Apuntando a contener la inflación, la Reserva Federal (Fed) estadounidense anunció el tercer aumento consecutivo de 75 puntos básicos (pb) en la tasa de interés, llevándola al nivel de 3%-3,25%, alcanzando así un máximo desde enero de 2008. El banco central recortó sus previsiones de crecimiento y espera que la inflación se mantenga por encima del objetivo en los próximos años.
La Fed continúa en su ritmo de incremento de tasas, y en su última reunión resolvió el tercer aumento consecutivo de 75 pb en su tasa de interés, buscando poner un límite a las presiones inflacionarias. Con la nueva suba, adoptada por unanimidad de los miembros, la tasa alcanzó el rango de 3% a 3,25%, un nivel no visto desde enero de 2008, unos meses antes de la quiebra del gigante de inversiones Lehman Brothers (setiembre de 2008) que marcara el inicio de la crisis financiera internacional.
Con este movimiento, las autoridades de la Fed apuestan por mantener el rumbo constante, con una subida que ya descontaba el mercado. El banco central estadounidense optó por cumplir con sus promesas antes que asustar a los mercados con un aumento mayor, de 100 pb, que –además– podría golpear a una ya afectada economía.
De hecho, la Fed corrigió a la baja sus previsiones del crecimiento de la economía estadounidense y lo que era un claro avance ahora se ha convertido en un aumento muy leve. El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, cuyas previsiones anteriores apuntaban a una expansión de entre el 1,4% y el 2%, ahora se sitúan entre el 0,2% y el 0,3%.
También se recortaron las previsiones para 2023 y 2024. Para el año próximo se espera un crecimiento del PIB de entre 1% y 1,4%, y para el siguiente de entre 1,4% y el 1,8%.
Sangre, sudor y lágrimas
En materia de inflación, el banco central espera que cierre el año entre el 5% y el 6%, mientras que en 2023 superaría el 3%. Sobre los años posteriores, aún no se cumpliría el objetivo de inflación pues en 2024 estaría en el entorno del 2%, pero todavía sobrepasándolo, mientras que en 2025 se quedaría al borde de este objetivo.
De acuerdo a los últimos datos, la inflación comenzó a ceder terreno en agosto debido al endurecimiento monetario de la Fed y a la corrección del precio del petróleo y los combustibles. Sin embargo, el aumento del nivel de precios sigue en cifras muy superiores al objetivo del 2% que se marca el banco central, con el IPC situado en el 8,5% interanual.
En este marco, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró que su prioridad es bajar la inflación, aunque haya que pagar un peaje para volver a tenerla bajo control. En Jackson Hole (la reunión anual de banqueros centrales, ministros de finanzas y empresarios internacionales), Powell indicó que “es probable que la reducción de la inflación requiera un período sostenido de crecimiento por debajo de la tendencia” y remarcó que las subidas de tasas “traerán algo de dolor a los hogares y negocios estadounidenses”.
Aumento agresivo
Por su parte, en un análisis de la decisión de la Fed realizado por BBVA Research, el área de análisis económico-financiero de la entidad bancaria, se prevé que el banco central estadounidense “continúe subiendo las tasas de manera agresiva y agregue 125 pb adicionales a la tasa monetaria de aquí a diciembre, llevándola al rango objetivo de 4,25-4,50%”.
No obstante, para el año próximo se prevé que, tras una suba adicional en enero de 25 pb, la Fed mantenga las tasas sin cambios en un nivel de 4,75% durante casi todo el 2023.