En agosto se observó un incremento de la conflictividad laboral global con respecto al mes anterior y una caída de la conflictividad sectorial, de acuerdo al Informe de Conflictividad Laboral elaborado por el Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
La conflictividad global creció 182,2% en agosto en comparación con julio y 169,9% respecto al mes de agosto del año pasado. El incremento se debió al paro general del 22 de agosto en defensa de los salarios y la lucha en contra de la desigualdad.
En tanto, la tendencia de la conflictividad sectorial cayó 18,8% con respecto a julio y 48% en relación a junio, mes que registró la conflictividad sectorial más alta en el año, destacándose la del sector de la construcción y de la educación.
Según se desprende del estudio, fueron 20 los conflictos registrados en agosto con interrupción de actividades, incluido el paro general, y en cuatro casos se utilizó la medida de la ocupación.
“En los conflictos del mes se involucraron 245.114 trabajadores y se perdieron por ellos 236.826 jornadas laborales”, destaca el documento.
La causa principal
La causa principal de la conflictividad en agosto fueron las reivindicaciones salariales, que alcanzaron el 62% de la conflictividad sectorial. En segundo término, se ubica la causa “otros”, que registró un 18%. Allí se incluyen paros de los metalúrgicos y de los docentes. Como tercer punto aparece la causa “condiciones de trabajo” (17%) y finalmente “empleo” (3%).
La incidencia de la construcción
La rama que tuvo la mayor conflictividad en el mes de estudio fue la construcción, llegando al 61%. Le siguió la enseñanza, con un 18%, y la industria manufacturera, con un 13%.
Hacia el futuro
El informe de la UCU concluye que como el conflicto de Ancap no se ha resuelto, “este foco se mantendría”, además de que las reivindicaciones de los metalúrgicos seguramente generarán nuevos paros. A esto se le suma la imputación del presidente del sindicato de OSE por la bomba de humo dentro del edificio de OSE, que también ocasionaría movilizaciones.
“Por último, en los próximos meses el movimiento sindical destinará gran cantidad de energías en el impulso del plebiscito para derogar la reforma de la seguridad social. La estrategia que adopten impactará en la conflictividad laboral; por un lado, poner el foco en este tema deja menor margen para otras reivindicaciones. Por otro lado, es posible que, tal como se hizo en la campaña de recolección de firmas para derogar la LUC, se convoquen por este motivo algunos paros generales”, señala el documento.