Tras el triunfo de Yamandú Orsi, la conducción de la política económica de la nueva administración frenteamplista deberá asumir el próximo 1º de marzo con varios desafíos en el horizonte. Para el economista de Oikos, Pablo Moya, se deberá poner foco en “dos pilares”: la creación genuina de empleo y la dinamización del sector industrial. Por su parte, Jorge Caumont estimó que la mayor dificultad de la actual administración será “tratar de cumplir con lo que se ha prometido” en un contexto de un “acotado” margen fiscal.
Las urnas hablaron el pasado domingo y el resultado, como todos ya saben, es la vuelta del Frente Amplio al gobierno a partir de marzo de 2025. Tras esa resolución, también quedó confirmado que Gabriel Oddone será quien esté al mando del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el encargado de liderar la orientación económica de la administración Orsi.
En este marco, CRÓNICAS consultó a dos economistas de diferentes perfiles, quienes dieron su visión de lo que serán los desafíos que deberá afrontar la próxima administración.
Cumplir promesas
Para el economista Jorge Caumont, la mayor dificultad a la que se van a enfrentar las nuevas autoridades de gobierno será “tratar de cumplir con lo que se ha prometido”. “Veo que es un programa (de gobierno) muy ambicioso en términos de gasto público y la disponibilidad para lograr esos objetivos –que es gastando- es baja”, sostuvo el experto, argumentando que la política fiscal se encuentra “muy acotada”.
Argumentó que el déficit primario (previo al pago de intereses) del sector público es “relativamente alto”, lo que se debe sumar “la financiación de los intereses que se deben pagar por los capitales que vencen, y eso implica una necesidad de fondos muy alta, de entre US$ 5.800 y US$ 5.900 millones por año”. “Es decir que se necesitan fondos altos (…) y eso lleva a que el financiamiento, que puede ser aumentos tributarios o aumentos de la deuda, repercuta sobre la situación macroeconómica”, indicó Caumont. Si es por la vía de impuestos, eso implicaría “menor ahorro, menor inversión y menor empleo”, lo que también repercute a la baja sobre el nivel de actividad. Por su parte, si se hace vía emisión, “la deuda crecerá a un ritmo, como creció en la actualidad, y que ya es significativamente muy alta”.
“La parte de la política fiscal que tiende a contemplar la pobreza infantil, la seguridad y otras cosas, lo que veo es que está complicadísimo para cumplir”, resumió.
Caumont también valoró que la política monetaria podría “agravar los efectos perjudiciales sobre la situación macroeconómica: inflación, nivel de actividad y sector externo de la economía”.
“Tenemos las dos políticas que se usan -además de la cambiaria- para regular la actividad económica del país, que están comprometidas. Encuentro dificultades para cumplir lo que se ha prometido tanto por este gobierno (electo), como por el adversario electoral (la Coalición Republicana) si hubiese ganado”, valoró.
Asimismo, sostuvo que la política macroeconómica no sólo está afectada por aquellos instrumentos para llegar a los equilibrios básicos, que son estabilidad económica, crecimiento y problemas en el sector externo, sino que también se ve influida por “ejecuciones microeconómicas, de cosas tales como las negociaciones salariales -que no se si serán como hasta ahora o serán más exigentes-, como disminuir horas de trabajo”.
Con respecto a qué debería continuarse por la administración de Orsi, Caumont señaló que se debe mantener “el deseo de abrir la economía para crecer más”.
Empleo y política industrial
Por su parte, el economista Pablo Moya, socio de la consultora económico-financiera Oikos, puso el foco en “dos pilares” que debería priorizar la próxima administración: la creación genuina de empleo y la dinamización del sector industrial.
“Uno de los principales problemas es tratar de sostener una genuina generación de empleo. Lo que hemos visto según los datos es que hubo una recuperación del nivel de actividad, el desempleo se mantiene estable, y la tasa de actividad y empleo muestran problemas para crecer”, analizó el experto. En su opinión, es necesario “ver las causas de por qué no se está generando empleo genuino y permanente”.
En cuanto a la necesidad de dinamizar el sector industrial, Moya argumentó que en los últimos años el entramado industrial, lejos de expandirse, se contrajo, lo que ha generado el cierre de empresas.
“El gobierno debería generar una política clara a nivel industrial. No han habido acciones concretas de una política de apoyo al sector industrial, sí hubo algunas medidas, pero no una política”, sostuvo el economista, agregando que ello se trata de “un debe no solo de este gobierno, sino de otras administraciones”.
Consultado respecto a qué debería mantenerse de la actual conducción económica, Moya sostuvo que existen algunas “líneas de gestión que pueden definirse como políticas de Estado”, y mencionó como ejemplos el manejo de la deuda pública, la regla fiscal y la inflación. “Son pilares que este gobierno, entiendo, va a continuar. La regla fiscal se implementó en este gobierno, pero es la continuación, de alguna manera, de una mirada de los equipos económicos anteriores y también de la mirada del nuevo ministro”.
En materia de política cambiaria, monetaria y fiscal, tampoco se esperan grandes cambios. “Quizás en el resultado fiscal al principio puede haber algún apartamiento para atender alguna necesidad social que ha estado en el discurso del futuro gobierno. Habrá que ver cómo se maneja y cómo lo gestiona en función de los recursos”, sostuvo Moya.
Si bien recordó que Oddone ha dicho que no quita la potestad de generar nuevos impuestos o incrementar los actuales, interpretó que la carga impositiva ya es lo suficientemente pesada como para incrementarla más, lo que pega por la competitividad y el costo país. “Si existe (un ajuste tributario) será por algo muy puntual y/o algo extremo”, indicó.
Inflación con tendencia al alza
Para Jorge Caumont, la inflación se mantendrá “por un tiempito” dentro del rango objetivo fijado por las autoridades, oscilando entre el 5% a 6%. Sin embargo, pensando en el año próximo, espera un leve incremento estimando un nivel de precios en la economía que sea “un poco mayor al 7%”. “Más para adelante no animo a estimar”, indicó.
En cuanto al nivel de actividad, Caumont sostuvo que “este año va a terminar bastante bien”, mientras que para el 2025 “a lo sumo terminará como este año, o menos”.
“Viraje a la izquierda es relativo”
Al momento de analizar los cambios que traerá la vuelta del Frente Amplio al Gobierno en marzo de 2025, Moya indicó que “mayormente a nivel internacional se generan mantos de incertidumbre” al interpretar que se trata de “un cambio de derecha a izquierda” y haciendo comparaciones con otros países de la región, lo que puede “generar dudas sobre los agentes económicos”. Sin embargo, el economista de Oikos subrayó que en Uruguay esos cambios “no son bruscos” puesto que “existe una institucionalidad muy fuerte, un sistema político muy fuerte y un sistema jurídico muy fuerte”, que terminan “encorcetando las potencialidades de esos cambios”.
“Ese viraje a la izquierda es relativo, así como lo fue el cambio a la derecha”, resumió.