Reducción de la jornada laboral: una realidad todavía distante en Uruguay

Informe

Los efectos sociales de la pandemia, el avance tecnológico, la extensión del teletrabajo y las tendencias mundiales en materia laboral hacen necesario preguntarse cómo será el futuro del empleo en Uruguay. En este informe de Empresas & Negocios, el ministro de Trabajo Pablo Mieres, el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Diego O’Neill, y expertos en el área de Recursos Humanos de Randstad, Ferrere Abogados y KPMG analizaron el tema.

Las tendencias que van hacia la reducción y la flexibilización de la jornada laboral se extienden cada vez más alrededor del globo. Y es que el objetivo de trabajar menos y tener un mayor equilibrio entre el tiempo que las personas le dedican al trabajo y a la familia, los hobbies y el esparcimiento es algo que está alineado a las expectativas y necesidades que cada vez con más fuerza expresan los trabajadores.

Por ejemplo, países como Reino Unido, Bélgica y España, entre otros, han comenzado el camino hacia la semana laboral de cuatro días.

Un informe de la universidad de Cambridge, realizado en base a la experiencia británica, revela que el 71% de los empleados que participaron de esta dinámica declaró sentir menos agotamiento y el 39% menos estrés.

Además, las compañías participantes registraron un incremento medio del 1.4% en sus ingresos.

¿Y Uruguay?

“La ley del trabajo requiere de renovación, ya que data de 1912 (…) existe la necesidad de la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario. Estamos quedando atrasados, no solo a nivel de Europa, sino también de la región”, fueron las palabras que, durante el acto del 1º de mayo y en boca de Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT, impulsaron la reciente discusión pública y política sobre el tema en el país.

En el camino, los distintos actores involucrados se expresaron al respecto y el MPP, sector perteneciente al Frente Amplio, presentó un proyecto de ley para reducir la jornada laboral sin afectar el salario.

La realidad de Uruguay en materia de empleo

Consultados por Empresas & Negocios, expertos del área laboral profundizaron en el tema.

Según indicó Juan Pablo Lara, director de Randstad para Uruguay, empresa de avanzada en el sector de servicios de RRHH, en materia laboral la pandemia dejó como consecuencia un cambio de expectativas y necesidades, que implica que hoy las personas priorizan cosas diferentes a las que anteponían antes, como por ejemplo la flexibilidad, la búsqueda de la realización personal a través del trabajo y un mayor equilibrio entre vida profesional y personal.

En este sentido, y si bien algunas empresas estaban implementando regímenes de trabajo más flexibles antes del covid, este suceso aceleró un proceso de transformación del modo en que se trabaja y lo que las personas valoran a la hora de evaluar una propuesta laboral o un cambio de empleo.

“Las organizaciones están yendo hacia entornos más flexibles, que apoyan un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, buscando el bienestar de los colaboradores. Claros ejemplos de esta flexibilidad son el trabajo remoto e híbrido y los horarios flexibles”, coincidieron desde KPMG Uruguay.

Sin embargo, según aseveró Carolina López, integrante del equipo de Consultoría en Capital Humano, esto no puede ser confundido con una jornada laboral reducida, algo que, aplicado a nivel general, parece estar todavía distante en Uruguay.

Por el momento, y según indicaron desde Ferrere Abogados, pueden diferenciarse tres grandes grupos en lo que refiere al empleo en el país.

El primero está compuesto por las empresas en donde se trabaja directamente la cantidad máxima de horas semanales (44 y 48).

En tanto, el segundo está conformado por las compañías que, por una decisión empresarial, trabajan 40 horas por semana.

“Podemos decir que hasta el momento, estos dos grupos son los mayoritarios”, expresó Alberto Baroffio, integrante de la firma.

El tercer grupo, estableció, es muy variado y está compuesto por algunos sectores de actividad, como la construcción o la salud, donde se acordaron reducciones en la cantidad de horas de trabajo semanal.

La productividad antes que nada

Desde el sector político y empresarial el foco está puesto en cómo mantener la productividad ante una hipotética reducción de la jornada laboral.

En este sentido, consultado por Empresas & Negocios, Pablo Mieres, actual ministro de Trabajo, resaltó la vorágine de transformaciones que experimenta el mundo del empleo y, adyacentemente, las dinámicas de las relaciones laborales.

“La reducción del tiempo de trabajo, manteniendo el mismo salario, implica un desafío en materia de productividad. Porque de otra manera es asumir que la empresa va a absorber un costo laboral más elevado”, opinó en concreto sobre el debate de la reducción de la jornada laboral.

Si esto no se lleva a cabo de manera adecuada, adelantó, podría implicar una caída de puestos de trabajo.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Diego O’Neill, subrayó que no le parece oportuno el planteo en la situación actual del país.

“Uruguay viene de cinco años de prácticamente un estancamiento, entre 2015 y 2019, y en 2020 tuvimos una pandemia, donde la productividad cayó, naturalmente. En 2021 y 2022 tuvimos algunos niveles de crecimiento, pero esto fue a partir del bajón de la pandemia. Para 2023 y para adelante lo que se proyecta es un crecimiento tendencial del entorno del 2%, y eso es un crecimiento insuficiente, mediocre para el desarrollo económico y social del país, por lo tanto ahí es clave el aumento de la productividad. Entonces, para lograr un mayor crecimiento, y a priori este planteo no va en esa dirección, entonces no nos parece que sea oportuno”, explicó.

En lo que refiere a los sectores vinculados a los recursos humanos, las empresas consultadas por Empresas & Negocios también coincidieron en que el planteo está todavía lejano en Uruguay.

“En Uruguay, creemos que pensar en una jornada laboral de cuatro días está todavía lejos. En este sentido, hay indicios de que se está yendo hacia allí en los países de mayor desarrollo; no obstante, y como sucede en muchos aspectos, puede que su desembarco en la región y en nuestro país en particular, se genere de manera más tardía. Desde nuestra perspectiva, Uruguay no se encuentra en este momento preparado para dar este paso. Nuestro país se encuentra todavía ideando y definiendo relaciones laborales más flexibles, pero no jornadas laborales reducidas”, explicaron desde KPMG.

Asimismo, desde Ferrere Abogados aseguraron que implementar este tipo de cambios a nivel general presenta actualmente serias dificultades, dado que hacerlo así significaría desatender aspectos que son muy relevantes para Uruguay, como la competitividad de las empresas locales frente a las de otros países y la sostenibilidad de empresas por factor costos. Ante este escenario, sería sensiblemente mejor, estimaron, que esta eventual reducción se analizara considerando la realidad de cada empresa.

Por su parte, desde Randstad afirmaron que es bueno impulsar el debate y las experiencias y pilotos que permitan evaluar los impactos de una medida de estas características, pero no ven posible pensar en una semana laboral de cuatro días implementada en el corto plazo en Uruguay, dado que requiere de niveles de acuerdos paritarios, regulación  y un profundo debate sobre productividad y otras variables que condicionan las perspectivas de una materialización generalizada de esta tendencia en el futuro cercano.

“Pensando en el mercado local, con un alto porcentaje de pequeñas y medianas empresas, con segmentos y rubros con necesidades de respuestas inmediatas a sus clientes o en sus líneas de producción, por ejemplo con turnos, horarios de atención, guardias y otras tantas variables, la implementación de una reducción de jornada laboral manteniendo el mismo salario requeriría hoy un esfuerzo adicional en comparación con grandes organizaciones o con sectores que no tienen ese tipo de condicionamientos”, detallaron.

Otros desafíos a futuro

Además de estas discusiones, el empleo en Uruguay experimenta a día de hoy otros desafíos a los que es necesario estar atentos.

En esta línea, Mieres destacó que la incorporación de tecnología y de automatización va a generar cambios, “algunos que ni imaginamos hoy”.

En su opinión, el tema es estar atentos y avanzar primero en la línea de la capacitación del trabajador, cuyo puesto de trabajo puede llegar a ser eliminado, en virtud de la incorporación tecnológica. “La historia indica que cada salto tecnológico no ha implicado caída de puestos de trabajo, pero sí cambios”, expresó.

Los tiempos requeridos para hacer la tarea, el soporte en donde se realiza la actividad y el perfil de los empleados requeridos, son aspectos que están cambiando actualmente y seguramente se acelerará en los próximos años, adelantaron desde Ferrere Abogados.

Por su parte, O’Neill coincidió con esta idea, y afirmó que indudablemente estamos en un momento de cambios muy acelerados y de novedades tecnológicas permanentes, relacionadas, por ejemplo, con la inteligencia artificial.

“En la Confederación de Cámaras Empresariales estamos pensando y trabajando en el tema, buscando la forma de mantener el empleo, que es lo que es fundamental”, argumentó.

Por otro lado, otro tema que identifican como central desde la confederación en materia laboral es la población que existe en el país que, por su formación, solo puede aspirar a trabajos de muy baja calificación.

“Eso me parece que debe ser una prioridad porque, de lo contrario, no estamos generando un bolsón de personas excluidas y el trabajo que viene por delante justamente lo que va a demandar cada vez más va a ser capacidades y aptitudes. Tenemos que pensar en toda esa gente y cómo la vinculamos y le damos herramientas para que pueda insertarse en un mundo del trabajo que cada vez va a ser más exigente”, profundizó O’Neill .

Por otro lado, los actores destacaron que Uruguay tiene reglas de juego muy rígidas y antiguas, que merecen ser revisadas.


El camino de la flexibilización

Como mencionan los expertos en el correr de la nota, las empresas aplican hoy en día diferentes estrategias de flexibilización, atendiendo a las tendencias del mercado laboral.

Empresas como L’Oréal e Itaú cuentan con beneficios que buscan generar, de alguna manera, ese equilibrio entre vida laboral y personal.

“Disfrutamos del flex office, con teletrabajo hasta dos días por semana y promovemos una cultura de reuniones eficientes, desconexión y seguridad psicológica. Además, brindamos algunos extras, como dar libre el día del cumpleaños a cada persona, para que pueda disfrutarlo al máximo. Los viernes de verano la jornada finaliza a las 13 horas para quienes trabajan en la sede administrativa y se aplica un ajuste en el horario diario de quienes trabajan en el Centro Físico de Distribución”, contó a Empresas & Negocios Virginia Garda, directora de Relaciones Humanas de L’Oréal Uruguay.

Por su parte, Laura Giachero, gerenta del Área de Personas de Itaú Uruguay, destacó que en la empresa cuentan con un sistema de trabajo híbrido, donde cada líder con su equipo define, en función de las necesidades del cliente, el equilibrio entre trabajo presencial y virtual. Además, cuentan con un horario flexible, lo que permite que las personas puedan modificar su horario laboral, acordándolo antes con su líder para poder adaptar mejor los horarios laborales a la vida personal.

“La flexibilidad y la posibilidad de trabajar remoto representa un valor en la vida de las personas. Comprobamos que lograr un equilibrio entre la vida personal y laboral aumenta la motivación y el compromiso de nuestros colaboradores, además de representar una atracción para quienes se están incorporando al equipo”, afirmó la ejecutiva.