Después de muchos años trabajando en política dentro del Frente Amplio, Darío Perez decidió volver al Partido Nacional. Más allá de lo que esto pudo significar desde lo emocional, destacó que el haber cambiado de partido no significa abandonar sus ideas. Por el contrario, reafirma su compromiso con el trabajo social, hoy encaminado en su flamante sector “Patria y Libertad”, en su lista 1717, y en el inicio del camino a su candidatura a la Intendencia de Maldonado. Entre otros temas, el exlegislador analizó el presente de su departamento e hizo foco en su relación con el ministro Martín Lema.
Por Matias Kapek | @matias_kb
-Está claro que en las últimas elecciones nacionales usted no militó a favor del actual gobierno, aunque hoy se encuentre de la misma vereda ¿Cómo evalúa su gestión hasta el momento?
-Arrancó perdiendo dos a cero por la pandemia y ahora se le suma la seca; eso, en cuanto a ingresos, se trata de una dificultad enorme. La pandemia, particularmente, fue muy bien atendida desde el punto de vista de la salud, pero también a la hora de tapar los agujeros que fue dejando en determinados sectores de la población, los cuales estaban prendidos de un alfiler ya desde el gobierno anterior. Si uno mira la macroeconomía, cómo se han comportado otros países y algunas de las cosas que le pasó a este gobierno, creo que le podemos dar una buena nota. Por supuesto, todos quisiéramos mejorar una cantidad de parámetros, como los salarios y otras cuestiones que tienen que ver estrictamente con lo social y la pobreza estructural de nuestro país.
-Teniendo en cuenta lo anterior, ¿a qué reflexión lo lleva el hecho de que sea el mismo presidente Lacalle Pou el que se haya puesto en contacto con usted para que se integrara al Partido Nacional?
-Teníamos una muy buena relación cuando estuvimos en el Parlamento. A veces el partido o el sector al que se pertenece no es lo único; nosotros somos seres humanos y la empatía se puede desarrollar aunque esté del otro lado del alambrado. Que él se comunicara fue importante, pero diría que la decisión de volver al Partido Nacional después de hacer un duelo de un año y medio tuvo que ver con que ando en política desde los 13 años y no entré a participar ni tuve todos estos años pensando en lucrar. Encaré la política de la misma manera que la medicina, como una cuestión de servicio. Así como en la medicina intentas curar y aliviar el dolor que pueda sentir un ser humano, donde existe una sociedad enferma con la política trato de curar y aliviar. Haber cruzado el alambrado no significa que mis ideas hayan quedado del otro lado, son las razones por las que estoy en política.
-¿Con qué tienen que ver sus ideas? ¿Son compatibles con las del Partido Nacional?
-Mi preocupación francamente no son los ricos, ellos tienen como arreglarse; mi preocupación han sido siempre los sectores más humildes. Puedo entender que alguien diga que en un partido con determinadas características y con sectores mayoritarios con determinada matriz ideológica puede no encajar alguien que viene de la izquierda. Pero como soy un apasionado de la historia, reto a revisar la del Partido Nacional para que se vea que durante muchos momentos se han desarrollado propuestas muy progresistas y preocupadas por lo social.
– Si bien el Partido Nacional durante muchos momentos de la historia ha tenido este tipo de propuestas, ¿cómo lo ve hoy? ¿Las iniciativas que encuentra en este sentido tienen que ver con el vínculo de cercanía que ha establecido con el ministro Martín Lema?
-No sé qué está primero, si el huevo o la gallina. Me interesan los temas del Ministerio de Desarrollo Social así como los del Ministerio de Trabajo; tienen que ver con mis preocupaciones. Con Lema se ha creado una corriente de sintonía y simpatía porque él está tratando estos temas, creando y aumentando notoriamente nuevas prestaciones sociales, las cuales, a mi juicio, son muy importantes.
-¿Son suficientes?
-Hay otras transformaciones para sacar a la gente de la pobreza que son estructurales, pero me parece que el encare que ha hecho Martín en el Ministerio de Desarrollo Social es realmente muy interesante.
-Resaltó sintonía y simpatía con Lema. ¿Habla mucho con él?
-Frecuentemente. Me tomo el atrevimiento de llamarlo por determinados temas que me inquietan. Me parece que para la cabeza muy ocupada de los ministros, tener la mirada de alguien que está en el llano es un cable a tierra.
-En el partido, al menos públicamente, se evita hablar de candidaturas. Pero de acuerdo al perfil de Lema y lo que ha mostrado, ¿podría apoyarlo de cara a las internas?
-No quisiera contestarte “falsoteándote”, no es mi estilo, no me gusta andar dando vueltas. Es contrafáctico lo que me estás planteando. Hoy las opciones que hay son las que están a la vista: Delgado, Raffo y Gandini.
¿Su grupo “Patria y Libertad” tiene alguna orientación en este sentido?
-Nuestro grupo es netamente de corte departamental y está conformado por gente de diversas procedencias. Tenemos una gran preocupación por el destino de nuestro departamento; todavía no hemos tenido una definición nacional.
-¿Por qué se decidió por el desafío de formar un sector?
-Entendimos que al llegar de nuevo al Partido Nacional incluirnos en otro grupo no nos iba a permitir moldear la herramienta a nuestro gusto. Hasta el momento la recepción que tenemos desde el pueblo es muy buena, por encima de los partidos. No hemos tenido demasiados contactos con lo que podía llamarse la dirigencia más conocida del Partido Nacional en el departamento, más allá de saludos formales.
-Siempre deja en claro de que usted es un “libre pensador”. ¿Qué es lo que busca con el sector “Patria y Libertad”? ¿Cuáles destacaría como los valores básicos que lo sostienen?
-Los valores básicos son, primero la república, porque consideramos que el mejor sistema de gobierno es la república y la democracia. Después, la libertad, que es algo esencial para el desarrollo del ser humano. Y también la justicia social, porque es fuente de felicidad para los pueblos. Si trazaras un mapa de las democracias del mundo y el desarrollo económico, verías que los pueblos con esas características son los que tienen los mayores índices de felicidad. Por último, hacemos mucho hincapié en el medioambiente. Es algo que nos tiene muy preocupados a nivel terráqueo por el calentamiento global, pero también por cosas que puedan suceder en nuestro país.
-Ha mencionado que su objetivo es la Intendencia de Maldonado. ¿Por qué la Intendencia y no el Poder Legislativo? ¿Esta decisión atiende a lo que ha sido su experiencia como legislador o más bien a una necesidad que tiene su departamento?
-Te pongo en aviso que vamos a pugnar también en lo nacional, nada más que todavía no tenemos una definición sectorial. Lo departamental, por su parte, se trata de un compromiso frente a nosotros mismos. No hay una universidad para determinado cargo, pero cada vez que sos candidato esa responsabilidad te lleva a prepararte, a generar grupos de opinión, a soñar soluciones para los problemas que tiene el departamento. En mi caso lo hice en reiteradas ocasiones.
-Habla de soñar soluciones… ¿Cuáles son, en la actualidad, los principales problemas de Maldonado?
-Maldonado va a tener enormes desafíos desde el punto de vista demográfico. Es más, en el próximo censo vamos a sorprendernos por la cantidad de gente que ha venido para el departamento. Esto a partir de varias corrientes, algunos extranjeros y algunos propios, como siempre por ser un polo de desarrollo económico. Esto trae otros problemas, como la expansión de la población y de las ciudades. Además, aunque no le corresponda, la intendencia tiene que pelear para que haya más escuelas, más liceos. El departamento de Maldonado por la importancia que tiene en el Producto Bruto Interno del Uruguay se tiene que parar para reclamar lo que le corresponde por derecho. Hay un montón de cosas en las que desde el poder central se piensa que Maldonado tira manteca al techo. Desde hace muchos años, independientemente de los partidos, la intendencia viene tapando los agujeros que el gobierno nacional tiene, no importa de qué partido sea.
-¿Cómo evalúa lo que ha sido la gestión de Antia al frente de la Intendencia de Maldonado?
-Tiene puntos altos, por ejemplo, el tema de la erradicación de asentamientos. La erradicación del asentamiento El Placer fue un verdadero éxito, basta pasar y ver las viviendas donde fueron realojados. Ahora se viene trabajando también en el Kennedy. Creo que es necesario más trabajo social sobre ellos, porque son poblaciones vulnerables y vulneradas. Hay que tratar de que todo no se quede solo en la vivienda digna. Otra de las características de los gobiernos del ingeniero Antía ha sido una buena disposición al respecto del trabajo vial.
El Frente Amplio y el rol de oposición
-¿Cómo ve al Frente Amplio hoy en el papel de oposición? ¿Qué críticas le hace?
-A mis viejos compañeros lo que más les pediría es honestidad intelectual, que no se basen en relatos. Estuve ahí y sé que muchas de las cosas que hoy se dicen y se le exigen a este gobierno no se hicieron en el gobierno anterior. Las cosas tienen límites en cuanto a la confrontación política, no quiero caer en lo que ocurre en Argentina o en Brasil, me siento orgulloso de la democracia que tenemos, todos tenemos que contribuir.
-En este sentido, ¿cómo vivió la campaña del referéndum de la LUC?
-No sabía muy bien lo que iba a votar, francamente tenía dudas. Pero cuando empecé a ver que se deformaban o se distorsionaban muchas de las propuestas, solamente por esa deshonestidad intelectual, decidí participar más activamente a favor de LUC. Pasado todo este tiempo, ninguno de los desastres que dijeron que iban a pasar ocurrieron. Con la excepción de algunas correcciones que creo lógicas hacer y están en ese proceso en el Parlamento, creo que la LUC ha salvado el examen.