi no presentan variaciones pese a sus características.
“Frente a la situación de postpandemia, el negocio de cercanía se ha posicionado y la gente lo está apreciando como lugar de mejores precios, velocidad y mejor atención. La ciudadanía ha favorecido este sector”, afirmó el dirigente.
«La apertura puede perjudicar a unos y favorecer a otros», reconoció Ameijenda.
Lo último que se pierde
Desde Cambadu, tienen las esperanzas puestas en la temporada que está llegando. Consideran que la apertura de fronteras aumentará el flujo turístico y, llegado el momento, se compensará al comercio. Pero aún con este escenario, reconocen que no será fácil, ya que la diferencia cambiaria puede jugar en contra. “Una mala pasada sería que se vayan más uruguayos al exterior que el turismo que ingrese al país”, aclaró.
También aludió a que la apertura de fronteras puede llevar a una baja en el consumo en el litoral, lo que haría bajar aún más los números. «La apertura puede perjudicar a unos y favorecer a otros», reconoció Ameijenda.