La transformación digital implica importantes oportunidades en optimización de tiempo y recursos, pero también puede generar incertidumbre vinculada a la sustitución del trabajo humano actual.
María Belén Renau (*)
El proceso de transformación digital abarca todo el modelo de negocio de las empresas y consiste en la combinación e implementación integral de tecnologías digitales óptimas y estratégicamente convenientes. Implica un cambio de cultura y mentalidad, ya que no solo se trata de incorporar tecnología, sino de “pensar digital” frente a los obstáculos, adaptando procesos a las nuevas demandas del entorno.
Puede ser aplicada en empresas de cualquier rubro y, de ser implementada correctamente, supone beneficios tales como la reducción de errores humanos, costos y tiempos en la ejecución de tareas, el aumento de la agilidad y la eficiencia operativa y, sobre todo, la oportunidad de incrementar el valor percibido por el cliente.
Automatización de procesos
Vinculado al concepto de transformación digital, se hace presente la automatización, que consiste en el uso de la tecnología para ejecutar tareas o procesos recurrentes y repetitivos que eran, y en algunos casos aún son, realizados por operadores humanos.
La automatización de procesos va en línea con el avance tecnológico y se hace imprescindible en el mercado competitivo actual, pero si bien cuenta con numerosas ventajas relacionadas con las propias de la transformación digital, es importante tener en cuenta que podría suponer una fuerte inversión inicial, la aparición del riesgo tecnológico en las empresas, errores en cadena y sobre todo comportarse como una amenaza para determinados puestos de trabajo.
Según un estudio realizado en enero de 2021 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el futuro de aquellos trabajos con alto riesgo de automatización, se concluyen los siguientes puntos:
- Se estima que el 14% de los trabajos tienen alto riesgo de ser automatizados.
- Los países que invirtieron más en robots experimentaron un mayor crecimiento de empleo.
- No se ha demostrado asociación alguna entre los altos riesgos de automatización y las disminuciones en la tasa de empleo.
- En el periodo estudiado (2012-2019) el empleo aumentó en todos los países, siendo menor este aumento en las ocupaciones de alto riesgo de automatización (6%) que en aquellas con bajo riesgo (18%).
- Los trabajadores con bajo nivel educativo se concentran mayoritariamente en aquellos puestos con alto riesgo de ser automatizados, lo que no significa que la tasa de empleo de este sector haya disminuido, sino que por el contrario, se ha mantenido estable. Esto se debe a que si bien las oportunidades laborales para este grupo pueden haber disminuido, también lo ha hecho el número de personas con bajo nivel de educación.
Fuente: Elaboración propia con datos de la OCDE
En definitiva, si bien la automatización puede destruir empleos, aún no se ha probado que sea un riesgo para la masa laboral, sino todo lo contrario. Puede contribuir al crecimiento de la tasa de ocupación mediante un aumento general de la productividad laboral, que conlleva a una disminución en los costos de bienes y servicios, lo que impulsa su demanda, y por ende, la demanda de empleo. Asimismo, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), estimó que para el año 2025 la tasa de automatización será de un 47% (actualmente es de un 33%), lo que provocará el desplazamiento de cerca de 85 millones de empleos a nivel mundial, pero creándose a su vez un aproximado de 97 millones de nuevos puestos de trabajo.
¿Cómo afrontar estos cambios?
Ante este futuro inminente, se vuelve fundamental adoptar una postura proactiva ante la digitalización y automatización, y adaptarse y prepararse para trabajar con esta realidad, y no en contra de ella. Los especialistas Thomas H. Davenport y Julia Kirby proponen cinco alternativas en su artículo “Beyond Automation” (“Más allá de la automatización”):
- Dar un paso arriba (step up): Requiere dirigirse a un terreno intelectual más elevado, contribuir con una perspectiva y con un nivel de abstracción superior al que cualquier artefacto digital pueda llegar a alcanzar. Comprometerse con preocupaciones que requieran de experiencia, perspicacia y la capacidad humana de comprender rápidamente los constantes cambios, dejando que la automatización realice el trabajo operativo y repetitivo. De optar por esta alternativa, es importante mantenerse informado y, sobre todo, contribuir continuamente con creatividad a la hora de incorporar la tecnológica a la estrategia de la organización. Los puestos de alta dirección o gerencia entran dentro de este segmento.
- Dar un paso al costado (step aside): Este enfoque requiere resaltar las habilidades propias del ser humano que no pueden ser codificadas ni artificialmente racionalizadas. Se trata de sacar ventaja de capacidades inter e intra personales que requieren comprender, conocer y lidiar con otras personas. La empatía, la persuasión, el liderazgo y muchas otras cualidades que necesitan de un toque humano son fundamentales en esta nueva era. La tecnología, sin duda, puede contribuir favorablemente para quienes entran en esta área, pero no los podrá sustituir.
- Dar un paso adentro (step in): Por más exacta y avanzada que pueda volverse la automatización de procesos, la digitalización cuenta con limitaciones, sobre todo en cuanto a excepciones se trata; por lo tanto, se vuelve necesaria la intervención y supervisión humana. Se debe conocer y entender la forma en que el software funciona y realiza su rutina para monitorearlo, modificar sus funciones e intervenir en caso de ser necesario, asegurándose que los resultados sean los esperados. Dentro de esta alternativa se debe trabajar en equipo con el robot, haciendo que el apoyo sea mutuo: la persona se asegura de que la computadora esté haciendo un buen trabajo y ésta realiza el trabajo mejor.
- Estrechar el paso (step narrowly): Este enfoque implica encontrar una especialidad que aún no sea económicamente rentable automatizar. La clave está en enfocarse en un nicho de mercado aún no explotado y especializarse en el mismo. No significa que no sea posible eventualmente desarrollar una automatización ni invertir en tecnología digital, sino que al momento el mercado es pequeño y no es rentable ni conveniente hacerlo.
- Dar un paso adelante (step forward): La tecnología está en constante crecimiento y los avances son diarios, pero hay que recordar que detrás de estas innovaciones hay personas creándolas. Dar un paso adelante significa no solo contar con las habilidades técnicas cada vez más requeridas y complejas, sino pensar por fuera de los límites actuales, detectar carencias e imaginar herramientas que aún no existen: construir la próxima generación de inteligencia artificial.
Las oportunidades existen, sólo deben ser identificadas y aprovechadas al máximo para hacer de la automatización un factor positivo tanto para las empresas como para las personas que trabajan en ellas.
(*) Contadora Pública. Integrante del Departamento Contable – Tributario de Carle & Andrioli, firma miembro independiente de GGI Global Alliance