Para llevar a cabo una discusión acorde sobre la regulación del mercado crediticio, la Academia de Economía del Uruguay realizó un evento que contó con la presencia de distintos especialistas que expusieron su visión de la problemática. En conclusión, las altas tasas de interés y cuestiones relativas como la dispersión de las tasas, las experiencias anteriores y la regulación de los mercados, son los principales aspectos a tener en cuenta para concretar una regulación adecuada.
En el auditorio del Estudio Posadas, el martes 24 de octubre, se llevó a cabo un evento donde se abordaron y se problematizaron las cuestiones principales que hacen a la discusión sobre la regulación del mercado crediticio en Uruguay.
El evento, que fue organizado y promovido por la Academia de Economía de Uruguay, contó con las exposiciones de Bárbara Mainzer, presidenta de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU); Alfonso Capurro, socio de CPA Ferrere; y Julio de Brun, expresidente del Banco Central del Uruguay (BCU).
Mainzer, que inició la exposición, apuntó a definir el problema, porque si no está bien definido cuál es el problema y sus causas, “quizás se llegue a la solución errada y el remedio sea peor que la enfermedad”.
En este sentido, remarcó que el crédito al consumo en Uruguay “es bajo”, el crédito hipotecario también es bajo, y a nivel macro, no hay un problema de sobreendeudamiento. No obstante, sí lo hay a nivel micro.
Los motivos del problema
En lo que respecta a la dispersión de las tasas de interés, la expositora resaltó que eso se da porque se toman en cuenta créditos sobre nóminas (salarios o pasividades) a muy bajo riesgo y también “créditos pequeños, de personas con mala calificación crediticia”.
“Si hay esta dispersión de tasas por algo es, y sobre todo reflejan dos cosas: costos operativos y riesgo crediticio”, sentenció.
En cuanto a la rentabilidad de los bancos, Mainzer concluyó que el margen líquido del crédito es positivo, pero bajo, y que es menor que el costo de oportunidad y menor que la tasa de interés real en Uruguay, por lo que, cuando uno mira que las tasas son elevadas, es porque hay ganancias extraordinarias.
En conclusión, la presidenta de ABPU dijo que las tasas altas, más que una causa, son “un síntoma del problema”, porque las causas del problema “responden a la educación financiera, a la falta de información y al mercado laboral”.
Consultada al respecto por CRÓNICAS una vez finalizada la exposición, resaltó la importancia de que la gente toma decisiones con información, y es “importante que se le dé la información necesaria para tomar decisiones”, porque también es de interés de las dos partes dar la información bien, porque, de lo contrario, la probabilidad de no pago también es mayor.
La regulación del mercado
Para Julio de Brun, que abordó específicamente las cuestiones relativas a la regulación de estos mercados, evaluando que la flexibilidad frente a la casuística en este tema “es importante”, y si se realiza con poca depuración, desde el punto de vista técnico, “puede llevar a efectos verdaderamente indeseados” por parte de quienes, aun con “buenas intenciones, pueden estar promoviendo este tipo de ideas”. Esto, a su entender, lo muestra la propia experiencia de Uruguay y la evidencia empírica disponible a nivel internacional.
Por otro lado, explicó que los intentos de legislación se dividen en topear la tasa y regular los mecanismos de recolección de créditos.
“Desde el punto de vista del acreedor, el hecho de que se pongan limitaciones a los mecanismos de recolección de créditos o que se le incrementen los costos de estos mecanismos, genera un efecto de retracción del crédito y de encarecimiento, o sea que por ese lado también termina reflejándose en un aumento de la tasa de interés, pero a su vez también hay un efecto ambiguo sobre el volumen del mercado de crédito, porque también estimula políticas de sobreendeudamiento por parte de deudores, en la medida en que estos perciban que el cobro del crédito al que acceden después eventualmente puede quedar exento”, argumentó.
Consultado por CRÓNICAS sobre las iniciativas de esta índole, el expresidente del BCU dijo que el problema se da cuando, a nivel legislativo, se hacen las cosas sin “mucha meditación y fundamento”, y agregó que, sumado a la desinformación y falta de conocimiento que pueda haber del tema, se generará algo que “es muy malo” porque este tipo de regulaciones no surgen de entidades “más especializadas”.
Por último, Alfonso Capurro, en un abordaje teórico, hizo énfasis en que los precios son “sagrados”, porque son los que balancean la oferta y la demanda, y son el “mejor mecanismo” para que el mercado encuentre su equilibrio.
“Las tasas de interés en el mercado financiero no son solamente un mecanismo de nivelación de oferta y demanda”, sino que también son “un mecanismo de señalización”, remarcó Capurro. Ello se debe -explicó- a que las tasas a las que la gente está dispuesta a pagar al tomar un crédito, “de alguna forma son una señal sobre su probabilidad de cumplimiento, con lo cual tocar las tasas es un tema con el que hay que tener cuidado”.
Argumentó que en cualquier lugar donde hay fallas de mercado, hay lugar para una regulación que intervenga de modo de llevarlo a un óptimo, pero ello no quiere decir que cualquier intervención sea buena, porque una intervención mala puede llevar al mercado a un peor óptimo, que al que llevaría un mercado malo.