Autoridades del Banco Central Europeo (BCE) temen que los mercados se anticipen a la decisión de la entidad de aumentar la tasa de interés de referencia, y observan un desalineamiento entre las tasas de corto plazo del mercado, con la orientación que se busca dar con las tasas de referencia. Si bien el BCE reconoce que han aumentado los riesgos inflacionarios, estima que es importante evitar tanto una reacción exagerada, como una inacción indeseada.
Por Ricardo Delgado
Algunos miembros del Banco Central Europeo (BCE) ven con preocupación que los mercados anticipen el primer aumento de la tasa de interés de referencia.
En las actas de la reunión del pasado 28 de octubre, publicadas ayer jueves y consignadas por la agencia de noticias EFE, el BCE dice que algunos miembros del Consejo de Gobierno mostraron preocupación porque las expectativas sobre las tasas de interés a corto plazo del mercado de dinero eran difíciles de conciliar con la orientación que la entidad da a los mercados sobre qué va a hacer con sus tasas de interés de referencia.
El BCE señala que los mercados anticipaban a finales de octubre que la primera subida de tasas sería mucho antes de lo que habían previsto en setiembre.
La entidad reconoce que han aumentado los riesgos inflacionarios, pero cree que es importante evitar tanto una reacción exagerada, como una inacción indeseada.
Por este motivo, el BCE busca disponer de suficientes opciones al calibrar sus medidas de política monetaria para abordar todos los escenarios que pueden desarrollarse respecto a la inflación.
Abanico de opciones
Las minutas de la reunión muestran que el Consejo de Gobierno quiere tener suficientes opciones a partir de finales de marzo de 2022 y considera que la proyecciones de crecimiento e inflación de diciembre, que le sirven para tomar las decisiones, no van a despejar todas las incertidumbres sobre cómo va a evolucionar la inflación.
Algún miembro del Consejo de Gobierno se preguntó si los mercados pueden malinterpretar las tres condiciones que el BCE ha establecido que se tienen que dar antes de la primera subida de las tasas de interés. El Consejo de Gobierno debe observar que «la inflación se sitúa en el 2% bastante antes del final de su horizonte de proyección y de forma duradera en el resto de dicho horizonte», y considerar que la inflación subyacente avanza de modo que se estabilice la inflación en el 2% a medio plazo.
En la rueda de prensa tras la reunión de octubre, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que los mercados no estaban alineados con la opinión del BCE sobre la inflación y con la orientación sobre los movimientos de las tasas de interés.
Los mercados prevén que las condiciones para que el BCE suba sus tasas de interés se van a dar antes de lo que anticipa el Consejo de Gobierno. Por ello, el BCE consideró que tiene que reafirmar que espera que la inflación va a bajar a lo largo del próximo año y que podría situarse por debajo del 2% a medio plazo, según las actas.
El Consejo de Gobierno estuvo de acuerdo en que la subida de la inflación actual está impulsada por «factores temporales, que disminuirían a medio plazo». No obstante, opinó que «las presiones sobre los precios eran más persistentes» de lo que había previsto su personal en las proyecciones macroeconómicas de septiembre.
Tampoco observa efectos de segunda vuelta, pero hace hincapié en que las presiones sobre los precios deben ser vigiladas de cerca.