Durante un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM) en el Radisson, el precandidato y senador por el Partido Nacional, Jorge Gandini, explicó el motivo de su candidatura y presentó los ejes de su campaña, entre los que enfatizó las vías para el desarrollo del Uruguay y propuestas a nivel de empleo, pobreza, y seguridad.
El senador inició su discurso comentando que, si bien se siente «orgulloso de los logros de este gobierno» y se siente parte de él, «decidimos que como buenos wilsonistas teníamos que participar» de esta contienda electoral. «Es importante ensanchar la base del partido porque tenemos que representar a todos los votantes», puntualizó. Además, el precandidato lamentó que en esta ocasión hubiera dos liderazgos que ya no podrían participar, a diferencia de la anterior, refiriéndose a Lacalle Pou, que no puede ser reelecto, y a Jorge Larrañaga, que falleció.
En esta línea, el legislador apuntó que desde su sector eligieron «estar para ganar si se puede», y que les «encantaría ganarle a Álvaro Delgado el liderazgo de este proceso», pero que más que nada quieren «ganarle al Frente Amplio». Gandini definió a esta como su «misión» y opinó que en estos momentos el partido de izquierda «perdió su lado más sensato y razonable», representado por Astori o Vázquez, y ahora está «bajo la influencia de las corrientes marxistas y los sindicatos más duros». «Contra eso vamos a competir, porque ahí hay una visión distinta de país que representa un retroceso en materia de valores», declaró.
Desarrollo y pobreza
Durante su discurso, Gandini expresó su postura de lo que Uruguay necesita para alcanzar la meta de ser un país desarrollado. Una de las líneas que destacó fue la de generar oportunidades, lo cual incluye empleo y educación. El senador sopesó que si bien por un lado en estos últimos años el país ha logrado reducir la inflación, el tipo de cambio desfavorable ha «recaído en el sector productivo agropecuario e industrial», que «afecta la rentabilidad» empresarial. «Sin competitividad y rentabilidad no hay inversión, y salimos del crecimiento entre el 1 y el 3% con inversión, que genere empleo», señaló. Además, manifestó la importancia de «vender la marca país» al mundo, y apuntó que «hay muchos países que pueden ser destino de nuestros productos».
Por otra parte, el precandidato subrayó que «no podemos ser un país desarrollado si no resolvemos las desigualdades con las que convivimos». Con esto se refirió a los «500.000 uruguayos» que «ganan menos de 30.000 pesos y se levantan todos los días a trabajar, sin esperar asignaciones familiares», para mantener a su familia. «Es a esos a quienes tenemos que ayudar», formuló. En este punto, también recordó que si bien «está bárbara la ciudad llena de grúas gracias a la vivienda promovida», hay que «hacer viviendas para los que arrancan de abajo peleándola».
Juventud
Otra de las ideas que desarrolló tiene que ver con la pobreza infantil, y a pesar de que le parece que «está bien» que se piense en soluciones a esta problemática, expresó que «no hay niños pobres, hay hogares pobres», y que «para sacar al niño de la pobreza, hay que sacar al hogar de la pobreza». El senador recordó que los jóvenes de menos recursos son quienes más abandonan la educación, y quienes mayor desempleo tienen, «y esos que no están ni en el aula ni en el taller, están en la calle, cerca de todas las cosas que están mal».
Por otra parte, el parlamentario planteó también su deseo de conformar «un país integrado territorialmente», más descentralizado. En este sentido, aplaudió el esfuerzo reciente de la Universidad de la República (Udelar) de ofrecer cada vez más carreras en el interior del país. «Soy de los que cree que hay que abrazar a la Udelar, que forma el 80% de nuestros profesionales», declaró. Aun así, consideró que hay mucho por hacer en esta vía, y que «al darles la oportunidad a los jóvenes de que vengan a Montevideo a estudiar les hacemos bien a ellos, pero mal al interior», porque «le sacamos a los más inquietos», que luego de formar nuevos vínculos no vuelven más.
Seguridad
El nacionalista también hizo referencia a la cantidad de personas privadas de libertad que hay en el país y mencionó que, a pesar de tener cerca de 16.000, «las calles no están limpias». En ese sentido, argumentó que «tienes que hacer las cosas diferentes», porque «eso hace a los derechos humanos de los que están presos, pero también a los que van a trabajar todos los días, que han quedado atrapados en el fuego cruzado del narcotráfico».
Es por esto que enfatizó en la relevancia de trabajar en mejorar la seguridad. Aunque valoró que vivimos «en un país seguro a nivel económico y jurídico», advirtió que «tenemos un tema pendiente» con la seguridad pública. Dentro de este tema destacó el peso del narcotráfico, al que «hay que hacerle la guerra como si se tratara del terrorismo», y recordó su propuesta de darles a los militares la potestad de salir a patrullar las calles. «Yo voy a los barrios y digo esto, y la gente se para y me aplaude», comentó.