El Índice Líder CERES (ILC) creció 0,3% en febrero y lo hizo por segundo mes consecutivo. Más allá de este resultado, para que se consolide una tendencia de crecimiento en lo que va del año es necesario esperar al próximo registro para completar tres observaciones con igual inclinación.
En línea con lo que muestra el ILC, el Índice de Difusión (ID) de febrero fue 60%, lo que indica que más de la mitad de las variables que integran el Índice crecieron en el mes. Este indicador considera la proporción de variables del ILC con tasas positivas.
El 2023 comienza con señales mixtas a nivel de actividad: por un lado, una temporada turística que mostró registros significativamente mejores que las dos temporadas de verano anteriores afectadas por la emergencia sanitaria; y por otro, la sequía histórica que atraviesa el sector agropecuario. La falta de lluvias generó una revisión a la baja de las estimaciones oficiales de crecimiento para 2023. En junio 2022 se proyectaba un crecimiento de 3% mientras que a febrero las expectativas son de un aumento del producto en 2%.
En 2022, la economía uruguaya cerró el año con un crecimiento del orden de 5% según el consenso entre estimaciones privadas, lo que da continuidad al crecimiento de 2021 que fue 4,4%. La alta tasa del año pasado se debió al resultado del primer semestre. En el segundo semestre se dio un estancamiento de la actividad, lo que se manifestó en las mediciones del ILC.
La producción de Uruguay logró una recuperación firme después de la recesión iniciada en 2019 y la brusca caída por la pandemia de 2020. El ILC ha sido efectivo para anticipar los cambios de ciclo, así como la salida de aquella caída con un aumento de actividad de cuatro meses seguidos (julio a octubre 2020). Luego, registró oscilaciones entre noviembre de 2020 y marzo de 2021, y comenzó una nueva fase alcista a partir de abril de crecimiento sólido. Los últimos datos del 2022 dieron una señal de posible enfriamiento de la actividad, pero el ILC de enero y febrero cortaron la racha negativa.