El pasado 30 de diciembre, durante la última reunión del año 2022 del Copom del Banco Central (BCU), se tomó la decisión de incrementar la Tasa de Política Monetaria (TPM) 25 pb hasta 11,5%. Dicha medida profundiza un avance en una fase contractiva de la política monetaria, procurando conducir la inflación hacia su objetivo. La fundamentación de este paso no solo tiene que ver con la valoración positiva del funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, sino también de diversos datos que surgen del contexto trimestral tanto a nivel internacional como nacional.
A nivel global, se resalta que en el último trimestre del pasado año se exhibió un enlentecimiento generalizado, en línea con lo previsto en el trimestre anterior, aunque en este caso, la desaceleración sería menos pronunciada. Por otra parte, se menciona que la situación de China mostró escaso dinamismo e incertidumbre respecto al ritmo de salida de la política oficial de “covid cero”.
En lo que se refiere a los precios, se detalla que a nivel internacional se estabilizaron en niveles elevados sobre esta parte del año, puntualizando que, si bien los shocks sobre los commodities y las cadenas de suministros globales se disiparon, el impacto inflacionario se terminó difundiendo también al resto de los precios, especialmente a través de los salarios. En este contexto global, desde la entidad de contralor se esperaba que a nivel internacional la política monetaria mantuviera un sesgo contractivo, tanto en economías avanzadas como en emergentes.
Contexto nacional
A nivel interno, el BCU resaltó que en este trimestre la actividad económica exhibió una variación desestacionalizada de -0,1%, lo que significa un crecimiento interanual de 3,7%.
Detalló además que este crecimiento interanual se registró en la mayor parte de los sectores, aunque las actividades primarias y la industria manufacturera tuvieron una incidencia negativa, siendo la misma explicada en parte por la baja faena de ganado.
Con respecto al Tipo de Cambio Real Efectivo (TCRE), el informe señala que se apreció levemente con respecto al trimestre inmediatamente anterior. Por otra parte, también se tuvo en cuenta el Indicador de Excedente Bruto Unitario (IEBU), que mide la rentabilidad de la industria exportadora. Este se recuperó en octubre, en un contexto donde hubo un marcado descenso en los costos, el cual compensó el descenso de los precios de exportación.
A nivel general, se resaltó que el país mantuvo las fortalezas financieras, mostrando como pruebas claras de esto la mayor participación de la moneda nacional en la deuda soberana, un perfil de vencimientos que no muestra presiones puntuales en los próximos años, el acceso a líneas de crédito contingentes con organismos internacionales y el nivel de los activos de reserva.
Por último, se subraya que a nivel nacional los sucesivos incrementos de la TPM permitieron amortiguar el efecto de los shocks inflacionarios externos sobre los precios domésticos y sobre las expectativas de inflación en el Horizonte de Política Monetaria (HPM), cuestión que tuvo lugar aun cuando las mismas se mantuvieron por encima del objetivo inflacionario establecido entre 3% y 6% a 24 meses.
Inflación y expectativas inflacionarias
El estudio realizado por la autoridad monetaria deja en claro que la inflación interanual cerró el año 2022 en 8,29%, reduciéndose 1,65 p.p. respecto al registro de septiembre. Por su parte, complementa aclarando que esta disminución estuvo guiada principalmente por la inflación subyacente.
En conclusión, destacó que con el fin de asegurar que tanto la inflación como sus expectativas converjan al rango meta hacia el final del HPM, el Copom continuará con el monitoreo de la situación local e internacional.Finalmente, enfatizó en que con esta desaceleración de la inflación se consolidaría una trayectoria decreciente a medida que los shocks transitorios vinculados a los precios de commodities se continúen disipando y se profundicen los efectos de la política monetaria contractiva. Esta desinflación progresiva estaría guiada por una política monetaria en fase contractiva en todo el HPM, el marco de coordinación de políticas pautado por aumentos de precios administrados y salarios nominales compatibles con la estrategia de desinflación. En este contexto se pronostica que se ubique en 5,6% interanual al final del HPM (diciembre 2024).