En los últimos años Uruguay ha logrado posicionarse como referente mundial en el uso de energías renovables. El país ha conseguido que, en promedio, el 93,2% de la generación eléctrica se origine de fuentes renovables (2017-2022). Por otro lado, la frecuencia de períodos con precipitaciones por debajo de lo normal ha aumentado; los últimos años se han caracterizado por una alarmante escasez de lluvias. En este contexto, surge la interrogante: ¿La escasez de precipitaciones representa una amenaza para la generación de energía eléctrica del país?
Por Camila Villaverde (*)
Según los registros del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), los últimos tres años (2020, 2021 y 2022) se distinguieron por una preocupante falta de precipitaciones. Lamentablemente, esta tendencia persiste en el presente año, lo que ha desencadenado una preocupante crisis en el suministro de agua potable.
Indudablemente, esta situación nos invita a reflexionar sobre diversos aspectos. Es esperable que cuando ocurren estos períodos de escasez, la capacidad de generación hidroeléctrica se vea afectada. A continuación, se analizarán los posibles efectos de la escasez de lluvias de los últimos tiempos en materia energética.
Para empezar, es importante comprender cómo se compone la matriz energética del país. Como se mencionó anteriormente, un alto porcentaje de la generación eléctrica se origina de fuentes renovables. La principal fuente de energía eléctrica es la hidráulica, sin embargo, en los últimos años la eólica ha aumentado significativamente. De hecho, en ciertos períodos la misma ha superado la participación de la energía hidroeléctrica (ver gráfico 1).
El total de generación de electricidad no necesariamente estuvo marcado por una tendencia a la baja durante los últimos años. Sin embargo, efectivamente las sequías han tenido su efecto en la generación de energía hidroeléctrica. Según datos de UTE, durante los años 2017-2019 a la hidráulica le correspondía, en promedio, un 54% de participación en la generación de electricidad. No obstante, este valor para el período 2020-2022 descendió a 38%. Pero, entonces, ¿qué mitigó el impacto de las sequías y la consecuente caída de la generación hidroeléctrica? Principalmente la generación de energía eólica (fuente renovable) y térmica (fuente no renovable) (ver tabla 1).
Asimismo, en los primeros cinco meses del año 2019, la energía de origen hidráulico representó un 58% del total de generación eléctrica, la eólica un 30%, 8% biomasa, 4% solar y 4% restante térmica. Sin embargo, en los mismos meses de este año, la generación de origen hídrico correspondió a un 21% de participación, un 46% de origen eólico, 8% biomasa, 5% solar y 21% térmico.
Por su parte, es importante considerar otro factor fundamental en este análisis: la demanda de electricidad. ¿La sequía genera realmente un déficit entre la oferta y demanda de electricidad?
Durante los primeros cinco meses de este año, la generación de electricidad no ha sido suficiente para satisfacer la demanda existente. Como consecuencia de esta brecha, hemos tenido que recurrir a las importaciones para cubrir una parte de las necesidades energéticas: el 22% de la demanda de electricidad fue cubierta con importaciones (ver tabla 2).
En conclusión, estos períodos de sequía dejan entrever la importancia de que un país disponga de una matriz energética diversificada y de promover una cooperación regional estable en materia de importación y exportación de energía eléctrica. Ambos aspectos son fundamentales de cara a mitigar el riesgo que produce la escasez de precipitaciones en materia energética.
Asimismo, es fundamental considerar otras inversiones para mitigar estos efectos, como los sistemas de almacenamiento de energía. Estos permiten almacenar energía durante períodos de alta generación (por ejemplo, durante el año 2019) y utilizarla en momentos de baja generación, como han sido estos últimos meses.
Gráfico 1: Generación de energía eléctrica total según fuente (en GWh)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de UTE
Tabla 1: Generación eléctrica total según fuente (en %)
Ene-May 2018 | Ene-May 2019 | Ene-May 2020 | Ene-May 2021 | Ene-May 2022 | Ene-May 2023 | |
Hidráulica | 44 | 58 | 29 | 31 | 34 | 21 |
Eólica | 40 | 30 | 51 | 39 | 36 | 46 |
Biomasa | 8 | 6 | 10 | 8 | 8 | 8 |
Solar | 4 | 3 | 4 | 4 | 4 | 5 |
Térmica | 4 | 3 | 5 | 18 | 18 | 21 |
Total | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
% Renovable | 96 | 97 | 94 | 82 | 82 | |
Total | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
% Renovable | 96 | 97 | 94 | 82 | 82 | 80 |
Fuente: Elaboración propia en base a datos de UTE
Tabla 2: Generación eléctrica, consumo, importación, exportación y demanda (en GWh)
Ene-May 2018 | Ene-May 2019 | Ene-May 2020 | Ene-May 2021 | Ene-May 2022 | Ene-May 2023 | |
Generación | 4.618,4 | 5.943,4 | 4.221,4 | 4.920,2 | 4.935,4 | 3.995,5 |
Consumo de la generación | 27,2 | 26,9 | 27,2 | 27,3 | 26,4 | 26,9 |
Importación UTE | 13,6 | 0,0 | 451,2 | 50,9 | 18,5 | 1.080,8 |
Exportación UTE | 44,2 | 1.491,1 | 234,7 | 535,7 | 380,0 | 98,5 |
Demanda | 4.520,2 | 4.413,2 | 4.410,7 | 4.408,2 | 4.547,4 | 4.951,0 |
Fuente: Elaboración propia en base a datos de UTE
(*) Economista de AIC Economía & Finanzas