Andrés Ojeda: “El problema del contrabando es que es un delito que la gente no ve mal”

El candidato colorado disertó en la Cámara de Comercio y Servicios

El candidato a la Presidencia por el Partido Colorado, Andrés Ojeda, participó el pasado martes como el cuarto invitado del ciclo de “Desayunos Electorales” organizado por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU). Buena parte de la charla se centró en torno a la seguridad pública, un tema de especial interés para Ojeda, quien se dedicó por varios años al derecho penal como abogado. Destacó que su equipo está integrado por personas con “credenciales” en cuanto a formación y experiencia en la materia, tal como Diego Sanjurjo, Jorge Barrera, Gustavo Zubía y Gabriela Fossati.

Ojeda aseguró que la visión de “prevención y represión” es una idea instalada por el Partido Colorado desde el 2019, y afianzada en las mesas interpartidarias del 2023. En cuanto a este enfoque dual del tratamiento de la inseguridad, opinó que la represión tiene un lugar muy importante, pero debe ser equilibrada con la prevención. “La represión es el analgésico, cuando uno lo toma se siente mejor instantáneamente, palia los síntomas. Pero sabemos que, si uno tiene una infección, tiene que tomar un antibiótico. Eso es mucho menos simpático, porque no hace efecto inmediato, es duro para el estómago y demora un montón en ver los efectos positivos, pero es igual de importante”, ejemplificó.

Como medida positiva de la actual coalición de gobierno, mencionó la de los “interruptores”, es decir, la utilización de ciudadanos rehabilitados para la prevención de homicidios vinculados al delito o al narcotráfico. Si bien dijo que hay que “darle tiempo” para medir su efectividad, es una idea novedosa, “la única vinculada a la cuestión puntual de los homicidios”, que se destaca entre otras propuestas del resto de los partidos. Algo que “quedó pendiente” en este período es la mejora de la calidad de trabajo del funcionario policial, que buscará impulsar en un próximo gobierno coalicionista.

“La cárcel es una de las llaves de la seguridad pública, pero no podemos ser hipócritas. La sábana es corta y hay que tomar decisiones políticas todo el tiempo. Si aumentamos el castigo, vamos a complicar la rehabilitación. Pero es una decisión política que creo que la gente ya tomó, se lo pidió a sus gobernantes y se concretó en una LUC que tuvo aumento de penas y restricción de beneficios. Esto implica mayor población carcelaria, más gente presa al mismo tiempo en el mismo lugar, y seguramente en peores condiciones. Es un dato de la realidad, no es una opinión”, manifestó.

Sobre esta base, sumada a que un 70% de los reclusos reinciden en el delito, dijo que el desafío del gobierno que viene será que los reclusos tengan condiciones de dignidad básica. El Ministerio del Interior firmó la construcción de tres nuevas unidades en el Penal de Libertad para paliar el hacinamiento. En este sentido, agregó que también hay que avanzar con la segmentación de los perfiles de reclusos para evitar “contagios” de mal comportamiento y mejorar las posibilidades de rehabilitación. Añadió que con los proyectos PPP (participación público-privada) sería posible privatizar tareas de mantenimiento, lavandería y alimentación, ya que los funcionarios encargados de estas tareas “son muy necesitados en el resto de la cárcel”.

Contrabando

Sobre el delito puntual de contrabando en los departamentos fronterizos, agravado por las diferencias cambiarias y de especial preocupación para la CCSU, dijo que el principal reto para su combate es que la población no lo ve necesariamente como algo malo, aún menos en los contrabandos de pequeña escala para consumo personal. Por esto, el componente represivo no debe ser el único, el gobierno debería concientizar sobre los efectos negativos para “el vecino” con su pequeño comercio y, por lo menos, lograr que no se compren productos contrabandeados. Otra medida sería la de replicar la experiencia en la rebaja de combustibles en los departamentos del litoral, esta vez, con otros productos.

Burocracia estatal

Ojeda habló de desmitificar la idea de que “el Estado y el mercado son enemigos mortales y se pelean todos los días”. A su entender, no se puede concebir a Uruguay sin una salud, vivienda y educación pública fuerte, lo que no es sinónimo de un Estado que estorba. “Acá vos dejás a la gente 10 minutos, te encajan cinco regulaciones y dos comisiones. Es casi como un deporte nacional”, bromeó. Como ejemplos de “sentarse en el medio”, citó al Programa Nacional de Descentralización del gobierno de Julio María Sanguinetti y la Comisión Ejecutiva para la Reforma del Estado, encabezada por Luis Mosca, quien “logró un ahorro que financió la reforma educativa de Germán Rama” y hoy forma parte de su equipo económico. El objetivo de un eventual gobierno colorado sería optimizar los recursos del Estado simplificando procesos burocráticos de forma gradual hasta lograr una reforma estatal.

Ojeda destacó el lanzamiento de la landing page programapartidocolorado.uy, que proporciona el programa de gobierno con subcapítulos “clickeables” para “alentar su lectura” de manera amigable.


“A la política tradicional le llegó su Uber y el que no sube queda en el pasado”

En conversación con CRÓNICAS, Ojeda aseguró que estos últimos meses han sido intensos y de un “aprendizaje vertiginoso”. Una de las lecciones fue cómo la política cambió desde que comenzó a militar para el Partido Colorado.

“La política es otra, la gente es otra. Hay nuevas demandas, nuevas realidades, nuevos problemas. Y aparte, un cambio de época muy grande, que en Uruguay está llegando más tarde que en los demás países del mundo. Lo que tienen en común hoy los presidentes jóvenes no es su ideología, es lo joven y lo nuevo. Si vos mirás a Nayib Bukele, Santiago Peña, Gabriel Boric, Javier Milei, Lacalle Pou, son liderazgos novedosos del siglo XXI. Yo creo que a la política tradicional le llegó su Uber y el que no sube queda en el pasado. Y me parece que Uruguay está, dolorosa y lentamente, transitando ese cambio. Nosotros queremos caminarlo lo más rápido posible”, afirmó.

En caso de una eventual continuidad de la Coalición Republicana, y teniendo en cuenta que “a la seguridad nos vamos a dedicar todos”, comentó que su prioridad será su programa en cuanto a salud mental, que dejaría una “marca indeleble” en Uruguay.