Diego Labat pasó raya a su gestión al frente del BCU y Washington Ribeiro auguró continuidad

El BCU se construye colectivamente y sin “actitudes de refundación”, según el presidente saliente

El pasado viernes, el economista Washington Ribeiro –o “Tomi”, como se refirieron a él durante toda la presentación- asumió la presidencia del Banco Central del Uruguay (BCU) tras la renuncia de Diego Labat, quien ocupaba el cargo desde el año 2020. En dicha instancia, se destacaron el cumplimiento de objetivos clave trazados por esta administración, y el compromiso de continuar la línea de manejo de la entidad.

La ceremonia de asunción contó con la presencia de importantes figuras del gobierno y del sector financiero, como la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, y otras autoridades nacionales. Además, tuvo la lectura de cartas con saludos y elogios desde el Frente Amplio, por parte del director en el BCU en representación de la oposición, Ignacio Berti, y del expresidente de la entidad, Mario Bergara, quienes subrayaron la capacidad y compromiso tanto de Labat como de Ribeiro. “Nuestro BCU está en manos de un profesional y eso se traduce en fortaleza institucional”, subrayó Bergara.

En su oratoria, Arbeleche destacó el trabajo realizado por el BCU en estos años, en una etapa que tuvo “objetivos muy claros” y “cuyos resultados están a la vista”. Respecto a Labat, resaltó “el quiebre” que realizó en su vida profesional a partir de 2015, cuando abandonó “una exitosa trayectoria en el sector privado” para volcarse “al servicio público”. “No es algo normal, no es común”, sostuvo. 

Arbeleche también se refirió a las “cualidades humanas” de Labat, quien siempre mostró un “talante sereno y la búsqueda por lograr consensos, pero con una actitud determinante y activa para lograr los resultados”. Recordó que su asunción en marzo de 2020 estuvo marcada por la pandemia y la necesidad de que los motores de la economía siguieran funcionando. Sin embargo, incluso en aquel momento, Labat había sido “muy claro en que el objetivo del BCU tenía que ser bajar la inflación y que para eso había que recomponer la credibilidad de la política monetaria (…) y que eso se iba a lograr con hechos”.

“Una gran institución”

Tras Arbeleche, llegó el turno de Labat, quien dedicó buena parte de su oratoria a los agradecimientos. Entre ellos, al presidente, Luis Lacalle Pou, por haberle dado la confianza, al precandidato por el Partido Nacional, Álvaro Delgado (“quien además de amigo, poquito a poco me fue convenciendo de dar el salto a la actividad pública”), y a todos con quienes compartió equipo económico. También agradeció a sus compañeros de directorio en el BCU, incluyendo al director Ignacio Berti, con quien “claramente tenemos opiniones distintas, pero siempre tuvimos cooperación y el equilibrio justo, que es como debe funcionar una democracia”. También sumó a ese comentario, al senador Bergara: “Tenemos posiciones distintas pero hay respeto y así tiene que ser”.

Luego agradeció a las instituciones financieras, con quienes “tratamos siempre de tener la puerta abierta”, y a AEBU, con quienes hubo diálogo, negociación y respeto.

Por otra parte, comentó que las organizaciones como el BCU son construcciones colectivas, que “traen una historia, con virtudes y defectos, nos tocó cambiar algunas cosas, dejar de hacer otras, pero no con actitudes de refundación”.

Por último, al pasar raya a su gestión, destacó tres ejes centrales de acción: La política monetaria y la inflación (yendo a “a un régimen de objetivo de inflación robusto, poner la inflación en el rango y trabajar para llevar al Uruguay a niveles de inflación más bajos”); generar un sistema financiero sólido, eficiente, innovador y accesible; y la gestión del BCU que “es una gran institución”, pero que tiene la obligación de seguir mejorando y adaptarse a los tiempos que corren.

“En busca de un bien mayor”

En su discurso, Ribeiro destacó la continuidad en las políticas del BCU, enfatizando que las estrategias y metas se mantendrán, incluyendo el objetivo de inflación del 4,5% y el uso de la tasa de interés como principal herramienta de la política monetaria. Asimismo, planea continuar con la no intervención en el mercado cambiario, asegurando que el valor del dólar sea determinado por la oferta y la demanda, y se enfocará en la modernización del sistema de pagos y en la educación financiera.

En sus palabras también agradeció al presidente por “la doble confianza”. Respecto a Labat, fue sumamente elogioso: “Diego, te comprometés, sos consecuente con las metas que te ponés, buscás las soluciones a través del diálogo, no sos egoísta, sos extremadamente generoso y eso te define como una persona confiable, y en tu rol de gobernante sos un gobernante confiable. (…) Ahora te vas en busca de un bien mayor, ojala lo consigas, no puedo expresarme políticamente, pero ojalá lo consigas porque los uruguayos podemos dormir tranquilos de que lo vas a hacer con la misma rectitud”, sostuvo Ribeiro.

Labat es el nombre para ser el futuro ministro de Economía si Álvaro Delgado llega a la presidencia.