Por Mónica Marín (*)
Este 7 de febrero, la Universidad de la República (Udelar) abrió el período de inscripciones 2022, durante un pico de contagios por covid-19. Esta pandemia nos ha hecho convivir con la incertidumbre en diversos aspectos y exigido una planificación más compleja previendo posibles alternativas ante distintos escenarios. ¿Cómo será este 2022?
En 2021 las inscripciones en la Udelar tuvieron un incremento aproximado del 12% con respecto a 2020, y este número asciende a 43% al considerar las inscripciones a la Facultad de Ciencias. Esto ha sido motivo de enorme alegría, pero al mismo tiempo significa un gran desafío. Es un objetivo central retener a quienes se han interesado por nuestras carreras, y que continúen sus trayectorias educativas de manera exitosa.
¿Cómo explicar el aumento de la matrícula de Facultad de Ciencias en 2021?
Varios factores pueden haber sido determinantes en este incremento. La Facultad de Ciencias, y el rol de la ciencia como actividad humana, han tenido un gran protagonismo en relación al control de la epidemia de covid-19 en nuestro país. Desde la temprana iniciativa de los grupos de virólogos para el desarrollo del diagnóstico por PCR; la constitución del Grupo Asesor Científico Honorario y su rol de asesor; la incorporación de muchos docentes, investigadores y estudiantes de otras disciplinas para aportar en diversos aspectos científicos y técnicos; la articulación y coordinación de Facultad de Ciencias, de otros servicios de la Udelar, el Instituto Pasteur Montevideo, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, el INIA y otras instituciones que conforman el sistema científico-tecnológico del país, han contribuido de manera sustancial al control de la epidemia.
Estos aportes fueron visibilizados por la sociedad, por lo que, si aún persistía en el imaginario colectivo una idea del científico como “bicho raro” encerrado en su laboratorio, y en cierto sentido de espaldas al mundo real, podríamos aventurar que hoy esto ha cambiado. A los científicos del país hoy se los asocia con caras y voces conocidas. Son hombres y mujeres, jóvenes con sólida formación que tienen un espacio en los medios de comunicación, se les convoca y consulta por diversos aspectos vinculados al covid-19. Si la mayor visibilidad de las ciencias tuvo que ver con el incremento de la matrícula 2021, resulta interesante ver que aumentó la matrícula en 10 carreras que se ofrecen en la Facultad de Ciencias, siendo mayor el incremento en Matemática, Física Médica, Geología, Física, Bioquímica, lo que indica un interés en varias disciplinas y no solo las más biológicas.
Otros factores que pueden haber incidido también en el incremento de la matrícula
El ingreso a la Udelar no debe ser un fenómeno independiente del egreso de educación secundaria. Por esto existe un trabajo de coordinación entre la Udelar y ANEP –que trasciende períodos de gobierno–. Esta coordinación tiene su reflejo en algunos proyectos a largo plazo, por ejemplo, los programas de formación conjuntos, la articulación para el desarrollo territorial de oferta educativa, o los avances para la conformación del Observatorio de Trayectorias Educativas interinstitucional ANEP-Udelar, pero también en cuestiones más concretas, como facilitar la transición entre enseñanza media y terciaria. En ese sentido, en 2021, y ante un escenario de modificaciones de calendarios académicos, la universidad armonizó su calendario con las fechas de egreso de secundaria. La Udelar “esperó” a que esta generación 2021 pudiera anotarse. Este trabajo conjunto ANEP-Udelar es también un área en la que queda mucho camino por recorrer, para fortalecer una política educativa del país pensando a largo plazo.
Por último, a raíz de la emergencia sanitaria, la Udelar desarrolló un mecanismo de inscripciones no presenciales. Esta innovación permitió a los futuros estudiantes de la universidad inscribirse sin tener que trasladarse a la capital ni a los centros regionales de la Udelar, sino simplemente al local de Antel más cercano. Si además consideramos la adecuación casi total de los cursos de la universidad –entre ellos, los de la Facultad de Ciencias– para ser dictados a distancia, hubo un estímulo importante para que comenzaran su formación universitaria muchas personas que no querían trasladarse o que no cuentan con las condiciones necesarias para hacerlo. Deberemos esperar al final del período de inscripciones 2022 para analizar nuevamente el impacto en la vocación por las ciencias.
Puntos de equilibrio entre la presencialidad y la enseñanza a distancia
En este período, la Udelar realizó importantes esfuerzos para adecuar el funcionamiento y dar continuidad al cumplimiento de las funciones universitarias, en particular, para asegurar la continuidad de las trayectorias educativas. Al gran esfuerzo del plantel docente para adaptar los cursos a formatos no presenciales se sumaron diversas iniciativas institucionales de apoyo a estudiantes, con equipamiento, conectividad, etc. Al terminar esta etapa aguda de covid-19 y pensando en recuperar mayores espacios de presencialidad, se plantea una importante discusión en materia educativa, sobre la articulación de modalidades virtual/presencial y la proyección de la enseñanza en general.
Sin duda, el dictado de cursos de forma no presencial facilitó el acceso a muchos estudiantes que por diversas situaciones (por ejemplo, por limitaciones físicas, lugar de residencia, horarios laborales, tareas de cuidado de niños o mayores), no podrían hacerlo de otra manera. Sin embargo, debemos hacer una precisión. Debemos distinguir por un lado las acciones realizadas en estos dos años, en un contexto de emergencia sanitaria y social y, por otro lado, la incorporación de metodologías para el dictado de cursos diversificando las modalidades de enseñanza. El proyectar la Udelar o la Facultad de Ciencias como una institución de educación a distancia requiere una elaboración y una discusión mucho más profundas. De todas formas, la formación universitaria en forma enteramente virtual no parece posible ni deseable, por varios motivos.
Una primera constatación es que en muchas disciplinas existe un componente práctico experimental que requiere presencialidad. Experiencias de laboratorio o salidas de campo, o en la formación en áreas clínicas, vinculadas a la salud humana o animal, parecen experiencias presenciales insustituibles para la adquisición de determinadas competencias y habilidades.
Pero más allá de estas especificidades disciplinares, en la vida universitaria en general el encuentro presencial entre estudiantes y docentes, y entre estudiantes en el contexto de la institución, es esencial. En el desarrollo tanto profesional y académico, como en el crecimiento humano, los vínculos interpersonales establecidos entre los estudiantes tienen gran relevancia al punto que se transforman en referencias para toda la vida.
Mientras la Facultad de Ciencias y la Udelar avanzan en esta discusión, debemos ir encontrando puntos de equilibrio entre la presencialidad y la enseñanza a distancia en la formación universitaria, atendiendo a la calidad de la formación académica y la democratización del acceso a la educación. Esperamos que muchos jóvenes se acerquen a nuestra facultad porque el país necesita más ciencia, más jóvenes formados en las distintas áreas del conocimiento. La formación en ciencias es una forma de contribuir con el propio desarrollo de las ciencias, de la educación y la cultura científica general, así como de promover el desarrollo del país y el bienestar de nuestra sociedad. Especialmente, el 11 de febrero queremos convocar a más mujeres a que se acerquen a la facultad, e invitarlas a considerar la posibilidad de dedicarse a una carrera científica.
(*) Decana de la Facultad de Ciencias.