El Banco Central del Uruguay (BCU) elevó en 50 puntos básicos la Tasa de Política Monetaria, ubicándola en 5,75%, buscando “afianzar el proceso de reducción de las expectativas de inflación, en un escenario de recuperación”. Se indica que “en la medida que no haya retrocesos en materia sanitaria, la prioridad de la política monetaria se centrará en conducir las expectativas de inflación al centro del rango objetivo”.
El Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU se reunió ayer jueves y no solo resolvió continuar con el proceso de aumento de tasas iniciado hace tres reuniones, sino que la suba fue mayor a la de anteriores oportunidades.
Al analizar la coyuntura internacional, interpreta que se continúa observando una recuperación de la actividad económica, pero advierte por “un fenómeno generalizado de inflación internacional más alta y persistente que lo esperado inicialmente”. A escala regional, se continúa viendo una mejora de la situación sanitaria, pero las perspectivas de crecimiento económico se han deteriorado. En particular, se menciona el elevado grado de incertidumbre vinculado a las elecciones parlamentarias de Argentina.
En el plano local se sigue apreciando una recuperación de la actividad económica aunque la misma es “asimétrica” por los protocolos de reapertura de actividades, y se ha constatado una mejora de los indicadores del mercado de trabajo. El crecimiento de la economía ha estado liderado por las exportaciones, el consumo privado y la inversión, y el Copom interpreta que la apertura de fronteras reforzará la recuperación en el último trimestre del año.
En materia de inflación, en octubre aumentó en términos anualizados ubicándose en 7,89%, una aceleración que fue acompañada también por la inflación subyacente (que excluye los precios más volátiles y administrados). “Se ha enlentecido la convergencia de las expectativas de inflación al objetivo de inflación y aún se mantienen fuera del rango”, advierte el comunicado. “Adicionalmente, en los primeros acuerdos salariales logrados se han observado desvíos respecto a la pauta salarial propuesta por el Poder Ejecutivo, tanto en los ajustes nominales como en la frecuencia de los correctivos, aumentando el riesgo de indexación de la cadena de precios”, agrega.
El camino de siempre
En este marco, la tasa de colocaciones a un día (T1D) se mantuvo en el entorno del 5,25% anual anunciado como valor de referencia de la Tasa de Política Monetaria (TPM), en un mercado de dinero cuya liquidez se ha seguido canalizando hacia instrumentos de regulación monetaria y hacia el crédito de manera incipiente.
En ese sentido, “el Comité entiende necesario afianzar el proceso de reducción de las expectativas de inflación, en un escenario de recuperación y, para ello, juzga conveniente ubicar la tasa de política monetaria en 5,75%”. “Se espera que este paulatino proceso de salida de una fase expansiva de la política monetaria continúe en las próximas instancias de decisión, atendiendo tanto a la reacción de las expectativas de inflación, como al desarrollo de la situación sanitaria y económica”, agrega el comunicado.
El BCU insiste en que “en la medida que no haya retrocesos en materia sanitaria, la prioridad de la política monetaria se centrará en conducir las expectativas de inflación al centro del rango objetivo de 3% a 6% en el horizonte de política monetaria de 24 meses”.
Covid-19 sigue representando una importante fuente de riesgos a nivel internacional
El sistema financiero uruguayo se encuentra estable y en condiciones de procesar los riesgos identificados, en particular aquellos asociados con los impactos del covid-19, según concluyó en su reunión trimestral el Comité de Estabilidad Financiera del BCU.
En la reunión se consideró que los efectos del covid-19 siguen representando una importante fuente de riesgos a nivel internacional. Si bien hay mejoras en términos de contagio, se advierte que el desigual ritmo de vacunación favorece la aparición de nuevas variantes, y con ello, potenciales rebrotes que puedan representar “un riesgo de importancia sistémica”.
Se destaca que la economía mundial continúa su proceso de recuperación, aunque algunos indicadores de alta frecuencia dan cuenta de una desaceleración del ritmo. En particular, se menciona la situación de China, donde algunas empresas del sector inmobiliario y restricciones energéticas podrían determinar una desaceleración del ritmo de crecimiento.
En cuanto a los mercados financieros, se entiende que la volatilidad se mantiene en niveles reducidos y los índices accionarios continúan aumentando, superando incluso niveles de prepandemia. No obstante, se advierte que “este optimismo, sustentado en parte en políticas expansivas en respuesta a la pandemia, podría ser excesivo en un marco de alta incertidumbre, pudiéndose traducir en mayor sensibilidad de los mercados ante eventos y noticias, en particular aquellas vinculadas a las perspectivas de inflación de las economías avanzadas”.
A nivel local se destacaron los “signos de recuperación” de la economía en el segundo trimestre, pero se advierte que la actividad continúa por debajo de los niveles previos a la pandemia. Aún así, las calificadoras de riesgo han ratificado la calificación crediticia de Uruguay.
El Comité de Estabilidad Financiera destaca que el sistema local ha contribuido a procesar los efectos negativos del choque ocasionado por el covid-19 y a canalizar las medidas económicas adoptadas por el gobierno, al tiempo que los indicadores de solvencia y liquidez del sistema bancario son adecuados.
“Del análisis realizado se concluye que el sistema financiero doméstico se encuentra estable y en condiciones de procesar los riesgos identificados. Las propias capacidades del sistema, dentro de las que se destacan sus niveles de solvencia y liquidez, así como las medidas de política que vienen siendo implementadas, determinan que el sistema financiero esté en condiciones de contribuir al procesamiento de los riesgos, facilitando de esta manera al desempeño presente y futuro de la economía”, señala el comunicado.