La confianza de los consumidores se recuperó levemente en enero, ubicándose en 49,1 puntos, tres décimas de punto por encima del dato de diciembre (48,8) y muy cerca de salir de la zona de pesimismo, según los datos difundidos por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores.
El informe destaca que la recuperación del peso frente al dólar fue el principal factor que explicó la mejora del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) respecto al mes anterior, lo que se refleja en la recuperación de la Predisposición a la compra de bienes durables. Por el contrario, se deterioraron en enero los subíndices que miden la percepción sobre la Situación Económica Personal y del País. Asimismo, la evolución del tipo de cambio también explicaría la mayor variación entre los “otros indicadores de confianza económica”, registrada por el índice de “Preferencia por depósitos en moneda local”. Asimismo, se advierte que la caída del índice de “expectativas de inflación” de los consumidores en enero es una reversión parcial del fuerte salto que registraron en diciembre, mes de anuncio del aumento de las tarifas públicas, que llevaron tal índice a su máximo histórico. Por su parte, la percepción sobre “capacidad de ahorro”, y las “expectativas de desempleo” evolucionaron hacia mayor pesimismo en enero.
El informe incluye un apartado donde se hace un análisis de lo que fue la evolución del ICC a lo largo de 2016, donde se mantuvo dentro de la zona de pesimismo económico, contrayéndose un 6,7% respecto al promedio de 2015. El deterioro se vio reflejado en los tres subíndices que componen el indicador.
El subíndice que peor se comportó fue la Predisposición a la compra de bienes durables, que se contrajo un 10,6% en el año, aunque con dos mitades de año contrapuestas: una primera mitad en la que el dólar evolucionó al alza, lo que hizo que cayera, y un segundo semestre donde el peso se apreció, lo que implicó una recuperación del subíndice. “En esta línea, en el segundo semestre del año el consumo privado habría comenzado a dar señales de recuperación”, destaca el informe.
Otro indicador de fuerte comportamiento negativo fue el de percepción sobre la Situación Económica Personal que cayó 9,3% en 2016, fundamentalmente por la percepción sobre la situación actual respecto a un año atrás con un deterioro de 14,4%.
Por su parte, la percepción sobre la Situación Económica del País, resultó ligeramente más pesimista, mostrando un retroceso de 1,7%, lo que se debió a la estabilidad de las expectativas a tres años, que permitió compensar parcialmente el mayor deterioro de las expectativas a un año.
En cuanto a las “Expectativas de inflación” y “de desempleo” de los consumidores, que habían registrado “fuertes empujes de pesimismo en 2015”, se mantuvieron estables en el primer caso y con un leve incremento en el segundo. En la misma línea, el índice de “Capacidad de Ahorro” en 2016 permaneció casi estable (-2,2%) mientras que las “Expectativas de ingresos” cayeron 6,8%.