La agencia calificadora de riesgo DBRS mantuvo la nota de la deuda uruguaya en BBB, un escalón arriba del grado de inversión, y mejoró de estable a positiva la perspectiva de la misma. Esta decisión se sustenta en los “sólidos fundamentos políticos y macroeconómicos” del país y la mejora de la perspectiva fiscal. Si bien advierte que los riesgos derivados de la volatilidad en la región son elevados, se interpreta que el amplio stock de reservas, la gestión de la deuda, la diversificación de mercados y una sólida regulación del sistema bancario “refuerzan las defensas de la economía ante posibles shocks”.
La agencia calificadora de riesgo financiero DBRS Morningstar, de origen canadiense, mantuvo las calificaciones de emisor en moneda local y extranjera a largo plazo de Uruguay en BBB (baja), pero cambió la perspectiva a “positiva desde estable”. Al mismo tiempo, confirmó las calificaciones de emisor en moneda local y extranjera a corto plazo en R-2 (centro).
De esta forma, la calificación de Uruguay permanece un escalón por encima del grado de inversión.
La mejora en la perspectiva de la deuda se explica en la mejora de la perspectiva fiscal debido a los esfuerzos de consolidación fiscal y las mejoras institucionales al marco presupuestario. “Si bien las rigideces del gasto siguen siendo un desafío crediticio a mediano plazo, el estricto control del gasto por parte de la administración de Lacalle Pou y la eliminación gradual de los programas relacionados con la pandemia el próximo año deberían ayudar a colocar las finanzas públicas en una posición más sostenible”, señala el comunicado publicado por la firma de origen canadiense.
Por su parte, en un comentario publicado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la directora de Política Económica de la cartera, Marcela Bensión, destacó que “Uruguay se encamina a un punto de inflexión en el combate a la pandemia, y la economía muestra indicios claros de recuperación de la actividad”. Además, subrayó que eso se da en un marco de “manejo responsable de las finanzas públicas y la implementación de una regla fiscal que cuida el dinero de todos los uruguayos”. Añadió que “la mejora en la perspectiva de calificación confirma esta visión auspiciosa”.
Equilibrios
La agencia destaca los “efectos acumulativos de la diversificación gradual de la economía”, así como “la reducción de la exposición del país a los shocks externos”.
Aunque se destaca la recuperación económica registrada en la primera mitad del año, se advierte que “fue desigual”. La “gran ola” de casos de covid-19 que se registró en el país entre marzo y junio “retrasó la reactivación del consumo privado”, pero se remarca que “la inversión y las exportaciones se expandieron rápidamente”.
Asimismo, el control de la situación sanitaria y la reapertura de fronteras a los no residentes vacunados “debería apoyar al sector turístico”, y los datos de seguro de desempleo “apuntan a un fortalecimiento del mercado laboral”.
DBRS destaca que “en general, las perspectivas de crecimiento parecen mejores que en el período anterior a la pandemia. El FMI proyecta un crecimiento del PIB del 3,2% en 2022 y del 2,7% en 2023”.
“La confirmación de las calificaciones BBB de Uruguay equilibra sus sólidos fundamentos políticos y macroeconómicos con sus presiones fiscales de mediano plazo, un modesto crecimiento de la productividad, un sistema financiero parcialmente dolarizado, y profundidad financiera limitada. El entorno político se caracteriza por instituciones públicas de alta calidad, bajos niveles de corrupción y formulación de políticas macroeconómicas predecibles, todo lo cual constituye una fuente importante de fortaleza crediticia”, resume la agencia en su comentario.
No obstante, se advierte que los riesgos derivados de la volatilidad en la región son elevados.
Aún así, sostiene que el amplio stock de reservas, la gestión conservadora de la deuda, la diversificación de los mercados de exportación y una sólida regulación del sistema bancario “refuerzan las defensas de la economía ante posibles shocks”.
Tomando nota
DBRS señala que las calificaciones crediticias de Uruguay podrían mejorar si el gobierno continúa implementando una consolidación duradera en las cuentas fiscales. También podría incidir favorablemente un aumento de la inversión que impulse el crecimiento potencial y profundice los mercados financieros en moneda nacional.
Por el contrario, la calificación de Uruguay podría ajustarse a la baja si hay una reversión sostenida en la trayectoria fiscal, o si los colchones externos se erosionan con el tiempo, debilitando así la resistencia de Uruguay a shocks adversos.
“La tendencia podría volver a estable si el plan de consolidación fiscal tiene un desempeño sustancialmente inferior o los choques externos debilitan significativamente las perspectivas de recuperación de Uruguay”, señala el reporte.
ENCASTRE: “El entorno político se caracteriza por instituciones públicas de alta calidad, bajos niveles de corrupción y formulación de políticas macroeconómicas predecibles, todo lo cual constituye una fuente importante de fortaleza crediticia”, destaca DBRS