El pasado 5 de febrero, la Agrupación Nacional de Gobierno fijó como prioridad en su agenda el Sistema Nacional de Cuidados (SNC). Este programa acunado por Vázquez desde la campaña electoral, comenzó a ejecutar su presupuesto en 2016 y este año prevé invertir el 65% de los $1.900 millones que tiene asignados en los niños de uno, dos y tres años, una población en la que el gobierno también ha puesto el foco. El presidente del SNC, Julio Bango, dialogó con CRÓNICAS y explicó cuáles serán las principales líneas de trabajo y por qué este programa puede igualar derechos e incluso cambiar la matriz productiva del Uruguay.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
-¿Cuáles fueron los principales avances del Sistema Nacional de Cuidados en 2016?
-El 2016 se caracterizó por ser el año en que empezó a concretarse y ejecutarse la mayoría de las acciones del sistema. Recordemos que el 2015 fue el año de la discusión en el Parlamento de la ley que creó el Sistema de Cuidados que se aprobó en noviembre de 2015. Por lo tanto en 2016 empezamos a ejecutar el presupuesto.
El SNC está dirigido a la primera infancia, en particular a niños de uno, dos y tres años, personas con discapacidad y personas mayores que tienen situación de dependencia y a las personas que cuidan.
Entraron 6.000 niños y niñas en sus tres primeros años de vida al servicio de cuidado infantil: unos 3.000 de tres años a jardines de ANEP, 2000 a los CAIF en todo el país y unos 800 a través de becas de inclusión socioeducativa que permiten a las familias con pocos recursos acceder a guarderías privadas si no hay centros públicos en la zona. También inauguramos la primera casa comunitaria de cuidados en el departamento de Flores y eso tendrá continuidad en Montevideo y Canelones.
Desde el punto de vista de los servicios avanzamos en el programa de asistentes personales para personas con dependencia severa, hoy tenemos unas 2.000 personas usufructuando ese servicio con su asistente personal, y pensamos en sumar unas 1.900 personas más en los próximos tres meses.
Hemos lanzado el servicio de teleasistencia para personas de más de 70 años con dependencia moderada; la idea es llegar a los 4.000 este año.
Luego reglamentamos los residenciales de larga estadía para los que ya están en marcha los planes de fiscalización y en los próximos meses lanzaremos un plan de mejora de la calidad de residenciales privados.
Además se presentaron 7.000 personas para capacitarse en cuidados. Ellos ya están tomando cursos en todo el país a través del convenio que realizamos con Inefop.
El sistema de cuidados ya está concretado en acciones y afectando positivamente el bienestar de la gente.
-Como decía, el 2016 fue el año en que el SNC comenzó a ejecutar su presupuesto, en este contexto el gobierno redireccionó $ 40 millones que iban destinados a la educación, ¿cómo planean recuperarlos?
Eso es parte de la discusión presupuestal que se está iniciando en estos momentos. El Consejo de Ministros reunido en Anchorena estuvo debatiendo qué mensaje va a enviar el Poder Ejecutivo al Parlamento y dentro de las dos primeras prioridades está el Sistema Nacional de Cuidados junto con la educación, pero no se ha hablado mayormente de números.
Hay una discusión que se está dando dentro de la fuerza política del Frente Amplio que va a pronunciarse sobre algunas orientaciones del diseño del presupuesto. Como gestores de gobierno, lo que nos corresponde hacer, más allá del presupuesto, es aplicar los recursos de la forma más eficaz y eficiente dado que es dinero de toda la sociedad. Estamos a la espera de lo que suceda.
-El SNC contempla muchas áreas, ¿hacía cuáles deberían ir las inversiones en una primera instancia?
-Nosotros necesitamos un desarrollo equilibrado y armónico de todo el sistema y de todos los servicios que el SNC tiene. Lo que hay que ver es cuánto va a ser la asignación presupuestal a cada una de las poblaciones que atiende el sistema.
En el presupuesto que hoy tenemos aprobado para ejecutar en el 2017, un 65% del total va destinado a la primera infancia; y esto es acorde con la prioridad que este gobierno le ha dado a ella.
Esto es clave porque estos niños de dos años de ahora, van a tener 22 años en el 2036 y van a ser los trabajadores en una sociedad que va a tener una estructura de edades que no va a variar mayormente, con una población veterana muy importante y por lo tanto vamos a tener un sistema de seguridad social que va a ejercer una presión fiscal muy importante sobre ellos. Entonces vamos a necesitar que tengan altos niveles de productividad para generar la riqueza que el país necesita para distribuirla con justicia social.
La apuesta que hacemos a la infancia hoy, garantiza derechos en el presente y asegura la sostenibilidad del crecimiento económico del futuro.
-¿De cuánto es ese presupuesto asignado para el 2017?
-Es de $1.900 millones.
-¿Cómo evalúa la repercusión de las convocatorias que se han hecho tanto para cuidadores, beneficiarios, o empresas proveedoras de servicios?
-Recientemente presentamos el servicio de teleasistencia que ofrece la posibilidad de que con dependencia moderada la persona tenga al alcance una pulsera o collar con un botón que hace una llamada de emergencia, si se encuentra en una situación no deseada. Ya tuvimos la presentación de una empresa en los primeros cinco días y tenemos valoradas 200 personas que están en condiciones de usufructuar el servicio. Seguramente en los próximos meses esto continuará creciendo.
-¿Cómo funciona la financiación del Sistema Nacional de Cuidados?
-Depende de la población que se trate. Para los niños los servicios son gratuitos. Para las personas en situación de dependencia, los dos programas que tenemos hasta ahora abiertos que son los de asistentes personales para dependientes severos y la teleasistencia para los dependientes moderados, el sistema de ingreso no es el ingreso económico sino que es la edad. Con los recursos que tenemos no podemos atender a todas las personas a la vez, entonces en el caso de los asistentes personales tomamos el criterio de atender en 2017 a los mayores de 80 años y a las personas menores de 29, el año pasado había sido a las personas mayores de 85 y menores de 29; en el caso de la teleasistencia es para las personas de 70 años en adelante. Si cumple con ese requisito ya le corresponde el servicio, luego de que se le es asignado se evalúa su situación económica y si tiene un subsidio del 100%, del 70%, del 30% o no tiene subsidio, pero los ingresos económicos no son una condición para usufructuar el servicio.
-En el aniversario del Frente Amplio realizó una exposición acerca de la importancia del SNC, ¿cómo fue la recepción de ese mensaje por parte de las autoridades?
-Dimos los fundamentos de por qué esto era una prioridad. Es una política social que afecta las cuestiones de la vida cotidiana de la gente. La salud, la educación y el trabajo, forman parte de la vida cotidiana de la gente y se ha construido un sistema de protección en relación a estos temas, pero el cuidado también forma parte de las familias y no se tenía en cuenta porque estaba naturalizado que tenían que hacerlo las mujeres. No era objeto de la política pública.
Cuando uno nace es cuidado, luego le toca cuidar a sus padres o abuelos y luego vuelve a ser cuidado cuando es mayor, entonces el cuidado estructura el relacionamiento de las familias y define las rutinas.
Eso era resuelto por las mujeres y eso las inhabilitaba para poder tener oportunidades en el desempeño de otras cosas que los varones teníamos posibilidades de hacer como mejorar la capacitación profesional.
Creo que esta incidencia del sistema en la vida cotidiana justifica la apuesta que se hace a él y en general hemos recibido comentarios muy positivos.
-¿Entonces también funciona como una guiñada a la igualdad de género?
-Sin dudas. Lo que está en la base de que haya alguien que siempre estuvo cuidando es una prescripción cultural que mandaba a los hombres a trabajar y a las mujeres a cuidar. Eso se ha ido cambiando con la evolución de las sociedades pero no ha cambiado tanto porque las mujeres salen a trabajar pero además tienen que hacer doble jornada y tienen que ir a cuidar y ahí es cuando su tiempo se ve limitado y pasan a restarse sus posibilidades de trabajar o de invertir su tiempo en lo que quieran. Por eso es tan importante que en la sociedad trabajemos en la co-responsabilidad de hombres y mujeres en el cuidado. Esto puede llegar a cambiar la base productiva del país y también articula el ejercicio de los derechos.
-¿Qué opina de que el Poder Ejecutivo lo haya considerado prioritario a nivel de la educación y de la seguridad que son temas críticos hoy en día?
-Yo creo que tiene que ver con esta mirada de un gobierno que no solo llega para administrar el presente sino que tiene la responsabilidad de ir dibujando los escenarios de la sociedad en el futuro. Un gobierno de izquierda como el nuestro debe tener esa vocación y por eso se le da la relevancia que tiene al Sistema de Cuidados. Los países que han invertido en cuidados son los que han logrado tener un PIB per cápita de US$ 50.000, los que no lo han hecho se debaten en ver cómo pueden crecer.
Subsidios
Gracias al mecanismo de co-pago, si una persona recibe un 70% de subsidio para acceder a un servicio del Sistema Nacional de Cuidados, el restante 30% que paga el usuario no es ahorrado por el Estado sino que, por el contrario, es invertido en la asistencia de otra persona.
Los desafíos
Según Bango desde el punto de vista de la gestión la prioridad está en administrar correctamente el presupuesto. Por otro lado, hace énfasis en “pasar del sistema de cuidados a la sociedad de cuidados” y que de esta forma se incorpore al cuidado como algo que no solo depende de las familias. Para el presidente del SNC de comprender este aspecto depende la salud de la sociedad y es “la discusión más difícil de dar”. “¿A quién no le da tranquilidad saber que si a su madre le pasa algo, alguien va a poder darle una respuesta, que tiene cómo cuidar a sus hijos aunque no esté presente o que tiene a quién recurrir para cuidar a una persona con incapacidad?”, concluyó Bango.