El Gobierno manifestó su intención de elevar el mínimo no imponible del IASS y el IRPF si el crecimiento de la economía lo permite, lo que ha despertado opiniones diversas entre economistas. Por un lado están quienes entienden que no existe margen fiscal, y que de haberlo debería enfocarse en otras prioridades, otros, en cambio, consideran que puede ser “una buena medida”, y contribuya a generar un mayor consumo y alivianar la carga impositiva de la clase media.
El presidente Luis Lacalle Pou ha manifestado en varias oportunidades que es intención del Gobierno elevar el mínimo no imponible del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) si el crecimiento de la economía lo permite. Esta semana, la ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche, reiteró el compromiso de que si había un crecimiento mayor, habría una disminución en los impuestos, y que “ese compromiso sigue estando vigente”.
Destacó que en el primer trimestre la economía uruguaya creció en términos interanuales más de un 8%, y en base a esa información esbozan un crecimiento para este año de 4,8%, un punto porcentual por encima de lo proyectado en febrero.
Sube la franja
Para el economista Pablo Moya, de la consultora Oikos, el “margen fiscal” es un término muy relativo, y depende de los objetivos que se fije el Gobierno. No obstante, valoró que la iniciativa de elevar los mínimos no imponibles puede “ser una buena medida” para darle estímulos a las personas físicas.
Explicó que para reducir la carga impositiva de los impuestos directos, una opción es subir las franjas del impuesto, y otra alternativa es la de permitir más deducciones. “Creo que lo más sencillo es subir la franja, y es más complejo ir a esquemas de más deducciones de gastos”.
A su entender, elevar las franjas de IRPF va a estimular el consumo debido al escenario actual del país. Fundamentó que una medida de este tipo puede generar más consumo o aumentar el ahorro, como sucedió en EEUU durante la presidencia de Bill Clinton, quien redujo impuestos pensando en incentivar el consumo pero que no lo consiguió porque la sociedad ya estaba en un nivel de consumo elevado. En su opinión, no es lo que ocurriría en Uruguay, dado que el país se encuentra en una fase del ciclo económico en el que hay margen para que el consumo aumente.
Por su parte, el gerente de Consultoría Económica de PwC, Ramón Pampín, dijo a CRÓNICAS que “los gobiernos tienen muchas prioridades” y que parte de la discusión pasa por “qué entendemos en Uruguay por clase media”. En ese sentido, valoró que es una discusión “compleja” y que tiene “muchas aristas”, ya que es un tributo que mucha gente no llega a pagar por su nivel de ingresos.
Por su parte, el economista Ignacio Munyo había manifestado en entrevista a CRÓNICAS que se trata de “medidas que van a reducir la recaudación en el corto plazo”, pero que deberían analizarse en sus efectos a mediano y largo plazo. “Entiendo esta política, me parece razonable, creo que obviamente va a generar presiones para que aumente el déficit, pero considero que hay otros lugares de donde se puede rascar”, dijo el experto (ver CRÓNICAS del 24/06/2022, Págs. 10 y 11).
Compensa
Munyo manifestó que el aumento del mínimo no imponible podría tener cierto efecto compensatorio a través de un mayor consumo que implique más recaudación de otros impuestos. “Si una vez que la economía incorpore este cambio, las personas van a consumir más y van a pagar IVA, entonces lo que se deja de recaudar por el IRPF lo vas a recaudar por otro impuesto. En el neto, es menos la pérdida de recaudación que inicialmente uno cree”, dijo el director de Ceres.
En ese sentido, Moya coincidió respecto a que la caída recaudatoria de la medida podría en parte ser compensada por una mayor captación de impuestos indirectos, al tiempo que Pampín valoró que este “efecto de segunda vuelta” posiblemente tenga poco impacto.
Al margen
En otro orden, durante un evento organizado por la Universidad Católica para analizar la situación económica de Uruguay, los economistas Javier de Haedo, Gabriel Oddone y Tamara Schandy también se refirieron a este tema.
De Haedo fue enfático en que la “situación fiscal del país no está consolidada”, por lo que “no hay el tal espacio fiscal”.
Oddone recordó que el anuncio fue una de las promesas de campaña del presidente, pero comentó que, de formar parte del Gobierno, “estaríamos batallando para que estas rebajas no tuvieran lugar en este momento”.
En tanto Schandy, opinó que es momento de cuidar la política fiscal y la consistencia entre las políticas macroeconómicas, en donde es importante que la política fiscal evite tomar un giro expansivo. “Mi opinión es que es un uso de recursos, probablemente, menos importante que muchos otros”, afirmó.
Mirar a la clase media
Moya evaluó que quizás es momento de hacer un esfuerzo por la gente que “ha tenido un mayor crecimiento de su carga contributiva”, que son las franjas de ingresos medios. “Claramente no son los que más necesitan (…) pero también es bueno que se los tome en cuenta”, comentó.
En una línea similar, Pampín indicó que es lógico que el Gobierno se enfoque en “atender incendios”, pero que a veces es necesario observar a los sectores medios. Comentó que al analizar los ingresos, se observa que los sectores de ingresos más altos y más bajos son los que tuvieron mayor aumento de ingresos desde 2013, mientras que los sectores medios, se ubicaron por debajo de la media. “Hay una trama de clase media que nos cuesta evaluarla, pero que si se da vuelta y mira la góndola del supermercado, se le complica mucho también”, reflexionó.
En tanto, durante el evento de la Universidad Católica, De Haedo cuestionó el argumento del presidente de que era una medida “para dar una mano a la clase media-baja”, ya que “el 30% pagamos IRPF, o sea que la clase media-baja no; en todo caso hablamos de clase media para arriba”.