Guillermo Moncecchi, director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo (IM)
Que Montevideo sea una ciudad ambientalmente amigable es uno de los principales objetivos planteados por la administración departamental. En ese contexto, se han puesto en marcha diversas herramientas con el fin de mejorar la limpieza, que no solo tienen que ver con recolección, sino que incorporan otros ejes complementarios. Hoy, uno de los problemas que está afectando más esta área es la indigencia, lamentó Moncecchi, y agregó que es necesario un tratamiento integral del tema por parte del gobierno nacional. En otro orden, se refirió a las negociaciones realizadas para aprobar el préstamo del BID y destacó la transformación energética que ha llevado adelante Uruguay y que se ha convertido en una política de Estado.
El menú El jerarca degustó carpaccio de lomo, y como segundo plato eligió ravioles negros rellenos de salmón flambeado en vodka con crema de cúrcuma y caviar, menú que acompañó con agua mineral. Más tarde, prefirió té.
Por Magdalena Raffo @MaleRaffo
-¿Cuál es el balance que hace de estos casi dos años de gestión en materia ambiental?
-Un eje principal ha sido la visión de la sustentabilidad ambiental como algo transversal a toda la gestión de la ciudad, en el entendido de que, si yo resuelvo solo la limpieza o solo el saneamiento por separado, no alcanza, tengo que tener una perspectiva más grande. La idea de “Montevideo más verde” es esa, una ciudad ambientalmente amable, que tiene que estar limpia, pero también tener mejores espacios públicos, más actividades al aire libre.
Eso significa más calidad de vida, y le sumamos un enfoque de equidad, que implica brindar soluciones distintas para realidades diferentes. Las necesidades son diversas según los barrios. Esto no pasa por poner contenedores iguales en todos lados, sino por pensar las mejores soluciones para cada lugar.
Estamos conformes. Desde el punto de vista operativo hemos tenido buenos resultados de limpieza, ya hay varios instrumentos que están funcionando, mejoras que propusimos y se están ejecutando, como la recolección de los contenedores, pero también la herramienta del WhatsApp y el soporte a través de vehículos dedicados a eso, con un componente de inclusión social. Hemos avanzado en el trabajo basado en evidencia.
-¿Cómo funciona ese tipo de herramientas?
-En el Observatorio Ambiental vemos todo lo que pasa, en el caso de la limpieza se utiliza para ver en qué situación estamos y tomar decisiones de microgestión en base a esos datos. Todas las mañanas revisamos cómo fue la recolección del día anterior, dónde se quedaron atrás, por diferentes motivos, entonces se pone más foco ahí. Se hace una planificación mirando los mapas de calor, viendo dónde están los reclamos, y en base a eso se actúa, y nos está dando muy buenos resultados.
Pensando a largo plazo, se hizo el Plan de Saneamiento Urbano, el Plan V —por verde—, que son medidas más de fondo. Tuvimos un tropezón con la no aprobación del Plan de Saneamiento, que fue una pena, pero no una pérdida de tiempo.
-¿A qué se refiere?
-Digo que fue una pena porque trabajamos mucho con diversos técnicos nuestros y del BID en elaborarlo, e incluía una visión amplia global del tema ambiental que quisimos plasmar. Lamentablemente, no conseguimos los votos, pero aprendimos mucho y estamos intentando aplicar todo ese conocimiento adquirido en el Plan V, que mantiene esa visión estratégica, aunque sin tener los recursos que hubiéramos querido, sobre todo en la limpieza.
-¿Qué planes de los que quedaron afuera se van a llevar a cabo de otra manera?
-Por ejemplo, nosotros teníamos una propuesta de recolección domiciliaria en algunas zonas de la ciudad como Carrasco, Malvín o Lezica. Eso no se va a poder hacer porque no tenemos los recursos, pero sí lo vamos a plantear con la misma lógica en cooperativas y complejos de vivienda de más de 20 casas. Es más reducido, pero nos permite impactar en más gente con menos recursos.
-¿Cómo vio las explicaciones que dieron en su momento los ediles que no acompañaron esto? ¿Cree que tenían una visión errada sobre la propuesta?
-Sí, no lo digo de forma despectiva, pero creo que es una visión del saneamiento del siglo pasado, es decir, muy tradicional, como sinónimo de redes de saneamiento y del drenaje. Pero esto ha cambiado mucho hacia una visión más global, de saneamiento ambiental, donde están incluidos los residuos, pero también los ecosistemas, cursos de agua. Con los residuos es lo mismo: no alcanza con una visión de recolección para gestionarlos, sino que hace falta integrar otras cosas.
-¿Por qué cree que no se entendió esa visión más moderna?
-Porque el argumento era: “No tienen por qué comprar más contenedores y camiones”, cuando, en realidad, estos estaban destinados a generar todo el sistema para la recuperación del reciclaje, no para sustituir lo que hay hoy, sino para tener un circuito paralelo. No se dimensionó este concepto global y se lo vio solamente como una compra de infraestructura, cuando era muchísimo más que eso, era un cambio sistémico que la ciudad necesita, que no pasa solo por mejorar la recolección.
-¿Cómo fue el proceso de negociación llevado adelante con el resto de los partidos?
-En algún momento fue un poco desconcertante. Nosotros les planteamos la primera versión del programa a los coordinadores de las bancadas y no tuvimos ningún tipo de observación. Seguimos adelante, hicimos instancias públicas de difusión con los vecinos, con todo lo que eso implica —porque generás expectativa—, y tampoco tuvimos ninguna devolución, que apareció recién cuando el préstamo ya estaba aprobado por el BID y era mucho más difícil hacer cambios. O sea, toda la negociación que se hizo después fue sobre un proyecto que prácticamente no teníamos capacidad de cambiar sin volver a pasar por el BID.
Aun así, contemplamos las observaciones, propusimos poner recursos propios adicionales para redes de saneamiento, que era algo que se había pedido. Pero cada vez que presentábamos una propuesta, ellos nos pedían algo más. Hasta que llegó un momento donde nos terminaron pidiendo incorporar montos que eran absolutamente imposibles y entendimos que no había voluntad de votarlo.
-¿Qué cambió luego?
-Cuando quitamos los temas con los cuales dejamos de lado esa visión ambiental general, todo se volvió más sencillo. Quedó claro que la oposición no tenía voluntad de incluir la limpieza dentro de los cambios estructurales que proponía el Plan de Saneamiento.
-¿Cree que había alguna intencionalidad política en el sentido de frenar que saliera el préstamo?
-Eso habría que preguntárselo a ellos. A mí me resulta muy difícil de explicar que no se haya querido incorporar este tipo de cosas, pero no me animo a hacer un juicio de valor.
-¿Sigue pensando que la versión anterior era mejor para la gente?
-Sí, por supuesto. De esa forma íbamos a llegar al 92% de la población con mecanismos para recuperar plásticos y para clasificación en origen, en línea con la meta del gobierno nacional de llegar al 30% de recuperación en 2023. Nosotros íbamos a ser un vector muy importante para ejecutar eso, que es algo que Uruguay necesita, no solo Montevideo.
-¿Cómo define la situación de la limpieza en Montevideo? ¿Está conforme con los resultados de las políticas implementadas o cree que falta para llegar al objetivo deseado?
-Las dos cosas. Estamos conformes, hoy tenemos los más altos niveles de recolección desde que arrancó el período. Se está empezando a notar que la ciudad está más limpia. Hemos tomado medidas que muestran una preocupación compartida con los ciudadanos. La limpieza dejó de ser responsabilidad solamente de la Intendencia; nosotros somos los primeros en hacernos cargo, pero también es algo que nos compete a todos como montevideanos. Tenemos mucho que hacer todavía en recuperación, participación y cambio cultural.
Una de las cosas que hemos visto al analizar lo que la gente deja en las papeleras de las plazas, por ejemplo, que a veces están desbordadas o hurgadas, es que no se trata de un problema de gestión, porque se llenan demasiado rápido y muchas veces es con residuos domiciliarios.
Además, uno de los principales problemas de la limpieza en Montevideo es la gente en situación de calle, que ha aumentado muchísimo y me tiene muy preocupado. Es muy complejo y es uno de los temas que está impactando más en la limpieza, porque hoy en día casi no tenemos contenedores desbordados, pero sí hay mucho residuo alrededor y eso tiene que ver con la indigencia.
-¿Qué ha hecho la IM en esta área?
-La Intendencia trabaja en remediar eso, tiene los refugios diurnos, que los maneja sobre todo el Departamento de Desarrollo Social, con el que trabajamos en conjunto. Nosotros nos reunimos todas las semanas con ellos.
Pero en esto inciden muchas otras cosas, como la situación carcelaria, es decir, hay gente que sale de las cárceles y no tiene a dónde ir y queda en la calle; hay problemas de salud mental, de adicciones. Es un tema muy complejo.
-¿Percibe preocupación por parte del gobierno con respecto al tema o cree que debería poner mayor foco en eso?
-Yo creo que debería poner más foco. Tendría que ser una preocupación más profunda. Es necesario hacer un análisis a fondo porque tiene muchos factores y no alcanza con resolverlo con una visión sola, sino que hace falta un abordaje más integral que yo no veo que esté ocurriendo. Cada vez más está apareciendo este problema en diferentes zonas de la ciudad.
“Nadie en el mundo pone en duda que el enfoque de las energías renovables en Uruguay ha sido exitoso”
-Como exministro de Industria, ¿cuál es su visión sobre el cambio de la matriz energética llevado adelante por el Frente Amplio (FA)? Hoy se escuchan voces en el oficialismo acerca de que aquellos contratos PPA firmados a 20 o 30 años están generando pérdidas porque UTE tiene que comprarles la energía a los generadores privados, aunque no la use. ¿Qué opinión le merece?
-No hay nadie en el mundo que ponga en duda que el enfoque de las energías renovables en Uruguay ha sido exitoso. Cuando yo estuve en Alemania siendo ministro de Industria, los medios periodísticos alemanes me preguntaban qué le podía recomendar yo a ese país para el cambio energético.
Y cualquiera sabe que cuando se van a hacer inversiones de este porte, los contratos son de mediano a largo plazo. Que alguien diga, con el diario del lunes, que podía haber pagado menos, es un razonamiento contrafáctico que no se sostiene. Lo que te da ese tipo de contrato es la seguridad del funcionamiento, porque no podés poner un aerogenerador acá mañana y después comprarle a otro. Son procesos que tienen que ser sólidos y sistémicos.
En los hechos, el gobierno ha seguido adelante con esto y hoy parece ser una política de Estado, más allá de algunas voces que puedan no estar de acuerdo.
-El director de UTE por Cabildo Abierto, Enrique Pées Boz, dijo a CRÓNICAS que una de las fallas en el caso uruguayo fue que no se puso una cláusula tecnológica, por lo cual hoy, que la producción es menos costosa, se sigue pagando al mismo precio que hace muchos años. ¿Qué responde?
-Que con el diario del lunes es fácil saber cómo salieron las carreras.
-¿Qué lectura hace sobre lo que está haciendo este gobierno en la materia, a lo que ellos le llaman la segunda generación de la transformación energética?
-Me parece muy interesante, es la continuidad de algo que habíamos iniciado con el tema del hidrógeno, a través de la iniciativa del Ministerio de Industria y de Ancap, el proyecto Verne, y en la movilidad eléctrica también. Tal vez se debería avanzar más rápido, pero desde el punto de vista de la política en temas de energía claramente se ha continuado lo que se desarrolló en los gobiernos del FA.
-¿En qué sentido se tendría que avanzar más rápido?
-Por ejemplo, en el tema de la movilidad eléctrica, creo que habría margen para ir más rápido, para invertir más o destinar los recursos necesarios para profundizar eso.