Argentina: “Lo peor de la crisis ya pasó” y efecto Trump puede tener “implicancias positivas”

PIB caería 3,8% en 2024 pero se recuperaría 5,5% en 2025 a impulso del consumo y la inversión

“La recuperación de la actividad y el buen entorno financiero, en un marco de equilibrio fiscal y disciplina monetaria, dan cuenta de que lo peor de la crisis ya pasó”, señala el banco BBVA en su último informe Situación Argentina. Se destaca que la sociedad mantiene el apoyo al gobierno, lo que le da margen para abordar los desafíos macroeconómicos del país. Además, interpreta que el país se podría beneficiar del viento a favor de la gestión de Donald Trump que tendría implicancias positivas para Argentina en el corto plazo.

En su informe Situación Argentina, BBVA Research, el área de investigación y análisis de la entidad financiera, destaca que la sociedad argentina mantiene en términos generales altos niveles de aprobación al gobierno de Javier Milei, al tiempo que se genera un repunte de la confianza de los consumidores, llegando incluso a valores cercanos a su promedio de largo plazo.

En cuanto al desempeño fiscal, se comenta que en 2024 se registró un comportamiento “superior a las expectativas”, que basado en una fuerte reducción del gasto logrará un superávit fiscal primario de 1,7% del PIB y un equilibrio en el resultado financiero. Para el año próximo, se proyecta que se repetirá el equilibrio fiscal total, fundamentalmente por una mejora en los ingresos.

Por otra parte, se destaca que desde que asumió el actual gobierno, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) no ha emitido pesos en términos netos para asistir al Tesoro Nacional. “El esquema monetario vigente de control estricto de la ‘Base Monetaria Ampliada’ permitió un proceso de remonetización de la economía mediante demanda genuina de dinero”, señala el informe.

En cuanto a la inflación, se indica que en octubre continuó desacelerándose perforando el aumento de 3% mensual, aunque con una diferente dinámica para los precios de los bienes respecto a los servicios. El BBVA proyecta que este año la inflación cerrará en 120%, mientras que en 2025 bajaría a un 35% (con un balance de riesgos sesgado a la baja), mientras continúan reacomodándose los desequilibrios remanentes de precios relativos. Cabe recordar que en 2023, la inflación en Argentina fue de 211%.

El mantenimiento del “crawling peg” (o devaluación administrada) de 2% mensual durante todo el año reforzó el proceso de desinflación, al costo de ralentizar la acumulación de reservas por parte del BCRA. En tal sentido, se espera una gradual flexibilización del mercado cambiario a lo largo de todo 2025.

Actividad económica

En cuanto al desempeño de la economía argentina, el informe destaca que luego de superada la recesión en el segundo trimestre de 2024, la actividad económica del país mostró mejores datos a los esperados en el tercer trimestre del año, con una “incipiente recuperación de los salarios reales”. De esta forma, este año el Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina cerraría con una contracción de 3,8%, para recuperarse el año próximo llegando a un crecimiento de 5,5%, a impulso principalmente del consumo y la inversión.

A la recuperación de las exportaciones del sector agrícola se sumó el superávit comercial del sector energía. Además, se destaca que en 2024 la balanza comercial total de bienes alcanzaría un superávit de US$ 17.600 millones, mientras que para 2025 se proyecta un resultado positivo de US$ 14.200 millones.

Pese al panorama alentador, el informe advierte por “riesgos potenciales de mediano plazo”, los cuales se concentran en la posibilidad de que un deterioro de la aprobación del gobierno que termine por obstaculizar el mantenimiento del equilibrio fiscal-monetario, y de un aumento de tensiones cambiarias ante la demora en la flexibilización de controles de capitales. No obstante, se asegura que ambos “son escenarios de baja probabilidad”.

El efecto Trump

Por otra parte, el documento analiza qué implicancias podría tener para Argentina la vuelta de Donald Trump a la presidencia de EEUU, evaluando que los efectos netos son positivos para el país en el corto plazo, aunque podrían ser negativos a mediano y largo plazo.

Desde el punto de vista de la actividad económica, se indica que la alineación de Argentina con EEUU, incluyendo su menor preocupación por el cambio climático, podría acelerar los flujos de inversión hacia sectores como energía y minería, que serán actores importantes en la recuperación de la actividad en los próximos años.

Por otra parte, se entiende que Trump podría acelerar un acuerdo con el FMI que incluya fondos frescos (y probablemente una salida gradual del cepo), lo cual contribuiría “a bajar el riesgo país, a que el Tesoro vuelva a colocar deuda en el mercado global y a un mayor flujo de capitales al país”. No obstante, se advierte que “estas mejoras serían parcialmente compensadas por los menores precios de las materias primas y el fortalecimiento del dólar”.

En materia de inflación, el nivel de precios seguirá bajando por el ancla fiscal y el endurecimiento monetario, al tiempo que las menores tensiones cambiarias por la “alianza estratégica” contribuirán a reducir las expectativas de depreciación y, por tanto, las expectativas de inflación.

Por otra parte, se advierte que un escenario de tasa de interés de la Fed más alta generaría mayores pagos de deuda por intereses, lo que impondría presiones sobre mayores recortes del gasto primario para mantener el equilibrio fiscal total.

En una mirada de mediano y largo plazo, se advierte que una inflación más elevada esperada para EEUU por la expansión fiscal esperada, llevará a la Fed a tener tasas de interés más altas, dando mayor fortaleza al dólar, lo que aumentará el costo de financiamiento, profundizará la depreciación de las monedas regionales y le agregará mayor presión al comercio exterior por commodities más baratos.


“El balance de riesgos se ha deteriorado”

El informe del BBVA también realiza un análisis de la coyuntura internacional, destacando que la inflación mundial ha seguido cayendo, en parte por menores precios del petróleo y el exceso de oferta en China, pero el crecimiento y la inflación núcleo se mantienen resilientes. Esta situación, y las expectativas de que las políticas de Trump impulsen la inflación y el riesgo fiscal, ha sostenido los rendimientos soberanos de EEUU y el dólar.

Por otra parte, como el nuevo gobierno de EEUU subiría los aranceles, mayormente a China, se prevé que el crecimiento caiga de 2,7% en 2024 a 2,1% en 2025 en EEUU, y de 4,8% a 4,1% en China, donde nuevos estímulos ofrecerán cierto alivio. En la eurozona, el proteccionismo contribuirá a que el crecimiento siga bajo: 0,8% en 2024 y 1% en 2025.

La inflación aumentará en EEUU, pero seguirá contenida en la eurozona y China por los efectos de una demanda más débil y menores precios del petróleo. Por ese motivo, habrá menos margen para flexibilización monetaria en EEUU, donde las tasas alcanzarían 4% en 2025 y 3% en 2026, pero hay mayor espacio para recortes en la eurozona y China.

Por último, se advierte que “el balance de riesgos se ha deteriorado”. “La incertidumbre es alta, pero las políticas comerciales y migratorias del nuevo gobierno de Trump, sumadas al aumento de tensiones geopolíticas, podrían afectar la oferta global. Políticas fiscales expansivas podrían intensificar las presiones al alza sobre la inflación y las tasas de interés”, señala el documento.