El Banco Central del Uruguay (BCU) presentó nueva información en su reporte trimestral sobre la gestión de reservas de la institución, incorporando nuevos datos e indicadores de riesgo. El gerente del Área de Gestión Monetaria y de Pasivos de la entidad, Fabio Malacrida, explicó que las reservas juegan un rol contracíclico, ya que al estar nominadas en moneda extranjera se valorizan en momentos de crisis interna. El BCU incorporó en sus reservas una inversión en cartera de bonos verdes, y se aumentó la participación en títulos respaldados por hipotecas y en bonos corporativos.
Cada tanto, a nivel político o desde algunos actores de la sociedad se propone utilizar los activos de reserva que tiene el BCU para cumplir con algún objetivo de política económica. Sin embargo, desde la entidad siempre se defiende la importancia de esos activos para disminuir las turbulencias en momentos de volatilidad y para brindar estabilidad a la política.
El BCU presentó cambios en su informe trimestral de Gestión de Reservas incorporando nuevos datos e indicadores, que fueron detallados durante una reunión informativa con medios especializados, de la que participó CRÓNICAS.
El gerente del Área de Gestión Monetaria y de Pasivos del BCU, Fabio Malacrida explicó el significado de los activos de reserva, su funcionamiento e importancia, y brindó detalles sobre la nueva información contenida en el reporte trimestral.
Las reservas son activos externos que tienen determinadas características específicas: deben estar nominadas en moneda extranjera, estar bajo una jurisdicción extranjera, y tener una disponibilidad inmediata.
“En grandes líneas, el BCU mantiene Activos de Reserva como un instrumento de apoyo a la política monetaria y cambiaria a efectos de cumplir con la finalidad de estabilidad de precios”, señala el informe. En ese sentido, las reservas permiten “asegurar el acceso a la liquidez en moneda extranjera para poder intervenir en el mercado de cambios cuando las circunstancias lo ameriten” y “garantizar el servicio de la deuda en moneda extranjera del BCU”. Además, un adecuado nivel de reservas permite reducir la probabilidad de crisis debido a shocks externos.
Malacrida explicó que el hecho de que estos activos estén nominados en moneda extranjera genera un “efecto contracíclico”, y por ello funcionan como “una especie de seguro” para momentos de volatilidad. “Si tenemos una situación de inestabilidad que requiere que usemos esas reservas, ese activo tiene que valorizarse en momentos de esas crisis”, explicó Malacrida. Puso como ejemplo que si el BCU tuviera bonos de una empresa uruguaya, en momentos de inestabilidad local esos bonos perderían valor. Además, estos activos deben tener una disponibilidad inmediata, ya que “no sirven si voy a tener dificultades para hacerme del efectivo”.
El funcionario del BCU subrayó que “uno de los efectos más importantes de las reservas es que reducen la probabilidad de crisis de balance de pagos debido a shocks externos”, lo que mejora la confianza de los agentes del mercado y redunda en una reducción del riesgo país y, en consecuencia, hace caer el costo de financiamiento, no sólo del sector público, sino también para el sector privado.
Cambios
Hasta ahora, los informes publicados por el BCU contenían información sobre la definición de las reservas, su justificación para tenerlas, así como el marco legal y una descripción de la estructura de las reservas en los diferentes portafolios. Ahora, a esa información se le anexa una sección que resume los principales movimientos efectuados en el trimestre, cambios que refieren a la búsqueda de eficiencia y de optimizar los portafolios dado el nivel de riesgo establecido.
Además, se incorporan nuevos indicadores de riesgo. A los riesgos de liquidez, de crédito, de moneda y de tasa de interés, ahora se agrega el de duración efectiva como forma de medir el riesgo de la tasa de interés; y el de la rentabilidad por portafolio y del total de activos de reserva.
De acuerdo al reporte del BCU, en el tercer trimestre del año se realizaron diversos movimientos de portafolio buscando “una mayor diversificación de los activos de reserva con el fin de aumentar el retorno esperado sin afectar el nivel de riesgo agregado del portafolio”.
Respecto a los motivos por los que se cambia constantemente la cartera de reservas, Malacrida fundamentó que con ello “se busca esa frontera de eficiencia”, es decir, que en un nivel de riesgo adecuado tienda a subir el retorno esperado, o si estamos ya en un nivel de retorno esperado, minimizar el riesgo. “No sirve aumentar el nivel de retorno si aumentamos el nivel de riesgo”, aclaró el funcionario del BCU.
Por último, indicó que el BCU incorporó una inversión en cartera de bonos verdes, y se aumentó la participación en títulos respaldados por hipotecas y en bonos corporativos.
La intención con la inversión en bonos verdes es la de “ir evaluando su desempeño”, y se estima que es un fondo que puede llegar a crecer en su volumen a futuro.
El BCU explica en su informe que las decisiones de inversión se basan en tres pilares: liquidez, seguridad y rentabilidad.
Respecto a éste último pilar, Malacrida comentó que la rentabilidad de las reservas del BCU está condicionada por dos puntos: las bajas tasas de interés a escala internacional, que se encuentran en niveles históricamente bajos, y a que el BCU es un inversor “con un perfil de riesgo muy conservador”, para evitar que la capacidad contracíclica de las reservas se vea afectada.
Reservas al cierre del tercer trimestre alcanzaron los US$ 17.137 millones
Al cierre del 30 de setiembre de 2021 los activos de reserva del BCU ascendían a US$ 17.137 millones. Las mismas están compuestas por el Fondo de Liquidez (que asciende a US$ 5.337 millones, un 31,1% del total), el Fondo Precautorio (US$ 4.250 millones, 24,8%), el Fondo Inversión (US$ 2.241 millones, 13,1%) y el Fondo Especial (US$ 4.203 millones, 24,5%). En bóvedas del BCU hay en billetes US$ 55,6 millones, lo que representa un 0,3% del total de reservas, y en el rubro otros (que incluye Derechos Especiales de Giro, Convenios, entre otros) hay US$ 1.051 millones, lo que representa un 6,1% del total de reservas del BCU.
En cuanto la moneda de nominación, prácticamente la totalidad -el 97,3%- se encuentra en dólares.
Respecto a la distribución por tipo de contraparte, más de la mitad de las reservas (51,7%) está en bonos del Gobierno de EEUU, un 17,7% está en depósitos a la vista o de muy corto plazo, y un 16,5% con agencias europeas.