Descenso de la inflación marca “una buena oportunidad” para fijar pautas salariales con una menor indexación

Gobierno destacó que el salario real está en su nivel más alto en casi medio siglo

El ministro de Trabajo, Pablo Mieres, destacó que el salario real se ubica un 2,5% por encima del 2019, y alcanza su nivel más alto en casi 50 años. Expertos consultados por CRÓNICAS evaluaron que el descenso de la inflación fue el gran responsable de que la recuperación fuera tan intensa. Además, valoraron que las próximas rondas de negociación, que se darán en 2025, serán “una buena oportunidad para plantear pautas salariales con una menor indexación a la inflación para terminar de consolidar niveles de inflación que sean menores a los que estábamos acostumbrados”.

En una semana especial, marcada por el Día de los Trabajadores, se conocieron los datos del Índice Medio de Salarios (IMS) correspondientes al mes de marzo, que se mantuvo prácticamente estable, pero acumula en el año un aumento de 4,73% y en los últimos 12 meses una suba de 8,44%, según la información publicada por el INE. Si se descuenta el efecto inflacionario, los salarios no tuvieron variación en marzo en términos reales, pero acumulan al cierre del primer trimestre una suba de 2,47% y en el último año móvil de 4,47%.

En este marco y con los datos a la vista, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, destacó en conferencia de prensa que se cumplió con el compromiso de recuperación total del poder adquisitivo, y que actualmente el salario real se ubica un 2,5% por encima del promedio del año 2019 y está en su nivel más alto en casi 50 años de la historia del país. El secretario de Estado elogió que ello se consiguió pese a los impactos negativos que implicaron la pandemia de covid-19 y la sequía.

“Al completarse el cuarto año de gobierno, esta gestión exhibe una realidad caracterizada por mucho más empleo y mejor salario”, destacó. 

No obstante, Mieres reconoció que aún existe mucha gente que afronta problemas de empleo y que es necesario seguir impulsando el crecimiento del país, en particular para abordar la reducción de inequidades en el acceso al trabajo, tanto en materia de género como de edad, educación y nivel socioeconómico, así como en situaciones de discapacidad.

Salarios e inflación

Al ser consultado por CRÓNICAS respecto a la reciente evolución del salario real, Agustín Stanham, consultor senior de Exante, destacó que el incremento observado debe leerse “obviamente como algo positivo”. Recordó que el salario real había aumentado después de la crisis del 2002 hasta 2019 de manera prácticamente constante, y después esa suba se interrumpió con la llegada de la pandemia en 2020. En ese momento se apostó por priorizar el empleo y no tanto mantener los niveles salariales, pero en las últimas rondas de los Consejos de Salarios se apuntó a lograr cierta recuperación. Esta fue ayudada por el descenso de la inflación, que “fue sorpresivamente baja”. “Esta combinación de las pautas que planteaban cierta recuperación del salario real, junto con una inflación que terminó siendo bastante menor a lo que indicaban los pronósticos de todos los analistas -incluso del Poder Ejecutivo-, permitió que el incremento del salario real que estamos viendo fuera más intenso”, destacó el experto.

En la misma línea, el economista e investigador del CED, Ignacio Umpiérrez, coincidió en que la recuperación salarial se aceleró porque el ritmo de la baja de la inflación fue más rápido a lo previsto.

Consultado respecto a futuras rondas de negociación, evaluó que “va a ser un tema que se va a retomar en 2025 con la nueva convocatoria a Consejos de Salarios” y que en esa instancia las nuevas pautas salariales “deberían recoger que efectivamente estamos con un nivel de inflación nuevo en torno a 4,5%”.

Stanham coincidió en que, considerando que la inflación probablemente va a seguir dentro del rango objetivo durante la mayor parte de 2025, “sería una buena oportunidad para plantear pautas salariales con una menor indexación a la inflación para terminar de consolidar niveles de inflación que sean menores a los que estábamos acostumbrados durante todo el siglo”. No obstante, valoró que los niveles excepcionalmente bajos de inflación que se están registrando actualmente “son transitorios”, y que se espera un repunte para la segunda mitad de 2024 y en 2025. “En la medida que sigamos viendo aumentos salariales de 6,5%-7%, es difícil pensar que la inflación pueda permanecer mucho tiempo dentro del rango meta si no logramos una menor indexación de los salarios a la inflación”, comentó.

Perspectivas

Respecto a las proyecciones sobre el futuro de los salarios y su posible incidencia electoral, Umpiérrez fue claro en que el compromiso de gobierno de recuperar el salario a niveles de 2019 “está cumplido”. Pero, además, destacó que el ritmo de crecimiento del salario real, conjuntamente con el aumento de la cantidad de ocupados, “genera una masa salarial creciendo a buen ritmo”, lo que a su vez se convierte en “un factor dinamizador de la economía, sobre todo por el consumo de los hogares”. En ese sentido, se espera que el PIB de Uruguay crezca en torno al 4% este año, por lo cual “desde ese punto de vista el contexto macroeconómico va a ser llegar a las elecciones con un ritmo importante de crecimiento de la masa salarial y del consumo de los hogares”.

Desde Exante se espera que los salarios reales continúen aumentando próximamente de aquí a fin de año y probablemente en 2025 también, aunque probablemente a un menor ritmo, en la medida en que se espera un repunte de la inflación en la segunda mitad del año.


Salarios, empleo y productividad

Uno de los temas que surge siempre que se discute sobre ajustes de salarios es la productividad. Consultados respecto a si los aumentos registrados están acompañados de una productividad que les den sustentabilidad, Umpiérrez valoró que “es uno de los riesgos”. “Hacia adelante uno de los riesgos es que en la medida en que los salarios reales sigan creciendo a este ritmo, es que la productividad del trabajo no acompañe ese alto ritmo de crecimiento, y la variable de ajuste, como ha ocurrido en otros períodos, sea la cantidad de empleo”, explicó el economista del CED. No obstante, aclaró que no es un escenario que se esté proyectando.

De igual forma, Stanham advirtió que “no hay que perder de vista que ya acumulamos varios años con un crecimiento muy bajo de la economía”. “Más allá de lo que fue la pandemia y los años de rebote posteriores, en los últimos ocho años venimos con crecimientos promedio anual del 1%, (y) más allá de factores puntuales que puedan explicar incrementos de salario real como esta caída de la inflación, no deberíamos esperar aumentos sostenidos del salario real con una economía que crece esencialmente muy poco”, comentó.

En tal sentido, sostuvo que “en la medida que no se logren niveles de crecimiento más elevados y sostenibles, una suba de salario real siempre va a terminar afectando negativamente los niveles de productividad de la economía”. “Si queremos seguir teniendo salarios reales que crezcan, tenemos que ver mejoras en la productividad de la economía, y si no se mejoran esos niveles de productividad, una suba de salario real va a terminar impactando negativamente en los niveles de empleo”, concluyó.