El FMI proyectó un escenario económico mundial marcado por “una serie de problemas turbulentos” y alertó que “los riesgos para las perspectivas siguen siendo inusualmente grandes”. Entre ellos, menciona el endurecimiento monetario, nuevos shocks en los precios de la energía y los alimentos, sobreendeudamiento en los mercados emergentes por el endurecimiento de las condiciones financieras, un resurgimiento del covid-19 o nuevas alertas sanitarias, el empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario en China, y la fragmentación geopolítica. No obstante, el organismo corrigió al alza su pronóstico de crecimiento para Uruguay a 5,3% este año y a 3,6% el próximo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus proyecciones de crecimiento para Uruguay, pero trazó un parco panorama para la economía global que atraviesa “una serie de problemas turbulentos”, según la última actualización de su informe Perspectivas Económicas Mundiales.
“La mayor inflación registrada en varias décadas, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistencia de la pandemia de covid-19 inciden notablemente en las perspectivas”, describe el informe. En este marco, la normalización de las políticas monetarias y fiscales que se adoptaron para durante la pandemia está provocando un enfriamiento de la demanda, al tiempo que las autoridades económicas procuran reducir la inflación para que retorne al nivel fijado como meta.
En ese sentido, interpreta que “la salud futura de la economía mundial depende fundamentalmente de la adecuada calibración de la política monetaria, el curso de la guerra en Ucrania y la posibilidad de que surjan nuevas perturbaciones por el lado de la oferta relacionadas con la pandemia, como por ejemplo en China”.
Tras el crecimiento de 6% registrado por la economía mundial en 2021, el FMI espera que se observe una desaceleración del PIB global, creciendo en 3,2% este año y 2,7% el próximo. Así, el FMI mantiene su pronóstico para este año respecto a su informe de abril, pero recorta en dos décimas de punto su estimación para 2023.
El FMI subraya que se trata de un perfil de crecimiento más débil que el registrado en 2021, lo que refleja importantes desaceleraciones en las principales economías: una contracción del PIB de EEUU en el primer semestre de 2022, una contracción en la zona del euro en el segundo semestre de 2022 y brotes de covid-19 y confinamientos prolongados en China, donde la crisis del sector inmobiliario va en aumento. Aproximadamente una tercera parte de la economía mundial afronta dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, lo que técnicamente, define a una recesión.
De acuerdo al informe, la inflación mundial pasaría de un 4,7% el año pasado a un 8,8% el actual, aunque descendería a 6,5% en 2023, y a 4,1% en 2024.
Proyecciones locales
En cuanto a América Latina y el Caribe, el FMI pronostica un crecimiento de 3,5%, medio punto por encima de lo proyectado en abril, y de 1,7% para 2023. Esta proyección “refleja una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022, en parte por los precios favorables de las materias primas, condiciones de financiamiento externo aún favorables y la normalización (pospandemia) de actividades en sectores intensivos en contacto”.
No obstante, se espera una desaceleración de la actividad en la segunda mitad del año y en 2023, por el debilitamiento de los países socios, el endurecimiento de las condiciones financieras y la reducción de los precios de las materias primas.
Para Uruguay, el FMI corrigió al alza su pronóstico de crecimiento para este año desde el 3,9% esperado en abril a un 5,3%, y para 2023 de 3% a 3,6%. De esta forma, Uruguay sería de los pocos países que mejoró su nivel de crecimiento con respecto a 2021, cuando el PIB creció 4,4%.
De Uruguay, se destaca la política de avance hacia la descarbonización y su agenda de mitigación del impacto del cambio climático, aunque exige una mayor rigurosidad en el impuesto al carbono, que actualmente se aplica solo a las naftas. “Si bien el marco del impuesto al carbono del país aún está en sus inicios, delegar la evaluación periódica de la política climática y el progreso a un organismo independiente mejoraría la transparencia y la confianza”, señala el FMI.
Riesgos “inusualmente grandes”
El FMI alerta que “los riesgos para las perspectivas siguen siendo inusualmente grandes y se inclinan a la baja”. La política monetaria podría errar al determinar la orientación precisa para reducir la inflación. Nuevos shocks de los precios de la energía y los alimentos podrían prolongar la inflación persistente. El endurecimiento de las condiciones financieras podría dar lugar a un sobreendeudamiento generalizado en los mercados emergentes. La interrupción del suministro de gas por parte de Rusia podría deprimir el PIB de Europa. Un resurgimiento del covid-19 o nuevas alertas sanitarias a escala mundial podrían frenar aún más el crecimiento. Un empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario en China podría repercutir en el sector bancario interno y lastrar el crecimiento del país, con efectos transfronterizos negativos. Y la fragmentación geopolítica podría obstaculizar los flujos comerciales y de capital, dificultando aún más la cooperación en materia de política climática.
Considerando estas amenazas, el organismo indica que se debe mantener el curso de la política monetaria para recuperar la estabilidad de precios, ya que un endurecimiento de la misma en las etapas iniciales es esencial para evitar que la inflación se desancle.
En el ámbito fiscal, se entiende que la prioridad de la política debe ser proteger a los grupos vulnerables mediante ayudas focalizadas. Sin embargo, la orientación general debe seguir siendo restrictiva para que la política monetaria no se desvíe de su objetivo.
Asimismo, se insta a reimpulsar las reformas estructurales para mejorar la productividad y la capacidad económica para aliviar las restricciones de la oferta, ayudando a la política monetaria a combatir la inflación. Las políticas diseñadas para acelerar la transición a la energía verde reportará beneficios a largo plazo en materia de seguridad energética y en cuanto a los costos que implica hacer frente al actual cambio climático.
Por último, el FMI insta a lograr una eficaz cooperación multilateral, para evitar una fragmentación que podría revertir los avances en materia de bienestar económico conseguidos tras 30 años de integración económica.
Ministra de Economía participa de las Reuniones Anuales 2022 del Banco Mundial y el FMI
La ministra Azucena Arbeleche, inició una visita en Washington DC, junto a otras autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas y el presidente del Banco Central, Diego Labat, en el marco de las Reuniones Anuales 2022 del Banco Mundial (BM) y el FMI.
La secretaria de Estado se reunió con el director gerente de Operaciones del BM, Axel van Trotsenburg; con el vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo y Jordan Schwartz, director del BM para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Arbeleche estuvo acompañada de la directora de Política Económica del Ministerio, Marcela Bensión; del director de la Unidad de Gestión de Deuda, Herman Kamil; del asesor en Economía Ambiental, Marcelo Caffera; de la representante uruguaya ante el FMI, Inés Bustillo; y representante uruguaya ante el BM, Carolina Saizar.
Hoy viernes 14 presidirá la sesión del Comité de Desarrollo del BM y el FMI, un foro ministerial a nivel global, que promueve la creación de consensos intergubernamentales en cuestiones de desarrollo y equidad social.