Crear un ambiente interno propicio para la creatividad
Para que un ambiente de trabajo sea innovador es necesario que haya espacio para experimentar, para jugar y para momentos de intercambios.
La carga de trabajo también es un punto de atención.
Colaboradores que son consumidos por las actividades cotidianas no tienen tiempo, ni cabeza, para dedicarse a pensar en ideas nuevas.
Fuera de eso, es necesario que haya personas abiertas para lo diferente, pues es natural que ideas muy disruptivas acaben generando resistencia.
Y por eso tener sponsors es importante para que las ideas no sean rechazadas antes de haber sido puestas a prueba
Estimular la colaboración interna y externa
La colaboración es un punto clave para que la innovación ocurra.
La cooperación entre los sectores de la empresa es esencial, pues cada área tiene su expertise y una percepción única sobre un mismo problema.
Y por eso, cuando existe el intercambio, estas percepciones se complementan y un espacio para la creación de nuevas formas de pensar o hacer alguna actividad es potenciado.
De la misma forma, cuando la empresa está abierta hacia afuera, gana más recursos y oportunidades para innovación, dado que puede contar con clientes, asociados y competidores para impulsar acciones de innovación.
La perspectiva de quien está afuera de la organización, y con percepción menos sesgada, puede traer insights valiosos en la reinvención de una industria.
Asociaciones estratégicas entre startups y empresas ya consolidadas han sido cada vez más frecuentes, ya que la complementariedad entre ellas puede traer resultados muy positivos para las dos partes.
Aprender a lidiar con el fracaso como parte del proceso
La incerteza es inherente al proceso de innovación y, por eso, las empresas que desean incentivar iniciativas innovadoras necesitan estar abiertas para lidiar con el fracaso de una forma natural, principalmente cuando se trata de una innovación disruptiva.
La cultura del error y del aprendizaje continuo no es siempre bien vista dentro de las compañías, generando miedo al riesgo, por eso es fundamental que se adopten medidas de incentivo al error.
Fuera de eso, las fallas que ocurren a lo largo del proceso impactan directamente el plazo, y, consecuentemente, la inversión del mismo.
Muchas empresas no se preparan para una inversión de largo plazo y acaban interrumpiendo un proyecto anticipadamente, generando resultados negativos para el proceso de innovación y para la motivación de los involucrados.
Incentivar al equipo a innovar
El estímulo a la innovación debe ser constante y exige un compromiso de la alta gestión.
Para que se sientan empoderados, los colaboradores necesitan sentirse apoyados por sus líderes cuando necesitan asumir riesgos o ausentarse de sus actividades por estar involucrados en proyectos de innovación.
A parte de eso, programas de premiación o tiempo reservado para dedicarse al proyecto de innovación para colaboradores que propongan una idea interesante también pueden ser factores de motivación.
Estos son los desafíos que las empresas enfrentan al innovar
Conocer estos desafíos y entender la cultura de la empresa que quiere hacer el cambio es el primer paso para lograr enfrentarlos.
Esta transición para una cultura de innovación requiere consistencia y persistencia, pues, como ocurre en todo tipo de cambio, habrá resistencia.
Mientras mayor sea el número de personas involucradas en esta operación, más difícil es lograr la alineación o el consenso de todos, por eso, es importante que la gestión tenga convicción sobre el movimiento y se haga un trabajo cuidadoso de gestión de cambio, para que todos los involucrados se sientan respetados y acogidos dentro del proceso.
Los desafíos mencionados antes son apenas algunos aspectos considerados importantes en la construcción de una cultura más innovadora.
Fuente: Martina Basile, líder del área de Digital Design e Innovación