“El gobierno electo deberá definir qué quiere hacer con la seguridad social antes de convocar un diálogo”

EN LA CORTE

Alfredo Cabrera, presidente del Banco de Previsión Social

Cabrera, en entrevista con CRÓNICAS, resaltó que el balance de su gestión se puede resumir al decir que ningún uruguayo dejó de cobrar una prestación durante el período de la pandemia. A su vez, referido a los dichos de Fernando Pereira respecto de que el Frente Amplio (FA) iba a buscar un modelo de ahorro provisional “sin lucro”, destacó que el ministro de Economía designado, Gabriel Oddone, “dijo lo contrario” y que “cree en la administración de los fondos previsionales por gente idónea”. En este sentido, agregó que el gobierno electo deberá definir qué hacer con la seguridad social antes de convocar un diálogo.


Menú: En la cava de La Corte, el entrevistado degustó salmón salvaje de Alaska con crema de limón y mix de verdes, que acompañó con agua sin gas. De postre, optó por la torta mousse de dulce de leche y, para extender la sobremesa, pidió un café.


Por Mateo Castells | @teocastells

-¿Cuál es el balance de su gestión al frente del BPS?

-El balance de esta gestión se puede resumir al decir que ningún uruguayo dejó de cobrar una prestación durante todo el período de la pandemia. Referido a mi gestión, el Directorio que presidí trató de ejecutar un plan estratégico que se definió en el primer año y creo que fuimos exitosos en la mayoría de los objetivos que nos planteamos. El BPS hoy es un banco que, tomando como punto de referencia el período, da más prestaciones, tiene récord de cotizantes y se realizó la reforma del área de salud, que es un logro que trasciende a esta administración, donde se creó la Dirección Técnica de Salud, entre otras cosas. Esta suma de logros permite que el BPS tenga un rol definido dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), que cuando llegamos no lo tenía. Otro logro importante tiene que ver con la revisión del sistema de soluciones habitacionales, la creación del subsidio de alquiler como nueva prestación para aquellas personas que estaban esperando una vivienda y que fue muy exitoso, porque casi el 40% de quienes estaban esperando una vivienda la obtuvieron en lo que va de este año. En el medio de todo esto hicimos una reforma, que en términos de gestión es un logro muy importante, porque implicó crear equipos especiales con casi 200 personas trabajando para ello. 

-Fue testigo de primera línea y uno de los protagonistas de la reforma que impulsó este gobierno. ¿Cómo evalúa su implementación?

-La implementación fue muy exitosa y ningún sistema cayó en el cambio que hubo que hacer. A dos años de la reforma implementada, creo que en aquellas prestaciones que eran de aplicación inmediata hubo éxito y hay casi un 50% más de prestaciones no contributivas de vejez e invalidez, por haber flexibilizado la forma de análisis de los ingresos de los familiares convivientes o no convivientes, donde hay un crecimiento muy importante de las prestaciones. Hay un crecimiento en las prestaciones por cuidados, que no existían y que esta reforma creó, y hay unas 3.000 personas utilizando el mecanismo de coexistencia de trabajo y jubilación de envejecimiento activo. En definitiva, en la previsión del corto plazo, la reforma ha otorgado más beneficios a las personas que estaban en situación de empezar a recibirlos. En el mediano y largo plazo, la reforma tiene que operar. En ningún momento se hizo una reforma de un día para el otro, sino que se buscó expresamente que fuera un proceso gradual y a largo plazo, para lo que se establecieron 20 años de transición. En los grandes números, tenemos que dejar que transcurra el tiempo para llegar a los objetivos planteados. Terminar con el déficit nunca estuvo dentro de estos, porque sería imposible. El objetivo fue mantener el gasto dentro de niveles manejables para las futuras generaciones.

-Hubo muchas disonancias sobre esta reforma en la interna de la coalición y el texto original de Saldain sufrió modificaciones en pilares clave. ¿Le hubiera gustado que se aprobara ese texto original?

-La reforma, entre lo original y lo aprobado, sustancialmente es muy similar. Naturalmente, lograr un proceso como se hizo es sumamente virtuoso. Tuvimos una comisión de expertos, donde se escucharon a todas aquellas delegaciones y actores sociales que quisieran opinar, tuvimos también la etapa de las conclusiones y la etapa de la elaboración del proyecto de ley, con su posterior presentación a los socios de la coalición y de la oposición, para luego tomar estado parlamentario. Se puede compartir o no el texto final de la reforma, pero no es razonable afirmar que no fue un proceso en consulta con todos los personajes, porque todos opinaron y muchas objeciones se recogieron.

-La Organización Nacional de Jubilados y Pensionistas (Onajpu) manifestó que el presidente no los recibió, algo que también resaltó Yamandú Orsi. ¿Esto no va en contra de lo que usted dice?

-No, porque Onajpu sí opinó en la comisión de expertos y en la discusión parlamentaria. Cuando Onajpu plantea que el presidente no los recibió, lo hace desde un lugar que no es el de la reforma de la seguridad social, me parece a mí, sino desde el punto de vista de un gremio que pidió una entrevista con el presidente y no se le otorgó esa posibilidad. Vale la pena aclarar que Onajpu dejó en libertad de acción a sus afiliados con el plebiscito del PIT-CNT y no tomó partido.

-Que se hayan juntado 430.000 firmas, de las que después se validaron 277.000, para promover una reforma de la seguridad social, y que el 38% de la población haya apoyado esta iniciativa, ¿es síntoma de que hay algo que está mal con la actual reforma?

-El primer dato de todo el proceso de juntada de firmas, plebiscito y resultado, es la confirmación de la validación de toda la población del sistema multipilar. Se le propuso a la gente terminar con el ahorro individual y la gente no lo aceptó. Uruguay tiene un sistema en línea con las mejores recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Nosotros estamos en el buen camino, con un sistema que cuenta con un pilar de reparto tradicional y con pilares de ahorro privados a la vez. La demografía en Uruguay no admite un sistema de reparto puro, porque la relación de activos-pasivos lo hace inviable. Entonces, en un plebiscito donde se le planteó a la gente jubilarse antes, ganar más y derogar las AFAP, cosas sumamente atractivas en términos de discurso, la gente actuó con mesura y con calma, y valoró mantener un sistema que siempre es mejorable.

-¿Y en qué puntos cree que es mejorable?

-Todos los aspectos no sustanciales son mejorables. Una discusión que se dio en el proceso de esta reforma fue sobre cuál era el rango límite para las inversiones de las AFAP, donde hubo polémica. Esto es algo que siempre puede estar en debate y se puede cuestionar hasta dónde se puede invertir o por qué no obtener mayor rentabilidad sin perder seguridad.

-¿Cuál es su postura al respecto?

-Cualquier inversión que garantice una seguridad lógica y permita mejorar la rentabilidad, debería ser analizable. Lo que se generó fue una polémica, que era falsa, que fue que con nuestra plata obtienen ganancias, y en realidad, la inversión del fondo previsional no es ganancia para el administrador del fondo, es ganancia para el titular de la cuenta que ve incrementarse su ahorro. En definitiva, no gana el administrador en el crecimiento del fondo. Y ahí había un discurso que era equivocado y falso. Mucha obra pública en Uruguay se realiza con inversiones de las AFAP.

-Fernando Pereira dijo, en entrevista con este medio, que el FA iba a ir por un modelo de ahorro provisional sin lucro. ¿Cree que eso va en contra de la génesis de esta reforma?

-El ministro de Economía designado ha dicho exactamente lo contrario y dijo que cree en la administración de los fondos previsionales por gente idónea y con formación técnica. Habría que ver qué se entiende por lucro. Razonablemente, cualquier persona o institución que administre el fondo va a cobrar por ello y nadie lo va a hacer gratis. La afirmación del lucro no deja de ser un eslogan de campaña que no se corresponde con la realidad. Si los fondos los administrara el BPS, tendría un costo y la persona que administra ganaría dinero. Ese me parece un argumento más de tipo eslogan de campaña.

-¿Y qué espera que haga el FA cuando convoque a un diálogo para abordar la seguridad social, como ha dicho que va a hacer?

-No lo sé. Los discursos y comentarios que se conocen ponen énfasis en áreas distintas y no es lo mismo lo que dice, por ejemplo, Fernando Pereira, que lo que dice Gabriel Oddone. Me parece que el gobierno electo deberá definir qué quiere hacer con la seguridad social antes de convocar un diálogo, porque no me resulta claro cuál es el camino que se propone. 

-¿Cree que la seguridad social se politizó por demás?

-La seguridad social es un tema sumamente técnico y, a la vez, sumamente político, porque se trata de las personas y tiene consecuencias inmediatas en ellas. Si se vuelve a mirar el proceso uruguayo, en el mismo momento que se hizo la reforma, Francia hizo la suya y las calles estuvieron ocupadas y con grandes movilizaciones, algo que Uruguay no tuvo. Por eso, aun cuando no se comparta el resultado final, el proceso fue virtuoso, donde todos pudieron dar su opinión y se votó por mayoría.

-Pero no todas esas opiniones fueron tomadas en cuenta.

-No todas, muchas sí. Hubo opiniones del PIT-CNT que se recogieron, por ejemplo. Un planteo que se hace puntualmente es que no se escuchó a todos, asimilando escuchar a aceptar lo que se propone, que en definitiva son cosas distintas. Todas las posiciones se escuchan, después hay mayorías y minorías que toman decisiones, como en cualquier actividad.


“La Caja de Profesionales requiere que el gobierno que asuma tome medidas inmediatamente” 

-¿Cómo analiza la situación de las cajas paraestatales?

-La Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias (CJPB) tuvo su ley, que llevó a que su gremio tuviera reparos al plebiscito planteado en la última elección, porque desarmaba el camino que la CJPB hizo. La Caja de Profesionales no logró recorrer el mismo camino porque la ley que se envió en su momento no tuvo los votos necesarios. Es obvio que la Caja de Profesionales requiere que el gobierno que asuma tome medidas inmediatamente, porque es la que tiene mayores complicaciones. Uno de los temas que quedó sumido en la discusión del plebiscito sobre la vieja discusión de cajas y beneficios diferentes fue algo que la Ley 20.130 empezó a corregir. Uno de los grandes objetivos de la reforma fue que cada peso valiera lo mismo independientemente de en qué caja se aplicara, inició un proceso que todo Uruguay había dicho que era necesario y que en toda esta última discusión quedó en el camino.