Alberto Charro, presidente Ejecutivo de BBVA Uruguay
Ya sea en el mundo de las empresas como de particulares, el banco continuará apoyando al mercado y dando su apoyo a la financiación de grandes proyectos. Siempre con el cliente como centro del negocio, el objetivo es liderar la transformación digital, así como también continuar poniendo énfasis en la sustentabilidad y en la inclusión.
¿Qué balance hace del 2021? ¿Se cumplieron los objetivos planteados a comienzos de año, en un contexto enmarcado por la incertidumbre y los vaivenes económicos a nivel local y global?
¡Pregunta difícil! Este 2021 ha sido un año extraño. ¿Bueno o malo? Lo primero que me viene a la mente es la tragedia de perder un ser querido, algo que muchas familias uruguayas vivieron, sobre todo de abril a julio; un horror. Y sin embargo, como sociedad, los uruguayos hemos respondido sacando lo mejor de nosotros mismos. Y eso hace que mi respuesta tenga que ser: ¡Sí, el balance ha sido positivo! Porque lo que dependía de todos nosotros lo hemos hecho bien, y lo hemos hecho unidos.
La sociedad ha respondido manteniendo el país en funcionamiento y abrazando la vacunación y protegiéndose de forma masiva. Ejemplo mundial. Y el gobierno supo tomar medidas sanitarias y económicas de forma rápida y acertada. Con el diario del lunes hubiese sido fácil, pero recordemos que no había experiencia de pandemia similar. La forma de asumir la responsabilidad de dirigir al país ya por sí sola hubiese merecido mi respeto. Pero es que, además, se hizo bien, escuchando a todos, pero quien tuvo que decidir, decidió y dio la cara.
Como banco, nos propusimos dos objetivos urgentes por la pandemia. El primero, seguir protegiendo a empleados, clientes y proveedores. Ello llevó a que tuviésemos que tomar medidas de distanciamiento social en nuestras sucursales; necesarias pero desagradables. Hubo filas fuera de las oficinas… Quiero pedir disculpas a todos nuestros clientes que sufrieron estas incomodidades, siempre comprensivos porque sabían que nos teníamos que ayudar entre todos.
El segundo objetivo urgente consecuencia de la pandemia fue «ser parte de la solución», haciendo nuestro máximo esfuerzo para hacer que los motores de la economía se mantuvieran en marcha. El Banco Central, con sus normativas ágiles, fue un elemento importante. Hoy, finalizando el año, creo que lo hemos conseguido y con creces. No porque el negocio del banco haya crecido más de lo que esperábamos, porque no fue así, sino por el resultado que hemos obtenido como país
Con una visión más estratégica, 2021 tuvo dos líneas de fuerza para BBVA en Uruguay: por un lado seguir siendo líderes en transformación digital; y por otro, la sostenibilidad, que se convirtió en una de nuestras seis prioridades estratégicas.
En 2021 hemos creado el área global de sostenibilidad, cuya primera decisión fue duplicar hasta 200.000 millones de euros el compromiso existente de movilización de financiación sostenible antes de 2025. En Uruguay apostamos fuerte emitiendo, con la ayuda de BID Invest, el primer bono sostenible del sistema financiero uruguayo. Y recientemente hemos lanzado el primer préstamo hipotecario ‘verde’, que pretende transformar la forma de construcción de viviendas en Uruguay. Lo vamos a hacer de la mano del Ministerio de Ambiente, de la Cámara de la Construcción y de los arquitectos uruguayos; es algo demasiado importante para hacerlo solos, queremos mover el mercado y pretendemos que otros bancos se sumen a este objetivo.
Para 2022 continuaremos profundizando este compromiso, avanzando en la oferta de productos sostenibles a nuestros clientes y seguiremos traccionando al mercado en este sentido.
La digitalización es nuestro otro gran driver. BBVA ha sido el primer y único banco que permite a sus clientes, mediante firma de ID Digital de nivel 3, firmar a distancia vales, contratar productos o cursar instrucciones que hasta ahora solo se podían hacer de forma presencial mediante firma manuscrita. Esto no solo es más cómodo, sino que durante la pandemia ha protegido la salud de todos.
También en 2021 lanzamos nuestra nueva web bbva.com.uy, y continuamos avanzando con nuestra app móvil, que internamente denominamos GloMo porque combina desarrollos globales y locales en todo el mundo. Esto es importante porque en Uruguay hemos programado soluciones que utilizan hoy clientes de BBVA en todo el mundo, pero a la vez nos beneficiamos de desarrollos de otros países, siempre con la seguridad como requisito no negociable.
Y en este diciembre acabamos de lanzar la primera cuenta nómina o de pago de sueldos 100% digital de Uruguay. El compromiso es claro: el empleado se da de alta en su cuenta sin firmar ningún papel. Solo necesita tener su cédula de identidad en la mano, su teléfono inteligente, y una sonrisa para completar la identificación biométrica… ¡y ya está! Obtiene su número de cuenta en el momento para poder recibir su salario. Rápido y cómodo, desde el coche, el sofá o el campo, sin firmar ningún papel, sin ir a la sucursal ni esperar a que venga ninguna motito con papeles para firmar. Para mí, una belleza de experiencia para el usuario.
Mirando al 2022, ¿qué expectativas tiene para el negocio de BBVA a nivel local y cuáles son los grandes desafíos?
Proyectamos el 2022 como un año desafiante y con oportunidades porque creemos que será un momento de «convivir con el virus» y no de estar bloqueados, aunque con el Covid hay que estar preparados para cualquier cosa.
Por eso esperamos un incremento del consumo privado y también público que será, sin considerar el 2021 que fue excepcional, superior al de 2019. Nuestro servicio de estudios (BBVA Research) proyecta un crecimiento del consumo privado de 1.9% y del 4.3% para el consumo público.
La inversión pública, que ha sido el gran motor de este año, será menor pero se mantendrá un buen ritmo y eso es una gran noticia para la economía. Que Uruguay tenga inversiones es fundamental para poder revertir la compleja situación económica que trajo aparejada la emergencia sanitaria. No somos un país emisor de moneda fuerte, no podemos endeudarnos hasta el infinito. Dependemos de que los empresarios de aquí, y los de fuera, quieran apostar por Uruguay.
En este camino continuaremos, con el cliente como centro de nuestro negocio, liderando la transformación digital y trabajando por un futuro más verde e inclusivo.
¿Cuáles son las amenazas y los temas de preocupación teniendo en cuenta, precisamente el escenario planteado al comienzo, de incertidumbre y vaivenes económicos generados, sobre todo, por la pandemia?
El mayor riesgo está sin duda en los rebrotes del virus. El Reino Unido está atravesando una situación crítica de contagios y Europa se está comenzando a blindar ante una nueva variante que ha generado más miedo que información por el momento. Por ello, mantener las precauciones sanitarias y seguir priorizando la vacunación son una salvaguarda para preservar la situación que hoy vivimos y el bienestar de la población.
Otro punto de preocupación es la inflación global, tanto en Estados Unidos como en Europa. Quiero creer que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo serán capaces de tomar medidas a tiempo porque, no nos equivoquemos, la inflación es el peor impuesto que se le puede imponer a las clases menos favorecidas. Basta con estar atento a las noticias internacionales para ver los efectos que el gasto público desbocado y la pérdida de productividad tienen en el aumento de la pobreza.
Dicho esto, somos optimistas sobre el desempeño económico de Uruguay, sin dejar de tener presente que el desafío es volver sostenible el crecimiento una vez superada la pandemia y mejorar la productividad. Para esto es importante volver a retomar la agenda de reformas que quedaron suspendidas por la irrupción del covid-19, y mantener el grado de inversor y el riesgo país. Ser pionero en la financiación soberana sostenible puede ayudar mucho al Uruguay.
En este Uruguay de hoy, ¿cuáles son las líneas de negocio que ve con mayor dinamismo para el negocio del banco?
BBVA es un banco universal y buscamos atender y adelantarnos a las necesidades de nuestros clientes.
Sostenemos que el apoyo a las pequeñas y medianas empresas es fundamental para que continúen afianzándose y creciendo. Estas empresas agregan valor y dan empleo, y para que puedan seguir haciéndolo queremos apoyarles en su transición hacia modelos de negocio sostenibles. Contamos con un equipo comercial de excepción para atender este segmento y, prueba de ello, son los resultados que obtenemos año tras año.
Pero también queremos ser el banco de las familias uruguayas, ayudándoles en sus proyectos, y apoyándoles a que sean más sostenibles.
Tanto en el mundo de empresas como de particulares seguiremos apoyando al mercado y continuaremos con la financiación de grandes proyectos, buscando permanentemente la inversión externa para seguir haciendo crecer al Uruguay.
¿Cómo ve posicionado a Uruguay en esta nueva economía, que parece ser de transición a nivel global, con incertidumbre en el mercado laboral?
Lo vemos en excelentes condiciones. Ser un país de dimensiones no tan grandes tiene hoy más pros que contras.
Uruguay tiene bien planteados sus objetivos y va a por ellos: apertura comercial, crecimiento sostenible, atracción de la inversión y de profesionales, y aumento del empleo para mejorar el bienestar de la sociedad.
¿Hay que retomar temas que pospuso la pandemia? Sí, hay que hacerlo para poder acelerar los procesos. Cambios difíciles de hacer, pues conllevan un costo político, pero que nuestro Uruguay del futuro los necesita. Y si me permite, la educación no es el menos importante.
¿Algo más que quiera agregar?
La humanidad se encuentra inmersa en un cambio de era, en una transición profunda: la digitalización ha acelerado exponencialmente la comunicación, el desarrollo del conocimiento o los ciclos de negocios y productos. Vivimos en un mundo más chico y más rápido. Pero a la vez, nunca hubo tantos humanos en el mundo. Yo no sé cuántos cabemos, pero sin duda hemos sobrepasado el número que hace que nuestra mera presencia tenga efectos estructurales sobre el planeta, sobre todo si no cambiamos nuestra forma de vivir. Y eso mismo hace que el mundo pueda volver a agrandarse, por la ruptura de las cadenas logísticas y el proteccionismo, o con pandemias como el covid-19. Por eso la sostenibilidad hoy es fundamental, no solo para sobrevivir como especie, sino para poder colocar nuestros productos dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero un mundo con nuevas formas de influencia sobre la población y los negocios, un mundo con escasez de materias primas, alimentos, agua y transportes, es también un mundo con crecientes problemas geopolíticos, en cantidad y en complejidad. El control de los recursos es una variable, pero también el dejarse o no llevar por el camino fácil de la emisión de papel moneda, deuda y populismo para solucionar sin esfuerzo problemas estructurales. Uruguay tiene menos recursos financieros para navegar en esta situación, porque no es emisor de moneda fuerte. Pero dejo aquí una idea: si jugamos nuestras cartas con inteligencia y asumimos que sin esfuerzo no hay resultados… quizás esta falta de recursos sea una bendición y nuestra tabla de salvación. Uruguay y los uruguayos nos van a tener a su lado en esta transición: juntos podemos.