En días pasados, la Intendencia de Montevideo (IM) y el Ministerio del Interior firmaron un acuerdo mediante el cual las personas privadas de libertad y recién liberadas podrán acceder a oportunidades laborales. Las tareas y condiciones de trabajo aún no han sido definidas por las partes. Sin embargo, Crisoldo Caraballo, director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), adelantó a CRÓNICAS que se trata de tareas vinculadas al mantenimiento de plazas, espacios verdes y otras necesidades de la IM.
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
En diálogo con CRÓNICAS, el Comisionado Parlamentario Penitenciario, Juan Miguel Petit, dijo que «una de las dificultades que tiene el sistema penitenciario es la poca cantidad de actividad laboral real que hay en las cárceles». Afirmó que la actividad laboral más habitual de los privados de libertad es la fajina, es decir, lo referido a limpieza, acarreo de la comida, cargar las cajas de alimentos, entre otras cosas. «Son tareas de muy poca calificación y que poco sirven para integrar un currículum», opinó.
La Oficina de Supervisión de Libertad Asistida (OSLA) y la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (Dinali), coordinarán proyectos en conjunto con la Intendencia de Montevideo y sus respectivas divisiones. Estas dispondrán que personas que hayan sido penadas y procesadas con tareas o trabajo comunitario, o bien personas privadas de libertad debidamente autorizadas por la Justicia, participen de los diferentes proyectos que se traten.
Para determinar quiénes podrán acceder a esas oportunidades laborales, el INR realizará una evaluación que analizará aspectos vinculados a la seguridad, posibilidad de comunicación del recluso o ex recluso con su entorno, peligrosidad, entre otras cosas. «No va a ser de forma antojadiza», explicó Caraballo, y añadió que se dispondrá de un equipo multidisciplinario que determine quiénes están en condiciones de trabajar.
Petit, por su parte, calificó la iniciativa de la IM y el Ministerio del Interior como positiva, y opinó que «sin dudas, es un factor más para bajar la reincidencia». Según el Comisionado Parlamentario Penitenciario, el sistema penitenciario «tiene que ser una forma de lanzamiento, y no una plataforma de aplastamiento».
En un evento realizado por el propio comisionado a principios de diciembre, Petit había asegurado la existencia de «problemas serios» en cuanto a la inserción de las personas que egresan de las cárceles y además había opinado que las carencias eran colectivas. En esta misma línea, explicó a CRÓNICAS que hay lugares donde no existe «generación de oportunidades para el futuro».
Según Petit, solamente un tercio del sistema penitenciario provee buenas o muy buenas oportunidades. Mencionó ejemplos como la cárcel de Punta de Rieles, la de Salto o la de Artigas, donde se realizan actividades productivas, agropecuarias, industriales y comerciales. Sin embargo, admitió que en la mayor parte de los establecimientos, «no hay el nivel mínimo de actividades que debería existir». «Creo que todavía hay dos terceras partes del sistema que están mal o muy mal. El sistema está mejor que hace un tiempo, mejor que hace diez años, pero sigue estando mal», dijo.
El Comisionado Parlamentario Penitenciario aseguró que el sistema ha mejorado en aspectos como la dotación de salud, posibilidades laborales, de emprendimientos y talleres en algunos centros. También destacó el aumento de la cantidad de docentes y oportunidades educativas.
Sin embargo, lamentó que aún existan muchas cárceles donde lo habitual es que los reclusos salgan al patio una o dos veces por semana, no dispongan de capacitación laboral ni talleres de formación, no cuenten con actividad terapéutica ni programas de salud mental y apoyo en las adicciones. «Una cárcel moderna que no tenga una línea de trabajo en salud mental, una línea de trabajo en adicciones, una línea de trabajo con familia, y una línea de trabajo de preparación para el egreso, es como un auto que no tiene ruedas», reflexionó.
En cuanto a las proyecciones para el año entrante, desde el INR, Caraballo aseguró que se seguirá en el mismo camino, continuando con los procesos de intervención socioeducativa y de responsabilidad. «Hay que ser responsable en el tema de las personas que van a participar de los proyectos, seguir involucrando la parte de educación, el deporte, la recreación, el trabajo, y yo creo que quizás un gran desafío es comenzar a abrir de buena manera el sistema que permita que la institución y los diferentes organismos comiencen a desarrollar tareas con nosotros», opinó.
Además el director del INR se encargó de destacar las acciones que está llevando a cabo el instituto en lo referido a los apoyos por parte de los privados de libertad, por ejemplo, ante la situación de la ciudad de San Carlos tras el temporal. «Están interviniendo privados de libertad, también previa evaluación, en los trabajos de construcción», dijo.
Para el Comisionado Penitenciario, el año que viene será muy importante, porque se buscará la consolidación de algunos avances. Según Petit, la reforma penitenciaria está intentando ingresar en una segunda etapa. «Lo que hay que ver es si efectivamente entra», advirtió, y añadió que «en estos temas, lo que no avanza se cae o retrocede, no hay empates».
Una relación «enigmática»
La semana pasada, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, presentó algunas cifras vinculadas a los delitos durante el año 2016. Entre ellas, destacó una baja de los homicidios en un 7,5% y de las rapiñas en un 4%. Además, en los departamentos de Montevideo, Canelones y San José, se registró una baja de otros delitos violentos como los copamientos, la violencia privada, las lesiones graves y gravísimas, las violaciones, la violencia doméstica, las lesiones personales, los atentados violentos al pudor y las amenazas.
Por otro lado, la cifra de personas privadas de libertad continuó en ascenso, alcanzando su récord histórico de 10.600 personas. «Somos de los países del mundo que más presos tiene. Estamos en el puesto 31 de 221 países», afirmó Petit. Para él, el hecho de que la cifra de personas privadas de libertad aumente mientras los delitos descienden, es «un enigma que existe a nivel mundial» y existe una correlación hacia ambos lados. Además, el Comisionado afirmó que es «un tema de estudio con muchas interrogantes todavía».
Caraballo, por su parte, argumentó que los datos presentados por el ministro Bonomi se relacionan con determinados delitos, pero que «el abanico es amplísimo». «Entonces hay determinados delitos que son los que se comenzaron a estudiar y analizar que determinaron la baja. Ahora, también hay otra situación delictiva en el país. No solamente se maneja ese tipo de delitos», concluyó.