El marcado laboral mostró dos resultados contrapuestos. Por un lado, los datos de empleo mostraron señales optimistas, pero del otro, los correspondientes a los salarios volvieron a marcar un descenso en el poder de compra. La Tasa de Desempleo se ubicó en octubre en 8%, 1,4 puntos menos que en setiembre y 3,2 puntos debajo del registro de octubre de 2020, cuando se registró el nivel más alto de desocupación desde 2006. También se destaca que los datos de empleo recuperaron los niveles registrados previo al estallido de la pandemia de covid-19 en Uruguay.
Los datos vinculados al mundo laboral que publica el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) mostraron en octubre dos resultados contrapuestos. Por un lado, los datos de empleo y desocupación evolucionaron en una dirección positiva, poniendo una cuota de optimismo de cara al futuro. Por otro lado, los indicadores salariales siguen mostrando una caída en el poder de compra de estos, tanto en el sector público como en el privado.
Empleo y desempleo
Los datos de la Encuesta Continua de Hogares que elabora el INE no solamente mostraron un importante descenso de la tasa de desempleo, que se ubicó en su menor nivel desde abril de 2019, sino que eso estuvo acompañado por un aumento de la tasa de empleo, que alcanzó su mayor nivel desde enero de 2020.
En concreto, la Tasa de Desempleo –que mide la proporción de personas en actividad que no tienen un trabajo- se ubicó en 8% para el total del país, marcando un fuerte descenso de 1,4 puntos porcentuales respecto al registro de setiembre (9,4%). Pero el descenso más grande, superior a los tres puntos, se da al comparar con octubre de 2020, mes donde se había registrado el mayor pico de desempleo de todo el año pasado: 11,2%, el nivel más alto desde marzo de 2006. Estos datos publicados por el INE implican que en octubre hubo unos 143 mil desocupados, es decir, 24 mil menos que en setiembre, y 55 mil desempleados menos que en octubre del año pasado, cuando había alcanzado a unas 198 mil personas.
La Tasa de Empleo (proporción de personas en edad de trabajar que tuvieron empleo) también mostró una mejora importante, alcanzando el 56,8%, un punto porcentual más que el registro de setiembre (55,8%), y 2,3 puntos por encima del registro de octubre de 2020 (54,5%). Se trata, además, del mayor nivel de empleo desde enero de 2020, recuperando así los niveles previos al estallido de la pandemia de covid-19. Los datos implican que en octubre hubo 1,65 millones de empleados, esto es unos 30 mil más que en setiembre (1,62 millones).
En cuanto a las características de la población ocupada, el INE estimó que un 9,9% de los trabajadores está subempleado (trabaja menos de cuarenta horas semanales y manifiesta su intención de hacerlo más) y un 22,3% no está registrado a la seguridad social.
Por último, la Tasa de Actividad (que mide la proporción de personas en edad de trabajar que tuvo un empleo o lo buscó) se ubicó en octubre en 61,8%, lo que equivale a 1,79 millones de personas. Ello implicó un leve aumento de dos décimas respecto al registro de setiembre y vuelve al nivel que había registrado en agosto pasado. En términos interanuales, la tasa de actividad muestra un aumento de cuatro décimas en relación con octubre de 2020 (61,4%).
Salarios
La nota negativa vinculada al mercado laboral la dan los datos de los salarios de los trabajadores.
El índice Medio de Salarios (IMS) aumentó en el mes de octubre un 0,17%, pero el aumento de precios en la economía que fue de 1,04% en el mes, lo que hizo que los salarios perdieran poder de compra en un 0,87%, de acuerdo a los datos del INE.
En lo que va del año el IMS registra un aumento de 5,6% y en los últimos doce meses de 5,64%. En ninguno de los casos las subas llegan a compensar el aumento de la inflación que entre enero y octubre acumula una suba de 7,79% y en los últimos doce meses cerrados a octubre llega a 7,89%. De esa forma, los salarios reales acumulan una caída de 2,03% en el acumulado del año, y de 2,09% en el año móvil.
La pérdida de poder de compra se da principalmente en el sector privado, aunque los salarios y compensaciones del sector público también caen en términos reales.
En octubre, los salarios del sector privado cayeron un 0,9% en términos reales, y acumulan caídas de 2,18% en el período enero-octubre, y de 2,24% en los últimos doce meses. Por su parte, en el sector público la caída mensual fue de 0,79%, en el acumulado del año de 1,76%, y en el año móvil cerrado a octubre de 1,81%.
A nivel de sectores, considerando el año móvil cerrado a octubre, ningún sector de actividad logra compensar el aumento de la inflación. Los más cercanos a lograrlo son los salarios de los “Gobiernos Departamentales” (7,81%), seguidos en el sector privado por los salarios de “Intermediación financiera” (7,47%) y de “Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler” (7,2%).
Por su parte, los de menor aumento dentro del sector privado fueron los salarios de “Enseñanza” (3,35%), “Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos, efectos personales y en enseres domésticos (4,09%) y “Transporte, almacenamiento y comunicaciones” (4,09%).
En el sector público, los salarios del “Gobierno Central” aumentaron en el último año móvil un 5,36% y los de las “Empresas Públicas” un 6,11%.
Cepal y OIT instan a apoyar la reinserción laboral de mujeres y jóvenes
Los gobiernos de América Latina deben apoyar la reconstrucción de los mercados laborales, apoyando el ingreso y la reinserción laboral de los sectores más vulnerables –especialmente mujeres y jóvenes-, según concluye un informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, instan a favorecer las condiciones para la creación de empleo decente, sobre todo entre las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
De acuerdo con el informe, este año la recuperación y creación de empleo ha sido parcial y más lenta que la reactivación observada en la economía. Si bien se prevé que 2021 cierre con un crecimiento regional del 5,9%, este no será suficiente para recuperar el nivel del PIB ni de empleo registrado en 2019.
También se advierte que las brechas de inserción laboral entre hombres y mujeres se han profundizado, y estas presentan una reinserción laboral más lenta y más dificultades para encontrar trabajo.
El documento hace un balance de las medidas de mantenimiento de puestos de trabajo implementadas principalmente durante 2020, que probaron ser eficaces para disminuir la caída del empleo. El diseño de estos programas incluyó principalmente requisitos vinculados al salario y al uso del salario mínimo como referencia para determinar el monto del beneficio, con lo que se orientaron principalmente a los trabajadores asalariados formales de menores ingresos. Sin embargo, la alta incidencia de la informalidad y la ausencia de seguros de desempleo en varios países hicieron más compleja la tarea de diseño e implementación de estos programas de soporte económico para grupos vulnerables.
En 2021, en un contexto de recuperación incipiente, se inició la transición hacia otro tipo de políticas, en particular los subsidios a la contratación, siguiendo la misma secuencia de los países más desarrollados. En algunos casos, estos subsidios se focalizaron en los sectores y grupos más golpeados por la pandemia, jóvenes y mujeres, especialmente de baja calificación.
Sin embargo, debido a restricciones presupuestarias y debilidades en la institucionalidad laboral, no todos los países de la región cuentan con programas específicos para incentivar nuevas contrataciones. En ese sentido, la continuidad de estos instrumentos de políticas de empleo para esta crisis y las que puedan desencadenarse en el futuro supone un desafío, concluyen ambas instituciones.