Director nacional de Energía del MIEM
El gobierno apuesta a la segunda transformación energética para profundizar el proceso de descarbonización, en particular, en el sector del transporte. En ese sentido, impulsa la movilidad eléctrica y el desarrollo del hidrógeno verde. A su vez, como parte de la estrategia del país en la materia, se destaca la promoción de mecanismos que garanticen la utilización de la energía de la forma más eficiente posible.
-La forma de vida actual, donde la tecnología es un pilar fundamental, hace que tanto personas como empresas demanden cada vez mayor cantidad de energía. En ese contexto, ¿cuáles son los principales desafíos del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) en materia de eficiencia energética?
-La política de eficiencia energética es algo que vino para quedarse. Es estratégico para el país utilizar la energía de la manera más eficiente, que quiere decir obtener los resultados que uno buscaría, pero utilizando el mínimo de energía posible, para optimizarla. Ahora toca asumir una segunda transformación energética que apuesta a la descarbonización. Hoy el 37% de la matriz energética uruguaya proviene de fuentes fósiles y el transporte representa las dos terceras partes, generando a su vez el 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De ellas, las tres cuartas partes corresponden al transporte de personas y carga por rutas.
En tal sentido, la transición hacia una movilidad eléctrica, con el objetivo de promover el desarrollo sostenible, está entre los principales desafíos del MIEM. Con el impulso de una política que suma beneficios fiscales, regulaciones, capacitación y la infraestructura necesaria, el año pasado se comercializaron más de 500 vehículos 100% eléctricos. En 2020 se habían comercializado 120 y solo 38 en 2019. En este marco, desde el 1° de enero de este año los vehículos eléctricos han sido exonerados del Imesi, lo que es una clara señal de hacia dónde se quiere ir.
En paralelo, buscamos dar distintos apoyos a todos los sectores, y en especial a las mipymes, que son el 90% de las empresas del país y emplean a más del 60% de la fuerza de trabajo.
-¿Por ejemplo?
-Estos apoyos van desde diagnósticos energéticos gratuitos o subvencionados, reembolsos parciales de las inversiones y hasta premios económicos por la cantidad de energía ahorrada de los proyectos implementados.
Buscamos llegar a todos los uruguayos con nuestras propuestas, y es por eso que estamos haciendo hincapié en la descentralización de nuestros instrumentos y herramientas. Hemos firmado ya varios convenios con gobiernos departamentales y con otras instituciones como Mevir para estos cometidos. A su vez, lanzamos diversas líneas de apoyos económicos para la implementación de medidas de eficiencia en movilidad y en proyectos en los distintos municipios de todo el país.
-Destacaba la segunda transformación energética que ha venido desarrollando el gobierno. ¿Qué importancia tiene en este marco?
-La apuesta en la segunda transformación energética es profundizar la descarbonización de otros sectores de la economía y en particular el desafío es en el sector transporte. En este sentido, las líneas estratégicas son el impulso a la movilidad eléctrica y la apuesta al hidrógeno verde para la aplicación en transporte pesado y de larga distancia.
Uruguay tiene la visión de convertirse en un país exportador de hidrógeno y productos que puedan ser elaborados a partir de este. Se está analizando este camino y avanzando en el desarrollo de un primer piloto para abastecer camiones y/o buses de larga distancia.
A su vez, en el corto plazo es necesario avanzar en que los vehículos sean más eficientes para permitir disminuir el consumo de combustible. El etiquetado de eficiencia energética vehicular es una de las herramientas que permiten esto. El objetivo del etiquetado es brindar información a los consumidores sobre el desempeño energético, en este caso, de los vehículos livianos. Esta información permite incorporar el consumo energético dentro de las variables que inciden en la decisión de compra de los consumidores.
-¿Qué rol cumple en este contexto la incorporación de vehículos eléctricos?
-Apunta al mismo objetivo de reducción de consumo de combustibles y en consecuencia de reducción de emisiones. En este aspecto se avanzó en diversos instrumentos para los vehículos de mayor uso como las flotas de vehículos comerciales, taxis y ómnibus. Para continuar la expansión de esta tecnología se lanzó en diciembre de 2021 el Programa Subite, que busca beneficiar la adquisición de hasta 1.000 motos eléctricas y 100 triciclos de carga en la región norte del país (Artigas, Paysandú, Rivera, Salto y Tacuarembó). Pueden obtener los beneficios tanto personas físicas como jurídicas con residencia en los departamentos convocados.
El programa otorga como beneficios el reintegro del 10% del valor de compra del vehículo (con topes de US$ 250 para motos y 450 para triciclos) y un descuento en la factura de UTE (monto único de $ 2.022 por concepto de energía para el suministro asociado al vehículo). Además, a través de los Certificados de Eficiencia Energética, el beneficiario recibirá un reintegro por concepto de ahorros energéticos una vez transcurridos los primeros 12 meses desde la adquisición del vehículo. El monto se calcula en función del uso dado al vehículo. Finalmente, también será acreedor de un seguro obligatorio del BSE por un año.
Estos beneficios se suman a las principales ventajas que ya tiene la movilidad eléctrica. En este marco, se destaca que moverse en una moto eléctrica consume 10 veces menos energía que hacerlo en una moto a combustión. Otros beneficios de este tipo de movilidad son la disminución de emisiones de CO2, la reducción de la contaminación sonora, la utilización de energía generada localmente y renovable, y la menor variabilidad de precio del energético.
-¿Cuánto pesa el factor cultural y educativo en lo que respecta al consumo eficiente de energía por parte de la población? ¿Cuáles son las metas del organismo en ese aspecto?
-Promover el cambio cultural asociado a la sensibilización sobre el uso responsable de los recursos y a la modificación en los hábitos de consumo de los energéticos, constituye una de las líneas de trabajo estratégicas para la Dirección de Energía. El desafío radica en que muchas veces las personas y las empresas no tienen claro esos beneficios ni cómo lograrlos. Lo más importante en este asunto es aportar información que ayude a concientizar y destacar que poner en práctica medidas de eficiencia energética puede ser más fácil de lo que se cree.
-¿Qué herramientas pueden facilitar esto?
-El acceso a nuevas tecnologías es un aliado que tenemos para mejorar la gestión del consumo de energía, tanto en las empresas como en los hogares. Pero, además, existen diversas medidas que pueden ser incorporadas en distintos ámbitos. Para poner un ejemplo, algo tan sencillo como poner el aire acondicionado a la temperatura adecuada puede significar una importante disminución en el consumo energético. La temperatura de confort, ahora en verano, por ejemplo, es de 25 ºC. Cada grado por debajo de esta temperatura aumenta innecesariamente en un 8% el consumo del equipo. Inversamente, en invierno, la sugerencia es de configurar en equipo en no más de 21 ºC. Cada grado por encima de esta temperatura aumenta también en un 8% el consumo del equipo.
-¿Cuáles son los mayores beneficios de la eficiencia energética?
-Los beneficios son múltiples y repercuten en nuestra vida cotidiana. En los hogares permite bajar los gastos sin perder calidad de vida, mientras que en las empresas posibilita reducir costos y mejorar la competitividad. A nivel país, evita o posterga importantes inversiones en generación de energía; en el medio ambiente, reduce las emisiones de gases contaminantes.
Para seguir ahondando en el cambio cultural, creemos que la educación y las nuevas generaciones tienen un rol fundamental. En este marco, dentro de unos días estaremos lanzando una nueva edición del Concurso de Eficiencia Energética en UTU y Secundaria. Año a año, por medio del concurso, se invita a docentes y estudiantes a que desarrollen proyectos de eficiencia energética en sus centros de estudio, y luego se apoya a las instituciones reconocidas con la asignación de fondos para la ejecución de algunas de las medidas identificadas. Para el desarrollo de su proyecto, docentes y estudiantes cuentan durante todo el año con el apoyo del equipo técnico de la Dirección de Energía. Desde el 2016 a la fecha, esta iniciativa ha permitido implementar medidas de gran impacto, destinándose $ 8.350.000 a 40 proyectos de diferentes centros educativos del país. Esto nos ha permitido conocer la capacidad y la creatividad con que estudiantes y docentes pueden abordar el tema.
-¿Qué rol cumplen los Certificados de Eficiencia Energética del MIEM en este escenario?
-Los Certificados de Eficiencia Energética constituyen uno más de los múltiples instrumentos con los que cuenta el MIEM para promover la eficiencia energética. Son un premio monetario que otorga el MIEM a las medidas de eficiencia energética implementadas exitosamente por todos los sectores. Esto incluye a hogares, industrias, comercios, empresas de servicios, empresas del sector primario (agro, pesca, entre otros), y organismos públicos y privados, en reconocimiento a su contribución a la meta de energía evitada del Plan Nacional de Eficiencia Energética. Este premio se determina en función de los ahorros de energía y otros atributos del proyecto y de los postulantes, pudiendo representar hasta el 30% de la inversión.
Para potenciar las postulaciones a los certificados, la principal novedad de la convocatoria de 2021 de los Certificados de Eficiencia Energética, fue que extendimos el alcance del mecanismo simplificado de postulación de medidas estandarizadas. Esto quiere decir que cada vez es más sencillo postularse y acceder a este beneficio para todos los públicos.
A la convocatoria de 2021 se presentaron en total 87 postulantes: 80 empresas e instituciones públicas y privadas y 7 personas físicas. El total de medidas de eficiencia energética presentadas fue de 115, de las cuales 27 (20%) son medidas estandarizadas. El 26% de los postulantes (13 empresas e instituciones públicas y privadas y las 7 personas físicas) presentaron medidas de eficiencia energética estandarizadas por el mecanismo simplificado de postulación, el cual es más simple, más rápido y puede ser realizado por el propio postulante.
-¿Qué beneficios implican los certificados?
-No solo otorgan un premio monetario. A través de ellos, los beneficiarios obtienen la aprobación y validación por parte del MIEM de sus ahorros por eficiencia y el reconocimiento por su contribución a la meta de energía evitada del país. Es por ello que todos los beneficiarios reciben un diploma de los certificados y materiales de difusión para que den a conocer el logro alcanzado tanto dentro de sus organizaciones como públicamente.
-¿Con qué otras herramientas cuenta el MIEM para este tipo de proyectos?
-En primer lugar, el Ministerio tiene las líneas de diagnósticos energéticos. Allí contamos con la Línea de Asistencia para Eficiencia Energética (LAEE), que ayuda a los proyectos en la fase de diagnóstico a identificar oportunidades de eficiencia energética. Asimismo, hemos desarrollado pilotos de diagnósticos en tambos y hortifrutícolas y vamos a continuar trabajando para ampliar estos diagnósticos a más sectores.
Segundo, herramientas de autodiagnósticos y medidas tipo para micro, pequeñas y medianas empresas.
Tercero, el Programa de Localidades Eficientes, a través del que se financia la ejecución de proyectos de eficiencia energética que den respuesta a necesidades concretas de las comunidades, apostando a llegar a localidades pequeñas de todos los departamentos del país. Este año sumaremos ediciones especiales con énfasis en lo social, ambiental y turístico.
En cuarto término, el Premio Nacional de Eficiencia Energética, que reconoce las acciones y el compromiso de empresas e instituciones en materia de eficiencia energética.
Por último, el MIEM cuenta con diversas iniciativas de movilidad sostenible en las que estamos trabajando, en coordinación con todas las instituciones públicas y privadas con apoyo de cooperación internacional, con el objetivo de que la movilidad sostenible y la movilidad eléctrica en particular, lleguen a todas partes del país.