Tras mantener su política monetaria sin cambios, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, reconoció que la recuperación de la economía está perdiendo impulso y que espera que haya “un fase de mayor inflación de la que se creía”. La crisis logística, los problemas de suministro, la falta de trabajadores en algunos sectores, son los motivos que explican el enfriamiento de la actividad. Aún así, descartó que se esté ingresando en un período de estanflación.
Lagarde reconoció que la recuperación económica está perdiendo impulso debido a la escasez de suministros y la falta de cierto tipo de trabajadores en algunos sectores de actividad. «La economía de la zona del euro sigue recuperándose con fuerza, aunque el impulso se ha moderado en cierta medida. La escasez de materiales, equipos y mano de obra está frenando la producción en algunos sectores», afirmó Lagarde ayer jueves tras la reunión de la entidad monetaria.
La crisis logística está generando problemas en todo el mundo, afectando el dinamismo económico en varios países y también está comenzando a enlentecer el crecimiento de EEUU (ver nota página 16).
Asimismo, el encarecimiento de la electricidad y la energía en general podría afectar el poder adquisitivo de los europeos, erosionando el consumo. Según advirtió Lagarde, tanto la oferta como la demanda se enfrentan a desafíos de corto plazo, aunque interpreta que a mediano y largo plazo estos riesgos deberían desaparecer.
En materia de inflación, la presidenta del BCE reconoció que seguirá subiendo a corto plazo, aunque espera cierto descenso a lo largo de 2022. Atribuyó la suba de precios al encarecimiento de la energía y la mejora de la demanda interna, y espera que haya una fase de mayor inflación de lo que se creía. “Si los cuellos de botella se traspasan a unos salarios mayores, la inflación puede mantenerse alta por más tiempo», agregó Lagarde, aunque insistió en que el escenario más probable es de presiones inflacionarias “transitorias”.
«Los cuellos de botella se aliviarán a medida que la demanda y la oferta alcanzan un nuevo punto de equilibrio. La cuestión es que esto llevará un poco más de tiempo de lo que habíamos previsto en un principio, hasta que haya más cargueros disponibles, hasta que la organización en los puertos mejore, estas mejoras serán graduales y llevarán buena parte de 2022», indicó Lagarde.
Sin estancamiento
Por último, la funcionaria del BCE descartó un escenario de estanflación. “Para sufrir estanflación hay que sufrir un estancamiento económico, y por ahora no hay síntomas de estancamiento económico en nuestro horizonte, entonces la inflación es una preocupación, pero no prevemos un periodo de estanflación», argumentó.
Tras la reunión, y pese que la inflación se ha acelerado, el BCE mantuvo la tasa de interés principal en el 0%, la tasa sobre la facilidad de depósito en -0,5% y la facilidad de crédito en 0,25%.
También se mantuvo el programa de compra de activos en el marco del programa de emergencia frente a la pandemia (PEPP), que será levemente inferior al del segundo y tercer trimestre de este año, como se anunció en setiembre. No obstante, reiteró que este programa finalizará en marzo de 2022. Por otro lado, el programa convencional seguirá comprando bonos a un ritmo de 20.000 millones de euros mensuales.