Por Conrado Rodríguez (*) | @Dip_ConradoRod
El año llega a su fin. Culmina una etapa que genera la meditada reflexión y comienza otra que abrirá paso a la acción. Si miramos por el retrovisor mucho ha pasado a lo largo de este 2016, pero mucho más es lo que ha quedado en el tintero de aquello que la sociedad esperaba.
Un año donde se agudizaron las dificultades económicas, en un concierto regional con más incertidumbres que certezas. Un año en donde el Gobierno avanzó muy poco en cambios estructurales que favorecieran el crecimiento del país. Por el contrario se acentuó la problemática que habíamos denunciado en estas mismas páginas, hace exactamente un año, en cuanto a que la elaboración del Presupuesto Nacional aprobado en el 2015, estaba asentado sobre bases falsas de crecimiento y de déficit fiscal.
Esto llevó al Gobierno a recortar partidas en diferentes Organismos, tocando en muchos casos el gasto social del Estado. Atrás quedaron las promesas del Frente Amplio de que no se iba a subir la carga impositiva a la población. La rendición de cuentas del ejercicio 2015 vino con un mazazo impositivo, un verdadero ajuste fiscal que golpea sobre todo los ingresos de los trabajadores y jubilados de esta país, lo que sumado a la suba de tarifas públicas, generará aún más dificultades.
Oportunidad que el Gobierno se perdió para ajustar donde debió hacerlo. En esa instancia el Partido Colorado hizo una propuesta seria y estudiada, para no abatir sobre el gasto social, a través de una norma que prohibía la provisión de las vacantes que se produjeran en los escalafones que componen el Servicio Civil, por el término de cinco años, quedando exceptuados lugares sensibles como la Salud, Educación, y Seguridad; todo lo cual le permitiría ahorrar más de U$S 40 millones anuales y de forma acumulativa. Lamentablemente, una vez más no fuimos escuchados.
A la pérdida de oportunidades en lo económico, le siguió la pérdida de rumbo político del Gobierno y sus actores. El asunto “Sendic” y su título de Licenciado, evidenció la degradación de algunos valores. Arrogarse un título inexistente, a través de una mentira sostenida por un gobernante, que llevó a que el pleno de la fuerza política de Gobierno acusara a la oposición y a los medios de comunicación de organizar «una campaña» para «debilitar la institucionalidad democrática del país», fue señal de ese descarrilamiento. El final es conocido, el título no apareció, y la credibilidad y la confianza se desmoronaron. A la millonaria capitalización de ANCAP, fruto de la dilapidación de los recursos públicos, le siguió el debilitamiento ético, tan importante para una sociedad que se ha venido sintiendo agredida.
Pocas leyes de envergadura, se concretaron este año. Pero de las aprobadas preocupa el avance del Gobierno, arremetiendo contra algunos derechos fundamentales de los individuos. Así lo denunciamos con el proyecto de ley, mal llamado de “transparencia fiscal internacional y de prevención del lavado de activos y financiamiento del terrorismo», que extralimita los poderes de la DGI, invadiendo la esfera de libertad reservada por la Constitución para los individuos para ejercer su derecho a la intimidad, a lo cual no puede –como regla general- ingresar el Estado; y que también extralimita los dictámenes de la OCDE, con el fin de que la Administración Tributaria local controle aún más a los ciudadanos, y finalmente recaude más.
En este mismo sentido se expresó días pasados el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el Dr. Ricardo Pérez Manrique, quien advirtió «que hay un avance del Estado sobre la libertad, muchas veces impulsado por organismos internacionales…que persiguen determinadas conductas transgrediendo, o pretendiéndolo, algunos límites de las legislaciones internas», o también cuando señaló su preocupación que en algunas normas de las leyes antilavado se interviene «la libertad a la intimidad o el derecho a la defensa». El resguardo de estos derechos es la última garantía del individuo dentro de un Estado de Derecho, que no debe ceder ante “apetencias” de los Gobiernos de turno, ni tampoco de Organismos Internacionales.
En todo caso, la “transparencia” que se pide a los ciudadanos debería haber sido la transparencia que demostraran con el ejemplo sus gobernantes. Un velo poco claro recorrió los negocios con Venezuela realizados dentro del marco de un acuerdo firmado con el Gobierno Uruguayo, que dejó finalmente en penumbras las relaciones de los intermediarios de esos negocios con el sector político del ex Presidente Mujica. Oportunidad para esclarecer lo que estaba oscuro a través de una comisión investigadora en la órbita de la Cámara de Representantes, que no encontró eco entre el oficialismo, aunque sí desnudó el quiebre de la mayoría parlamentaria automática.
Una Venezuela, cuyo Gobierno sigue demostrando que el Estado de Derecho es silenciado ante la falta de poderes independientes, la violación de derechos humanos, y una población de rehén que sobrevive ante la escasez con poco y nada; aún recibe el apoyo explícito de la mayoría del Frente Amplio, que mira para el costado ante tanto atropello contra la libertad.
Libertad que vio como uno de sus más grandes defensores, caía predicando a sus casi 89 años de edad, en actitud de aquel guerrero que muestra su valentía hasta el último aliento. Provocador del pensamiento y la reflexión, ninguna empresa le era imposible. Ante tanta confusión siempre emergía la claridad de ese Quijote que aún en solitario, intentaba iluminar de ideas a la República. Y ante la lluvia más copiosa, o el vendaval más fuerte que trajo su muerte, emergió la luz de su figura y la enseñanza de una vida puesta al servicio de su País. Jorge Batlle cayó y se levantó una y otra vez, en el triunfo o en la derrota, y ese fatídico día de octubre no sería la excepción…
Entre tantos nubarrones que fueron formando las condiciones para la tormenta perfecta, emerge la esperanza de los principios, del trabajo y la búsqueda incesante de un mejor porvenir para nuestra gente.
Un año cargado de dificultades, pero en el que pusimos la mira hacia la superación, velando siempre por proponer soluciones a las problemáticas que aquejan a los uruguayos. Así lo hicimos con los “cincuentones”, con la reconstrucción de Dolores, con el acceso a los medicamentos de alto costo, ayudando a los padres de bebés prematuros, intentando evitar que se sigan deprimiendo salarios y jubilaciones, o ayudando a que el sistema de ahorro individual jubilatorio efectivice los ajustes que establece la Constitución para el pago de retiros adecuados
Seguimos creyendo que apuntalando al individuo y sus potencialidades, a un Estado fuerte pero respetuoso, presente y eficiente, que genere la verdadera justicia social, tendremos una sociedad más equitativa, integrada y próspera.
Será así que finalmente se abrirá paso entre la tormenta, un nuevo tiempo de claridad y unión, en un espacio abierto a las ideas, al progreso y a la común construcción.
(*) Diputado del Batllismo – Espacio Abierto – Partido Colorado