Debido a los impactos negativos que tiene sobre las personas y las empresas, “es importante que la inflación en Uruguay sea más baja”, aseguró el presidente del BCU, defendiendo la política de tasas de interés de la entidad. En esa línea, si bien afirmó que hay margen para seguir bajando las tasas, insistió en que la decisión dependerá de que la inflación se mantenga en los niveles actuales y de que las expectativas continúen bajando.
El presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat, fue el exponente ayer jueves del tradicional almuerzo que organiza la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), instancia en la que defendió la política desinflacionaria llevada adelante. “La mejor contribución que el BCU puede hacer al crecimiento del Uruguay es tener una inflación baja”, aseguró el funcionario, destacando el descenso registrado en el IPC, que se ubicó en 4,79% en el año móvil cerrado a julio.
Explicó que, por un lado, una inflación alta tiene impactos negativos en la redistribución, puesto que quienes tienen ingresos fijos se ven afectados por el aumento de precios, pero también advirtió que se generan “instrumentos para cubrirse”, lo que “poco a poco va deteriorando las relaciones entre uruguayos y nos van haciendo una sociedad más crispada”. Por otra parte, un segundo argumento para tener una inflación baja tiene relación con el funcionamiento de las propias empresas, ya que niveles altos de inflación hacen que las empresas uruguayas tengan stocks más altos que el promedio de la región, lo cual “no es gratis y tiene altos costos”. “Esas cosas que nos hemos acostumbrado a vivir no terminan siendo las soluciones más eficientes que se pueden dar. Por eso es importante que la inflación en Uruguay sea más baja”, remarcó.
En tal sentido, Labat defendió la política de tasas de interés adoptada por el directorio del BCU, recordando que durante la pandemia se redujeron para lograr que la economía continúe en funcionamiento. Sin embargo, con la vuelta a la “normalidad” y el incremento de las presiones sobre los precios, se comenzó a subir la tasa llevándola hasta un máximo de 11,5%. De esa forma, ahora que la inflación ha cedido y se ubica dentro del rango, nuevamente se comienza a bajar la tasa de interés, que actualmente se ubica en el 10%.
Pese a que la inflación logró ubicarse dentro del rango meta, el jerarca reconoció que las expectativas de los agentes no se encuentran en los niveles deseados (6,32% para el horizonte de política monetaria). Aun así, destacó que los valores permanecen por debajo de lo que han estado en los últimos años.
La proyección del BCU a 24 meses es que la inflación se ubique en 5,30% y que durante todo el período esté dentro del rango.
En cuanto a la tasa de interés, sostuvo que existe espacio para que continúen bajando, pero insistió en que su evolución dependerá de que la inflación se mantenga en los niveles actuales y de que las expectativas sigan bajando.
En otro orden, Labat se refirió a algunas acciones implementadas por el BCU que tienen menos visibilidad, pero son importantes para el funcionamiento de la economía. Sobre este punto, destacó la mayor solidez del sistema financiero, el fortalecimiento del sistema de pagos y el desarrollo de las finanzas sostenibles.