Plebiscito del PIT-CNT: “En el FA se van a imaginar gobernando con esto y se van a volver locos”

EN LA CORTE

Agustín Iturralde, economista y coordinador del programa de Álvaro Delgado

Iturralde, que tuvo un rol fundamental en la redacción y andamiaje del programa de gobierno de Álvaro Delgado, está convencido de que pensar cómo asignar recursos para revertir los números actuales de la pobreza infantil, sin aumentar impuestos, es el principal desafío para el próximo gobierno. En entrevista con CRÓNICAS, el economista también dijo que una liberalización del mercado del combustible le haría “muy bien” a Ancap y que esta medida que proponen “no es en contra de la empresa pública”, sino que es “en favor del consumidor”.

Por Mateo Castells | @teocastells


Menú: El entrevistado degustó rack de cordero con puré de papas, que acompañó con agua con gas. De postre eligió flan con dulce de leche y para extender la sobremesa pidió un café doble.


-La pobreza en menores de edad, según la última medición, se ubicó en el 20,1% y el déficit fiscal cerró en el 4% del PIB. ¿De dónde se recorta el gasto para poder destinar recursos para atacar estos números de pobreza, sin aumentar el déficit?

-Este es el principal desafío de economía política del próximo gobierno, cómo asignar recursos a partidas que claramente necesitan más recursos, sin que eso implique aumentos de impuestos, que creemos que la economía no soporta. Para ello, nosotros proponemos un gasto muy moderado y este tema es el único en el programa donde especificamos cuánto es el aumento del gasto. Se trata de US$ 200 millones anuales al final del período, porque es donde tenemos el problema más grande. En este sentido, proponemos tres líneas para generar ahorros que son un plan de formalización, mejoras de eficiencia en el funcionamiento del Estado y bajar la cantidad de funcionarios públicos. Este gobierno bajó levemente la cantidad, pero nosotros creemos que quedaron cosas por hacer. Nosotros planteamos que todos los años cuando se retiren entre 4% y 5% de los funcionarios públicos, no reponer el 1% de eso, que se traduce en 3.000 funcionarios públicos menos por año, que acumulado son 15.000 en cinco años.

-De todas formas, este gobierno implementó una regla muy similar, pero en varios casos terminó cediendo…

-Fue cambiando y tuvo excepciones. Creo que hubo un aprendizaje de la dificultad que implica esa regla, por eso ahora cambiamos un poco el cómo estaba planteada. No es lineal y tampoco es igual en todos los organismos, pero lo que sí creemos es que en casi todos hay espacio para que las tareas administrativas sean con menos personas, como pasa en cualquier empresa privada, donde el estrés que tiene el directorio por buscar oportunidades de ahorros es mayor. Hoy, los incentivos que tiene el jerarca para decidir no reponer una vacante y tratar de incorporar un instrumento tecnológico son muy pocos.

-Han hecho énfasis en que la pobreza infantil será la primera prioridad, por encima de la inseguridad, las cárceles y la salud mental. ¿No es un arma de doble filo?

-Quisimos hacer un programa que dijera cosas. Escribir un programa de gobierno que no se la juegue en nada y que nadie se pueda quejar es facilísimo. La pobreza infantil es la central, pero sabemos que no hay forma de solucionar el tema de las cárceles sin invertir, por ejemplo. No decimos que la pobreza infantil es la única a la que le vamos a aumentar los recursos, decimos que es lo único a lo que ya le ponemos el número y es lo que está por encima de todo. Claramente todo esto se termina si se aprueba el plebiscito del PIT-CNT, y no es imposible que se apruebe. Y tenemos un FA jugando con fuego en este tema. No vale jugar con este tema, porque si se aprueba, se acaba la plata para todo. Si se aprueba el plebiscito, no habrá plata ni para la pobreza infantil, la inseguridad o la salud mental, y el FA está jugando con eso. Todos los economistas del FA lo saben y no terminan de hablar fuerte y claro, y el FA orgánicamente no dice una palabra clara.

-¿No cree que es contraproducente hablar de una continuidad de gobierno y, al mismo tiempo, proponer soluciones a problemas actuales?

-Con ese criterio, nunca ningún candidato oficialista podría proponer nada. Hay tres cosas por las que uno plantea cosas nuevas que no hizo. La primera es porque se le ocurrieron y porque las ideas siempre aparecen, la segunda es que los desafíos siempre son otros, lo hecho por este gobierno sienta una base y muestra oportunidades y desafíos nuevos. Y tres, el mundo cambió y es otro. En 2019, hablar de inteligencia artificial era una excentricidad. Que nos pregunten por qué nuestras propuestas no las hacemos ahora se podría retrucar de tres pintorescas formas distintas para las redes, pero no vale la pena.

-Cambiando de tema, ustedes proponen, referido a la microeconomía, desmonopolizar los combustibles, revisar la normativa de los mercados de bienes no transables y simplificar las importaciones, entre otros puntos. ¿Qué tienen en común estas propuestas?

-En todos estos casos hay barreras al ingreso de nuevos jugadores. En un caso se trata de una empresa pública y de la prohibición legal de importar o refinar, en otro caso es el mercado de productos de higiene personal y barreras supuestamente sanitarias que al final operan de otra forma. Y esto no es una novedad para Uruguay. El problema que tenemos es que somos un país chico, y cuando vos sos chico, este tipo de barreras son mucho más dañinas que cuando sos grande. Creo que en este gobierno hubo un gran avance en la macroeconomía que fue relevante. El segundo paso, para que realmente llegue al bolsillo de las personas y a los costos de las empresas, es ir a fondo con una agenda que apunte a la microeconomía, que tendría un impacto muy relevante en el costo de vida de las personas. No se trata de desregular todo, sino de volver a regular de forma competitiva, que favorezca el interés general. En muchos casos tenemos reglas que lo único que hacen es atarle la vaca a alguien.

-¿Y cómo se convence a quienes defienden las empresas públicas de que si se desmonopoliza el combustible, Ancap no se va a fundir?

-Acá hay que convencer a la mayoría de la gente. Casi nada de lo importante de lo que se hizo en Uruguay desde la salida de la dictadura se hizo por consenso. Nosotros creemos que una liberalización del mercado del combustible le haría muy bien a Ancap y podría competir. Obviamente, va a tener que mover cosas adentro y no va a poder competir haciendo las cosas como las hace ahora, subsidiando cualquier cosa y teniendo negocios que dan pérdida. Esto no es en contra de la empresa pública, es en favor del consumidor. Antel compite y compite bien, y es la dueña del mercado.

-¿A qué atribuye que esta desmonopolización no haya salido en este gobierno?

-Es un gobierno de coalición, la desmonopolización estaba en el programa del PN y no en el de los socios, y los socios no quisieron que salga. Y es legítimo, y a raíz de ello terminamos en el instrumento de la paridad de precios de importación, que es una mejora sustancial de lo que había. En los 10 años anteriores tuvimos sobreprecios con respecto a la paridad de precios de importación de miles de millones de dólares. Ahora, nosotros insistimos con esta agenda y creemos que tal vez salga, porque estamos viendo que hay gente en el Partido Colorado (PC) que tomó esta agenda y hay otras condiciones. Varios periodistas me preguntan por qué lo ponemos si ya sabemos que no va a salir, y no es así. No sé si no va a salir, porque está cambiando la cosa y lo pongo porque son mis ideas.

-¿Cree que hay temas que se ponen y se manejan sabiendo que no salen?

-Cada uno hace su juego y es obvio que los sectores y candidatos tienen distintos niveles de responsabilidad. César Vega puede decir muchas cosas y nunca vamos a chequear si las hubiese hecho o no, porque probablemente no va a ser presidente. Nosotros creemos que todo lo que manejamos y proponemos, lo podemos hacer. La realidad nos dirá y creo que es muy posible hacerlo. Es muy rara la situación uruguaya en la comparación internacional. No es un monopolio natural y no hay ninguna razón para mantener esto como un monopolio legal y sería muy bueno para el consumidor, para la economía uruguaya y también para Ancap, que se tendría que adaptar y se adaptaría. Los que se cierran a esta discusión, al final, son quienes menos confían en la empresa pública.


“Hay un 30% del país que piensa que está todo mal lo que hizo este gobierno y no es fácil dialogar con gente que ve la realidad con ese lente”

-¿Es sintomático que el plebiscito del PIT-CNT haya juntado 430.000 firmas?

-Las reformas de seguridad social nunca son populares en ningún lado y siempre hay polémica. Hay un 30% del país que piensa que está todo mal lo que hizo este gobierno y que es todo un desastre. No es fácil dialogar con gente que ve la realidad con ese lente. Y eso alcanza para juntar estas firmas. La reforma actual debe tener algunos ajustes para hacer, pero el corazón de esta reforma, como elevar la edad de retiro, concentrar los subsidios en trabajadores de menores ingresos en lugar de que estén dispersos y homogeneizar las condiciones jubilatorias de todo el mundo en el largo plazo, es lo que realmente vale. Vallcorba, Oddone y García y todos los referentes económicos del FA, tienen clarísimo que las alternativas son infinitamente peores a esta. Creo que están jugando con fuego y una vez que esté resuelta la interna del FA, van a empezar a hablar mucho más claro de esto, después de haber arengado y dado manija, y ahora vamos a ver si pueden parar a la barra. Porque se van a imaginar el 1° de marzo de 2025 gobernando con esto y se van a volver locos.