Eduardo Barbieri, gerente general de la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay (Bevsa)
Con la reactivación comercial luego del impacto de la pandemia, el sector económico estaba a la espera de un importante crecimiento en las emisiones de valores. Sin embargo, con el aumento de tasas y encarecimiento de créditos, la situación cambió. Se realizaron modificaciones normativas, bursátiles y de nuevos instrumentos; herramientas que para el 2023 buscarán desarrollar esquemas que moderen el riesgo.
¿Qué balance hace de la operativa de Bevsa en 2022? ¿Se cumplieron las expectativas? ¿Hay un incremento de operaciones en la plataforma bursátil?
Ha sido un año con puntos altos y bajos. Al inicio de 2022, con la recuperación de la normalidad y el fin del impacto económico de la pandemia, esperábamos un mayor dinamismo en las emisiones de valores para el financiamiento de proyectos productivos y de infraestructura. Sin embargo, con la suba de tasas en el mundo y el encarecimiento del crédito, las expectativas de crecimiento fueron desinflándose con el correr de los meses y vamos a tener un año con escasas emisiones. El 2022 va a cerrar con un crecimiento moderado de la operativa y de la cantidad de operaciones, concentrándose en los mercados con los instrumentos de corto plazo con una dinámica que se aceleró en los últimos meses del año. Por otra parte, nuestro mercado de letras y títulos certificados de depósito de corto plazo mejoró en términos de liquidez y profundidad.
¿Cuál ha sido el impacto de los pasos dados por el gobierno para que a través de la Comisión de Promoción del Mercado de Valores, logren promover el desarrollo eficiente del mercado de valores local?
Ha tenido un impacto positivo. En primer lugar, no hay que olvidar que no existen soluciones mágicas instantáneas que produzcan un aumento de la transaccionalidad ni del monto del circulante de valores públicos. Es un proceso de análisis y propuestas de mejoras que, además de convertirlas en normas, luego deben ser adoptadas por los agentes bursátiles para que produzcan los efectos buscados. Un primer mérito es que la comisión está en la agenda del gobierno y está muy activa. La cantidad de propuestas de mejora ha sido grande, con modificaciones normativas, bursátiles, de nuevos instrumentos, y otras. Se seguirá trabajando en 2023 y se verá si se requieren nuevos ajustes para lograr los objetivos. Se está generando un nuevo paradigma en materia de oferta pública, y ya no es “one size fits all”. Esto quiere decir que se utilizan distintos instrumentos con diferentes características y requerimientos para los distintos perfiles de inversores y tipos de empresas con distinto tamaño.
¿Hay apetito por los activos uruguayos?
Sí y mucho. Lo vemos claramente en que la presión de la demanda de títulos es tal que el diferencial de retornos de nuestros activos bursátiles en relación a los del exterior (particularmente los soberanos) han tenido valores sumamente bajos durante 2022. También puede verse en el éxito de las escasas colocaciones realizadas este año, con niveles de demanda en general muy por encima de los montos ofrecidos.
¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante Bevsa en el actual contexto?
Varios. Estamos en un contexto de jugadores bursátiles y plataformas de negociación regionales y globales que nos empujan a brindar prestaciones y servicios cada vez más sofisticados y competitivos, de manera de no perder la liquidez lograda. En esto estamos muy atentos a las necesidades de nuestros operadores y emisores. En este sentido, tenemos previsto desarrollar e implantar esquemas que mitiguen el riesgo a través de operativas con contraparte central y modelos de márgenes y garantías más precisos. También se está previendo trabajar en mejorar la liquidación y compensación de las operaciones en una forma más eficiente. Por último, Bevsa genera una serie de curvas e indicadores de mercado que apunta a generar benchmarks que sean utilizados y resulten útiles a la hora de actuar en el mercado ofreciendo y tomando productos.