La consultora Exante publicó su última Encuesta de Expectativas Empresariales, realizada entre altos ejecutivos de empresas que operan en Uruguay, donde se registró “un deterioro” en varias de las dimensiones relevadas. No obstante, los movimientos fueron poco marcados o mayormente hacia evaluaciones neutras y no necesariamente negativas. También se observa una elevada aprobación del gobierno, destacándose el manejo de la inflación, el desarrollo de infraestructura, la promoción de inversiones, el desempleo, el crecimiento económico y la situación fiscal. Sin embargo, áreas como la educación, la evolución de la pobreza, la competitividad internacional y la seguridad pública siguen siendo las peor valoradas.
En esta oportunidad la Encuesta de Expectativas Empresariales de Exante tuvo unas 305 respuestas de empresarios, relevadas durante el mes de octubre, en medio de “un clima singular”, debido al “escenario abierto de cara a las elecciones nacionales y con un plebiscito que podía introducir cambios sustanciales en el sistema de seguridad social”.
El informe remarca que en varias de las dimensiones relevadas se observó “un deterioro de las respuestas frente al relevamiento anterior”, que fue realizado en abril. Sin embargo, se aclara que los movimientos fueron poco marcados o más bien hacia evaluaciones “neutras” y no necesariamente negativas. Asimismo, se destaca que “en varios frentes la percepción de los ejecutivos sigue siendo sumamente positiva”.
Menos optimismo
Las expectativas sobre la situación económica y el clima de inversiones son de las que tuvieron deterioros apreciables respecto a las ediciones anteriores. La proporción de quienes consideran que la economía está mejor que un año atrás bajó de 46% en abril a 38% en este relevamiento y la de respuestas anticipando una mejor situación económica el año próximo bajó de 39% a 22%. A su vez, solo 13% de los consultados prevé una mejora en el clima de inversiones dentro de un año, dejando de hecho un saldo neto de respuestas negativo, algo que no sucedía desde 2019.
A pesar de ello, Exante subraya que la evaluación del clima de negocios sigue siendo positiva para la gran mayoría de los altos ejecutivos, con un 89% calificándolo como “bueno” o “muy bueno”. Este porcentaje es igual al máximo registrado en 2022 y a inicios de 2023.
Las expectativas sobre el desempeño de las propias empresas también mostraron un deterioro, aunque menos intenso que para la situación económica general. De hecho, un 51% de los consultados percibe que su empresa está en una mejor posición que hace un año y un 44% espera una mejora durante los próximos 12 meses. A su vez, casi la mitad de los empresarios sigue previendo un aumento de la producción de su empresa en el próximo año y un 45% aguarda un incremento en su inversión.
Por su parte, la percepción sobre la rentabilidad de las empresas también sigue siendo favorable, con el 69% de los ejecutivos calificándola como “buena” o “muy buena” y un 37% esperando un aumento en la rentabilidad para el próximo año. Sin embargo, sigue habiendo preocupación por la presión de costos, siendo ese el elemento más mencionado cuando se consulta por los principales desafíos que enfrentan las empresas.
Variables macroeconómicas
En cuanto al tipo de cambio esperado para dentro de un año, subió a $ 43,1, más de un 6% por encima de lo que los empresarios proyectaban en abril, un comportamiento que puede estar asociado a la apreciación que tuvo el dólar recientemente.
La mayor devaluación esperada vino acompañada por cierto aumento en las expectativas de inflación, en contraste con lo recogido en encuestas anteriores. De hecho, a pesar de que la economía viene operando con una menor inflación que en años previos, el promedio de respuestas para la inflación esperada en 2025 subió de 5,8% en abril a 6,1% en esta edición, al tiempo que para un horizonte de tres a cuatro años permanece muy recostada sobre el techo del rango meta. Además, un 42% ubica a la inflación en ese plazo por encima del techo del rango meta, indicando que las expectativas aún no están plenamente ancladas al objetivo oficial de inflación.
Gestión de gobierno y prioridades
La encuesta de Exante también incluye un relevamiento respecto a la aprobación del gobierno, que en esta oportunidad se ubicó en un 85%, solamente unos puntos por debajo de los máximos registrados durante la pandemia. Al desglosar la gestión por áreas, la mayoría de los encuestados valoró positivamente aspectos como el manejo de la inflación, el desarrollo de infraestructura, la promoción de inversiones, el desempleo, el crecimiento económico y la situación fiscal.
Sin embargo, áreas como la educación, la evolución de la pobreza, la competitividad internacional y la seguridad pública siguen siendo las peor valoradas, aunque es solo la seguridad la que presenta un balance neto de respuestas negativo.
Las áreas no económicas aparecen como las principales prioridades que los ejecutivos consideran esenciales para el próximo gobierno, señalando particularmente la necesidad de mejora de la educación y la seguridad pública. Aun así, más del 95% de los respondientes cree que el próximo gobierno debería “mantener el rumbo” o “hacer algunos ajustes”, mientras que en 2019 predominaba entre el empresariado la noción de que se necesitaba “hacer muchos ajustes” o “cambiar el rumbo”.