Promulgada la Ley Universal de Cuidados Paliativos, el diputado del Partido Nacional, Rodrigo Goñi, destacó la importancia de seguir afianzado su rol en el sistema de salud. Asimismo, por ser parte de la organización Prudencia, profundizó en el debate sobre una posible ley de eutanasia, sus consecuencias y reparos que se deben tener presentes si es que se aprueba. Catalogó como “la aberración más grande de este proyecto” la ausencia de expertos que brinden garantías previas.
Dado que hay cada vez más personas que sufren enfermedades crónicas, el diputado Rodrigo Goñi entiende que es importante valorar el rol de los cuidados paliativos. Según explicó, en muchos casos estas son graves y complejas, lo que lleva a las personas que las poseen a experimentar un sufrimiento muy grande. Paralelamente, producto de las nuevas tecnologías y el avance de la ciencia médica, el legislador destacó que es posible superar enfermedades mortales, las cuales ahora se trasladan a la categoría de crónicas.
Para el entrevistado es muy importante que la gente sepa que hoy existe la posibilidad cierta de, a través de fármacos y acompañamiento, poder aliviar cualquier dolor insoportable. Comentó que en la actualidad estos servicios no son caros, pero a pesar de eso, no están al alcance de todos. En ese sentido, subrayó que esto se da producto de que “la propia medicina en los últimos tiempos empezó a despreciar y a ningunear el alivio del dolor”.
Más del 50% del personal de salud, médico y no médico, nunca había tenido algún tipo de contacto con los cuidados paliativos, agregó el parlamentario citando encuestas realizadas por el Ministerio de Salud Pública (MSP). “Los médicos hoy se están recibiendo sin haber tenido nunca una hora de clase de cómo aliviar el dolor, eso no es admisible”, puntualizó. Asimismo, concluyó que “el sistema de salud tiene la obligación” de proporcionar estos fármacos dado la accesibilidad de los mismos.
Goñi remarcó que en las últimas comparecencias al órgano legislativo las principales jerarquías de MSP, tanto a través del exministro Salinas como de la actual ministra Rando, se ha dejado claro que en un plazo de un año y medio o dos quedará asegurado el acceso universal a los cuidados paliativos.
En la búsqueda de la llegada a todo el territorio nacional de ese servicio, el legislador mencionó como ejemplar la experiencia que se dio en el departamento de San José; allí se pusieron de acuerdo los servicios de salud públicos, privados y organizaciones que trabajan en el tema para formar un equipo que le permita tener una cobertura total en el territorio.
Una mirada sobre la eutanasia
Para el legislador, la aprobación de la eutanasia significa algo peligroso. Entiende que con la existencia de los cuidados paliativos no tiene sentido el argumento de su implementación como “alivio” ante enfermedades de padecimiento crónico.
En la misma línea, teniendo en cuenta la idea de libertad de elección, el político nacionalista comentó que si es eso lo que se quiere promover, sería justo tener honestidad y darle “al 100% de la ciudadanía la posibilidad de morirse”. Explicó, de esa forma, que entiende que si se pretende promover algo en nombre de la libertad, la posibilidad no puede ser limitada solo a una porción de la población.
El diputado afirmó que se encuentra en contra de esta iniciativa en cualquier caso, pero que si se aprueba, entiende que lo mínimo e indispensable sería que se cumplan con una serie de requisitos previos. Lo primero tiene que ver con que se cuente con el acceso universal a cuidados paliativos, ya que de lo contrario no sería justo contar solo con la opción de la eutanasia para aliviar el dolor insoportable.
También cree necesario las garantías previas que puede brindar un psiquiatra, un psicólogo, un asistente social y un médico especialista en la enfermedad correspondiente, porque la ausencia de esos expertos en el proceso es “la aberración más grande de este proyecto”, subrayó. Concluyó que la ausencia de garantías previas va a llevar a que “la mayoría de los que vamos a matar en la eutanasia va a ser gente que era perfectamente reversible”.
Goñi agregó que el proyecto de ley sobre la eutanasia no es una legislación prevista para enfermos terminales, sino que más bien es para enfermos crónicos. Este aspecto no es menor, ya que abre, según el diputado, “un abanico muy grande” de personas comprendidas.
De acuerdo a los datos que expresan los respectivos informes sobre uruguayos que poseen enfermedades crónicas, complejas y con sufrimientos, pueden apelar al recurso de la eutanasia más de 150 mil ciudadanos, concluyó.