El senador del Partido Nacional, Sebastián da Silva, fue entrevistado por CRÓNICAS el pasado viernes y consideró que “romper con el Mercosur no sería ninguna catástrofe”, sino “todo lo contrario”. A raíz de esto, Lago replicó vía Twitter que “la simplificación y no entender dónde están los verdaderos problemas lleva a esta afirmación”, adjetivando los dichos de Da Silva como “típicamente capitalinos y centralistas”. El ejecutivo ahondó al respecto en conversación con CRÓNICAS.
Lago detectó “un preconcepto muy relacionado al centralismo de Montevideo” que lleva a evaluar la pertinencia del Mercosur solo “desde el análisis de los números y el intercambio de capital”, dejando de lado algo “quizá más subjetivo; el relacionamiento real desde los pueblos del interior con la frontera de ese Mercosur”. Como ejemplos, señaló el vínculo entre familias o los casos de personas que trabajan en un país y viven en el otro, situaciones “jerarquizadas y facilitadas por el Mercosur en cuanto a trámites, ida y vuelta, entradas y salidas”.
En este sentido, comentó que “le extraña” que alguien como Da Silva, “que recorre el Uruguay y tiene intereses personales en el interior del país”, no crea que sería una catástrofe una eventual ruptura con el bloque regional. Calificó los dichos como “atemporales”, puesto que los pronunció a pocos días de que Uruguay recibiera “la primera visita oficial del mandatario de Brasil, nuestro vecino más grande”. En suma, discrepó e indicó que “sí sería una catástrofe, sobre todo, para este Mercosur de integración real que existe y que debe seguir existiendo”.
Consultado por las consecuencias de una posible desvinculación del bloque, explicó que Brasil es uno de los clientes principales de Uruguay en materia de exportaciones y que el porcentaje de productos que llegan a este país desde los miembros del Mercosur es muy amplio, por lo que abandonar el tratado haría que se perdiera el acceso a estos productos “económicamente más atractivos”.
A su vez, al margen de lo estrictamente comercial, se refirió a otros intercambios muy importantes para la cooperación regional, como la energía o el agua, vital en esta situación de déficit hídrico, para los cuales el Mercosur funciona como un marco regulatorio.
Los problemas son internos
En el intercambio vía Twitter, Lago llamó a centrarse en los “verdaderos problemas”. Consultado al respecto, dijo que estos son de índole doméstica, aunque muchas veces se “enmascaran” buscando algo externo, en este caso, el Mercosur. Así, uno de los conflictos que identifica es la carga arancelaria que Uruguay cobra en el relacionamiento internacional y que “termina encareciendo nuestros productos”. También apuntó a los monopolios, que generan “un país caro”, como en el caso de los combustibles. Por último, reparó en que la “política cambiaria” no va “en la línea de un país exportador”. Consideró que todos estos elementos son “internas que no solucionamos, y solo vemos desde afuera cuáles son los males, y se ha generalizado que el Mercosur es uno de ellos”.
¿Cono Sur o China?
Ante la pregunta de si es pertinente priorizar el posible Tratado de Libre Comercio con China o concentrarse en la estabilidad del Mercosur, Lago respondió que lo importante es crear “la habilidad de poder generar tratados” que no deriven en escenarios “de blanco o negro”. Reafirmó que “con la política es todo posible”, pero llamó a evitar caer en el pensamiento de que si Uruguay pierde su lugar en el Mercosur lo puede superar firmando el tratado con el gigante asiático.
Sin embargo, planteó que, aunque no coincida con los pensamientos de Da Silva, no busca “generar una grieta ni nada que se le parezca”, sino que van a continuar trabajando tanto “con él como con los otros políticos, porque los cambios se logran a través de la política, y mi idea es incidir en esos políticos que terminan generando el día a día y el futuro del país”.