Por Conrado Rodríguez (*) | @Dip_ConradoRod
A principios de junio tuvimos la oportunidad de estar en Bruselas (Bélgica) con la comisión interna del Parlamento del Mercosur (Parlasur), llamada “Comisión de seguimiento del Acuerdo de Asociación Birregional Mercosur-Unión Europea”, para participar de una agenda de trabajo con la delegación del Parlamento Europeo que asimismo integra una comisión espejo llamada “Delegación para las Relaciones con el Mercosur del Parlamento Europeo (DMER)”, para ayudar al acercamiento de las posiciones de ambos bloques, a fin de poder reimpulsar las negociaciones para el acuerdo.
Durante la misión tuvimos una agenda muy exigente, con reuniones del más alto nivel con parlamentarios del Parlamento Europeo, con autoridades de la Unión Europea (UE), organizaciones de empresarios, bloques de partidos, representantes de los países ante la UE, y con los principales negociadores del citado acuerdo.
Fueron muy importantes estos encuentros debido a la trascendencia de este acuerdo para nuestro país, en virtud de la ventana de oportunidades que significaría su firma.
Este acuerdo nos permitiría ingresar con nuestra producción a un mercado de más de 500 millones de habitantes, como es el europeo, sin aranceles y con cuotas ampliadas para nuestros productos.
Para el bloque europeo el acuerdo es fundamental desde el punto de vista económico, pero sobre todo desde el geopolítico.
El avance de China sobre el mundo, y especialmente sobre Latinoamérica, y la escasa inserción de la UE en un mundo donde nuevamente se ha conformado una bipolaridad entre Rusia y China por un lado, y Estados Unidos por el otro, los deja sin la presencia que el bloque aspira.
En efecto, la guerra Rusia-Ucrania los pone en la necesidad de mirarnos para conformar un bloque más sólido que los posicione de mejor manera en el mundo.
La negociación del acuerdo comenzó en 1995 durante la segunda presidencia del Dr. Julio María Sanguinetti, y en 2019 se habían culminado las negociaciones.
Lamentablemente, la reticencia de algunos países europeos (como Francia) por políticas proteccionistas a su producción agrícola, paralizó el avance sobre el mismo.
Desde ese momento llegaron las más variadas excusas, pero sobre todo pusieron el acento en los temas medioambientales, y especialmente en la deforestación de la Amazonia.
Esto llevó a la UE a crear un documento con compromisos adicionales (side letter) que podrían obstaculizar el avance del proceso y dificultar la aprobación del acuerdo.
Sin embargo, durante las reuniones advertimos que ese anexo con exigencias medioambientales había servido para descomprimir la situación interna del bloque europeo, mientras que no se establecen sanciones ante su eventual incumplimiento.
Se nos transmitió que se está esperando la respuesta del Mercosur, sobre la base de negociar ese mismo anexo, o agregar un nuevo pedido por parte de nuestro bloque.
Es claro que en estos momentos hay un nuevo impulso que varios países europeos le quieren dar al acuerdo, y entienden que este segundo semestre es vital para cerrar las negociaciones.
Se quiere aprovechar que España –país afín al acuerdo– el próximo 1º de julio asumirá la Presidencia del Consejo de la UE.
La actual presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, hace unos días viajó a Brasil y Argentina con el claro objetivo de empujar el acuerdo. Dijo en su visita a la Argentina: “El acuerdo político de la UE con el Mercosur tendría que concluirse antes de que venza el año para aprovechar la ventana de oportunidad”.
La próxima Cumbre de Jefes de Estado de la Celac y la UE que se llevará a cabo el 17 y 18 de julio de este año en Bruselas, podría ser definitoria para intentar un nuevo acercamiento para la conclusión de las negociaciones.
Nuestro país desde 1995 ha tenido una línea muy clara a favor del mismo, y los parlamentarios que integramos esta delegación pusimos todo nuestro trabajo para ayudar al acercamiento de las partes.
El acuerdo mejora la competitividad de nuestros países, favorece la integración regional, beneficia a las empresas –con un fuerte impulso para las pymes–, promueve la atracción de inversiones y significa el acuerdo comercial más importante que hasta el momento haya firmado el Mercosur.
La implementación del acuerdo llevaría consigo la integración de un mercado que abarcaría a aproximadamente 800 millones de personas, representando así una cuarta parte del producto bruto mundial. Además, se establecerán relaciones comerciales bilaterales de bienes y servicios con un valor superior a los 100.000 millones de dólares.
Tenemos una posibilidad de cerrar el acuerdo antes de fin de año. La presidencia brasileña del Mercosur y la presidencia española del Consejo de la Unión Europea en la segunda mitad del año, la cercanía de las elecciones al Parlamento Europeo en junio de 2024 y los cambios en la composición del Parlamento, así como la elección del presidente de la Comisión Europea y la designación de nuevos comisarios, añaden urgencia a este proceso.
Si la UE no consigue la unanimidad de sus miembros, nuestro bloque debe pedirles separar el acuerdo.
Si se deja solo la parte comercial y se le quita la parte de cooperación, solo necesitarán una mayoría especial dentro de la UE, que hoy tienen. A esta posibilidad los europeos le llaman “split”, y es algo que están considerando seriamente.
Estamos ante una oportunidad histórica. El objetivo de la política es mejorar las condiciones de vida de nuestra gente, y para eso es fundamental el acuerdo. Por eso la política debe facilitar, conciliar, acordar, para promover el desarrollo de nuestros pueblos.
No queremos ser meros espectadores, queremos ser actores de nuestro propio destino. Las negociaciones han demorado 28 años, no queremos que pasen otros 28 años sin generar una alianza que por historia, valores y cultura común, nos mandata a un acercamiento con la UE.
La mayoría de la UE está pidiendo el acuerdo.
Para Uruguay es fundamental lograrlo.
Si en el segundo semestre la política hace lo que tiene que hacer, habremos dado un paso fundamental para generar un mundo inimaginable de oportunidades para el desarrollo de nuestra gente.
¡Estamos ante una oportunidad histórica!
¡Lancémonos a eso! ¡Llegó la hora!
(*) Diputado del Batllismo – Batllistas – Partido Colorado.