La inestabilidad política, la inseguridad jurídica, las crisis económicas y otros factores han llevado a mucha gente a leer o escuchar hablar sobre “planificación patrimonial”. Y con esa expresión aparecieron, también, lugares comunes y mitos acerca de su utilización y su legalidad.
La planificación no es ni debe ser propiedad de los más ricos. Lo más importante es planificar sin importar en la etapa de la vida en que las personas se encuentren. Alcanza con tener algo que se quiera proteger, sea para nosotros mismos como para otros.
La planificación patrimonial consiste en determinar la forma o estructura jurídica que se utiliza para adquirir, poseer y transferir cada activo que integra nuestro patrimonio, de manera tal de poder cumplir los objetivos de planificación y al mismo tiempo mitigar los riesgos que afectan a todos los patrimonios, explica Martín Litwak, CEO de Untitled SLC, una boutique de servicios legales especializada en planificación patrimonial y fondos de inversión.
Cuando se planifica no solo se piensa en el hoy, sino también en el futuro a corto y largo plazo de las personas y sus familias. No importa si son familias ensambladas o una sola familia, el error es no ocuparse de planificar. Hoy las personas se pueden casar con separación de bienes, pueden hacer testamentos, trusts, fideicomisos; pueden velar por el bienestar de cada uno de sus hijos de diferentes matrimonios, de sus cónyuges y excónyuges. Hay herramientas disponibles en casi todos los países para lograr esto.
CRÓNICAS conversó con Litwak, quien respondió algunas preguntas al respecto.
-¿Qué es la planificación patrimonial? ¿Qué aspectos abarca? Y, sobre todo, ¿cuál es la ventaja de hacerlo?
-La planificación patrimonial consiste en determinar la forma o estructura jurídica que vamos a utilizar para adquirir, poseer y transferir cada activo que integra nuestro patrimonio, de manera tal de poder cumplir con los objetivos de planificación. Pueden ser por temas de cuestiones sucesorias, proteger los activos, reducir la carga tributaria y también al mismo tiempo mitigar los riesgos que afectan a todos los patrimonios como voracidad fiscal, ausencia de libertad testamentaria, falta de seguridad jurídica, entre otros.
Su principal beneficio radica en que, cuando planificamos, pensamos no solo en el hoy, sino también en el futuro a corto y largo plazo de las personas y sus familias.
-¿Qué herramientas puede usar un uruguayo para hacer planificación patrimonial?
-La herramienta más sencilla es el testamento. Luego, en orden de complejidad, le sigue el armado de sociedades y fideicomisos tanto en Uruguay como en el exterior, los seguros y, finalmente, la mudanza internacional.
-¿En su experiencia hay activos “más amigables” con la planificación patrimonial (y un futuro legado) que otros?
-Los bienes más fáciles de registrar son los inmuebles, automóviles y cuentas bancarias. Los activos no registrados como joyas en cajas de seguridad, activos digitales y cripoactivos (monedas y NFT) son más complejos. También hay activos difíciles de valuar como las empresas familiares y cierto tipo de arte donde hay discrepancias en cuanto a su valor.
-En base a su experiencia en el trato con clientes bien heterogéneos, ¿cuáles son los errores que ve más frecuentemente?
-El error más frecuente es no planificar.
-¿Hay más problemas cuando existen familias ensambladas, parejas sin hijos o “los míos, los tuyos y los nuestros”?
-Más que las familias ensambladas y tener varios matrimonios, el error es no ocuparse de planificar. Hoy las personas se pueden casar con separación de bienes, pueden hacer testamentos, trust, fideicomisos; pueden velar por el bienestar de cada uno de sus hijos de diferentes matrimonios, de sus cónyuges y excónyuges. Hay herramientas disponibles en Uruguay y en el exterior para que esto quede equilibrado. También hay otros tipos de problemas adicionales que se presentan cuando se quiere dejar un bien a alguien que no es un heredero directo en un país donde hay una herencia forzosa, por ejemplo, dejárselo a un hermano o a un amigo.
-Cuando pensamos en planificación patrimonial, en general, se piensa en personas con mucho dinero. ¿Esto es así?
-Creo que este es uno de los primeros mitos. Definitivamente, esto es falso, ya que solo basta con poseer algún bien o activo para poder planificar. Las herramientas de estructuración sirven para cualquiera que quiera proteger esos bienes, mitigar riesgos, lograr privacidad o reducir cargas impositivas, entre otros fines.
-Los que estructuran el patrimonio, ¿buscan evadir impuestos?
-Esto es falso. Si bien uno de los objetivos de la planificación puede ser reducir las cargas impositivas, no es el más habitual ni es siempre posible. La estructuración patrimonial puede resolver cuestiones sucesorias (para saber quién va a heredar cada bien), de organización del patrimonio (para resolver temas vinculados a ensambles familiares, dependencia económica, problemas de salud) y también definir consecuencias tributarias.
-En algunos casos puede dar la impresión de que al planificar se pierde el control de los bienes. ¿Esto es posible?
-Esto también es falso. Si bien hay estructuras patrimoniales muy puntuales donde eso ocurre, son las menos y aplica en casos específicos. En general, con la estructuración de patrimonios no se pierde el control de los bienes. Por eso es importante asesorarse bien, con especialistas, antes de planificar.
-¿Es ilegal trasladar, por ejemplo, parte de mi dinero al exterior?
-No, claro que no es ilegal. Poseer activos propios en otros países no afecta la legalidad de la estructura, y puede en ocasiones ser beneficioso por la seguridad jurídica y desde el punto de vista impositivo.
-Para terminar, ¿tener una sociedad en una jurisdicción offshore es ilegal?
-Para nada, no es ilegal ni es algo que esté prohibido. Los denominados ‘paraísos fiscales’ pueden ser beneficiosos por cuestiones de privacidad, seguridad jurídica e incluso –no en todos los casos– de carga impositiva, pero su utilización no implica ilegalidad. Lo que puede tener consecuencias, en todo caso, es el dinero mal habido o la realización de una mala estructuración o la no declaración de esos bienes según corresponda en cada jurisdicción.
Sea por administrar mucho o no tanto, la planificación y la previsión pasó a ser un tema de agenda. Según Litwak, “una definición clásica de planificación patrimonial se trata de determinar la forma o estructura jurídica que vamos a utilizar para adquirir, poseer y transferir cada activo que integra nuestro patrimonio más allá del monto o activos de los que estemos hablando”.
De eso se trata, entonces, planificar: de cuidar lo que tenemos. Nuestro futuro o el futuro familiar. De lograr nuestros objetivos y de vivir tranquilos.