Aunque se espera un descenso en la inflación anualizada para los primeros meses del 2024, a partir de mayo registraría aumentos interanuales, ubicándose en el segundo semestre por encima del rango meta, según estimó el Cinve en su informe mensual de inflación. En cuanto a la política monetaria, se entiende que –considerando los argumentos de su decisión- el BCU podría haber determinado una nueva rebaja de la tasa de interés, pero “se optó por mantener la tasa en terreno contractivo”.
En su informe mensual sobre inflación, el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) estima que la inflación interanual continuaría con una trayectoria descendente hasta el mes de abril, pero advierte que a partir de julio se superaría el rango meta. A su vez, en 2025 el nivel de precios continuaría elevándose, hasta cerrar el año con un valor de 7,1%.
Para febrero, la estimación del Cinve es de un aumento de precios de 0,7%, un dato inferior al registrado en igual mes de 2023, que fue de 1%, lo que implicaría un descenso de la inflación anualizada a 4,8%.
“Para 2024 pronosticamos que la inflación se mantendrá mensualmente en valores más bajos que en 2023 hasta abril, pero a partir de mayo y hasta agosto la inflación estaría por encima de los guarismos registrados un año atrás, ubicándose por encima del rango meta del BCU a partir del segundo semestre”, señala el informe.
Política monetaria
Respecto a la política monetaria, el informe señala que la decisión del Copom del BCU de mantener la tasa de interés de referencia (ver nota página 10), marca un quiebre respecto a las cinco sesiones anteriores cuando había decidido reducciones de la tasa de interés, en algunas ocasiones de 75 puntos básicos.
De acuerdo al Cinve, “el comunicado no es explícito sobre el peso de los distintos factores en esta decisión. Se menciona la probable trayectoria de las tasas de interés en EEUU (que retardarían el comienzo de su reducción), mejores niveles de actividad en Brasil y una gran incertidumbre en Argentina”. Estos componentes incidirían directa o indirectamente en mayores presiones inflacionarias sobre Uruguay, pero, con la excepción de Argentina, no se deberían esperar impactos significativos. Respecto al caso de Argentina, se advierte por la elevada incertidumbre asociada al nuevo gobierno, que apunta a una drástica recomposición del resultado fiscal en el marco de una inflación con trayectoria descendente, pero todavía en niveles mensuales muy elevados. “El punto clave es si se logrará reducir la inflación suficientemente rápido como para que no sea necesaria una nueva devaluación que origine otro salto del tipo de cambio oficial”, señala el informe. A estos factores económicos, se suman los problemas políticos, en particular en la relación del Gobierno Nacional con las provincias. Aún así, el Cinve interpreta que “no deberíamos esperar una influencia significativa de Argentina sobre los precios al consumo de Uruguay, al menos en los próximos meses”.
Respecto a la actividad local, el comunicado del Copom señala que continuaría en crecimiento en los trimestres siguientes, algo en lo que coincide el Cinve, debido a la recomposición de la actividad agropecuaria (y, parcialmente, manufacturera) una vez que se superaron los efectos adversos de la sequía, a lo que se suman los impactos positivos derivados de la puesta en marcha de la planta de UPM, y el fin del mantenimiento de la refinería. En ese sentido, el incremento de la actividad económica no debería considerarse como un factor contribuyente a una mayor inflación.
En cuanto a las expectativas, se valora que se mantienen “sin grandes cambios respecto a meses pasados”.
Por último, en referencia a la valoración positiva realizada por el Copom sobre la permanencia de la inflación en el rango y la convergencia de las expectativas, el Cinve interpreta que “podría haberse esperado una nueva rebaja de la tasa de interés”. Sin embargo, se optó por mantener la tasa en terreno contractivo.