El endurecimiento de la política monetaria para contener la inflación, el deterioro de las condiciones financieras, la incertidumbre vinculada a la guerra en Ucrania, y el enlentecimiento de China, son los principales riesgos de la coyuntura internacional que observó el Comité de Estabilidad Financiera. A nivel regional, también se advierte por la persistencia de riesgos en los procesos de ajustes de los desequilibrios económicos. Aún así, se concluye que el sistema financiero local está “estable y en condiciones de procesar los riesgos identificados”.
El Comité de Estabilidad Financiera, integrado por el Banco Central (BCU), el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Corporación de Protección del Ahorro Bancario, mantuvo su reunión periódica en la que analizó la situación del sistema financiero y los principales riesgos que podrían afectarle.
Respecto al contexto internacional, se interpreta que la economía global se enfrenta a “una serie de choques simultáneos que han determinado un enlentecimiento generalizado y pronunciado del nivel de actividad, con un aumento y mayor persistencia que la esperada en la inflación internacional”. Esto ha llevado a los bancos centrales de las economías avanzadas a acelerar el proceso de normalización de la política monetaria, provocando un deterioro de las condiciones financieras. De esta forma, la liquidez a nivel global se redujo y la volatilidad de los mercados financieros ha aumentado.
En este entorno, el comité señala que “persiste el riesgo de que se produzca un mayor deterioro en las condiciones financieras internacionales, con mayor aversión al riesgo por parte de los inversores, salida de capitales de países emergentes y condiciones de acceso al financiamiento menos favorables”.
Adicionalmente, la invasión de Rusia a Ucrania sigue golpeando a la economía mundial y agregando incertidumbre. A nivel internacional, los efectos se han propagado a través de un encarecimiento de los productos básicos, con un aumento de los energéticos y una tendencia decreciente de los alimentos en los últimos meses. El comité subraya que “el alto grado de incertidumbre respecto a la duración y la profundidad del conflicto determina que los riesgos geopolíticos derivados del mismo sean objeto de monitoreo y evaluación permanente”.
China y la región
En cuanto a China, se espera un crecimiento del nivel de actividad por debajo de su objetivo, lo que se explica en parte por la política de confinamientos y otras medidas de restricción de movilidad implementadas en el marco de su política de “cero covid”. Asimismo, las vulnerabilidades financieras del sector inmobiliario se han incrementado como resultado de la cesación de pagos de importantes grupos de deudores hipotecarios. El comité sostiene que “la generalización de los problemas del sector inmobiliario a otros sectores de la economía continúa siendo un riesgo relevante”.
En el plano regional, se advierte por la persistencia de riesgos en los procesos de ajustes de los desequilibrios económicos, tanto en Brasil como en Argentina. Para ambos países se espera que en 2023 tengan un crecimiento menor que el proyectado a comienzos del año. En Argentina, la inflación sigue siendo elevada y las reservas internacionales se mantienen en niveles reducidos a pesar de las políticas implementadas. Por su parte, Brasil mantiene los desafíos de consolidación de la sostenibilidad fiscal.
De esta forma, tras analizar los riesgos internacionales y sus posibles canales de transmisión, el comité interpreta que –pese al panorama de crecientes vulnerabilidades a nivel internacional- “el sistema financiero doméstico se encuentra estable y sería capaz de procesar los efectos de una eventual materialización de los mismos”.
“Las propias capacidades del sistema financiero, dentro de las que se destacan sus niveles de solvencia y liquidez, determinan que esté en condiciones de contribuir al manejo de los riesgos, facilitando de esta manera al desempeño presente y futuro de la economía”, concluye.