Carmen Sánchez: “Las mipymes son el 99,5% de las empresas, pero generan el 23% de las ventas, lo que muestra la brecha de productividad”

ENTREVISTA

Carmen Sánchez, presidenta de ANDE

La presidenta de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) destacó, en entrevista con CRÓNICAS, que en estos cinco años de gestión se multiplicó por dos veces y media el presupuesto y por cuatro la cantidad de beneficiarios respecto del período anterior. A su vez, dijo que hay que pensar en incentivos tributarios para que las mipymes puedan incorporar mayor tecnología y que aquellas empresas, dentro de este segmento, que no se profesionalicen, estarán presas del mercado interno y local, debido a los altos requerimientos que requiere exportar o integrar cadenas productivas de productos exportados.

-¿Qué balance hace de su gestión al frente de ANDE en este período?

-Uno de los primeros objetivos cuando asumimos era poder potenciar a la Agencia, poder llevarla a todo el país y llegar a una mayor cantidad de beneficiarios. Considerando que estos eran los objetivos cuando asumimos, más allá de lo que implicó el primer subsidio que hubo que dar con la pandemia, después pudimos empezar a trabajar en temas que realmente nos interesaban y estamos terminando cinco años de gestión con una ANDE que es reconocida, de alguna manera, como la agencia de las mipymes. Muchas cámaras empresariales, personas del sector político y los medios, recurren a ANDE para buscar información o para hablar sobre la política de mipymes, y creo que eso es parte de lo que fueron nuestros principales objetivos, al posicionar a la agencia. En estos cinco años hemos multiplicado dos veces y media el presupuesto respecto del período anterior y hemos multiplicado por cuatro la cantidad de beneficiarios. Vamos a estar cerrando los cinco años habiendo llegado a 150.000 beneficiarios con distintos tipos de apoyo, como crediticios o asistencias técnicas. También, concluimos con una presencia muy importante en todo el país, con 24 centros pymes en todo el territorio nacional, lo que nos ha permitido estar en más de 300 localidades de todo el Uruguay y, entonces, también hemos cumplido con el objetivo de descentralizar nuestra labor y que los instrumentos de ANDE puedan llegar a todo el país. Considerando estos indicadores, estamos muy satisfechos con el trabajo realizado.

-¿Qué cosas quedaron en el tintero?

-Más que en el tintero, creo que hay algunas cosas que exceden lo que es estrictamente objetivo y refieren al cometido de ANDE, pero que todavía hay que seguir trabajando el sector de las mipymes. Sin dudas, el tema de la desburocratización de los trámites es un objetivo que tenemos que seguir trabajando. Desde ANDE hemos abordado este tema, pero hay trámites que exceden lo que es la tarea de la Agencia. Al menos, hicimos un trabajo muy intenso en cuanto a todos los trámites que se necesitan para abrir un comercio, de cualquiera sea el sector. Por lo pronto, tenemos un listado de cuáles son esos trámites, que realmente son muchos y entiendo que esto es un primer insumo para empezar a trabajar y, de alguna manera, era el objetivo cuando hicimos este trabajo de pensar por dónde encarar el tema de desburocratizar, de reducir tasas y de sacar trámites que se duplican. Me parece que es un tema que quedó pendiente y creo que hay que seguir trabajando y profundizando en todo lo que es la digitalización de las mipymes. Nosotros tuvimos el programa Modo Digital, que contó con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que después de que despegó y que se tornó más conocido, fue muy valorado y tuvo muchos casos de éxito, aunque es insuficiente para abordar este tema y es algo sobre lo que hay que seguir profundizando. Después, en el sistema financiero, aún hay mejoras para hacer. El culto al sistema de garantías, que se dio en esta administración fue muy importante, pero hay que buscar otras soluciones para que las mipymes se puedan seguir financiando.

-¿La alta carga burocrática es un lastre para las mipymes? 

-Yo creo que sí. La cantidad de trámites para abrir una empresa realmente es una traba al momento de formalizar. Si una persona va a poner una panadería y quiere colocar tres mesas afuera, lo consideran como un comercio gastronómico y esa persona deberá hacer no menos de 10 trámites distintos. Por poner tres mesas afuera se genera todo eso. Realmente es complicado y yo creo que es una traba para las empresas al momento de formalizar. 

-¿Es algo que queda pendiente? ¿Por qué no se profundizó en este período?

-Fue algo en lo que estuvimos trabajando y fue un tema que nos propusimos trabajar en profundidad. Álvaro Delgado mencionaba en el segundo piso de transformaciones estos aspectos. Creo que se hicieron algunas cosas, como los 24 centros Pyme y la intención de conocer la realidad de cada una de las zonas del país que tienen distintas realidades en todas las localidades. Comenzamos a avanzar en este proceso, no se pudo hacer todo en tres años, porque en los primeros dos nos abocamos en atender a las mipymes durante la pandemia y a partir del 2022 empezamos a trabajar en otra serie de propuestas que había que encarar. Faltó tiempo, sin dudas, para poder seguir desarrollando políticas.

-¿Cuál cree que es el lugar que tienen hoy las mipymes en el país respecto de las multinacionales?

-Nos hemos cansado de decir la importancia que tienen las mipymes en el tejido empresarial del país, que representan el 99,5% de las empresas y el 65% del empleo. La realidad, es que cuando se va a ver la generación de valor agregado que realizan estas empresas, se ve que está muy por debajo de la dimensión que tiene el conjunto de mipymes. Son el 99,5% de las empresas, pero generan poco más del 23% de las ventas totales, donde hay una brecha de productividad enorme. Y en esta brecha de productividad es donde termina jugándose el partido de cuando vienen las multinacionales y avasallan con tecnología de punta, gestión post resultado y personal altamente calificado. Y eso es lo que les está jugando a las mipymes al momento de buscar ser más productivas y tener mayor eficiencia. Lógicamente, si viene una inversión de una multinacional con mucho capital y siendo mucho más moderna, las termina pasando por arriba. Por eso hay que trabajar mucho en las debilidades estructurales de las mipymes. Se puede trabajar en los temas burocráticos o dar financiamiento en momentos de crisis, pero eso no soluciona los problemas de fondo de las mipymes. El problema de fondo de las mipymes es la productividad y la digitalización, y la incorporación de tecnología es uno de los caminos para que puedan ser más productivas. Ahí es dónde hay que apostar. Si no trabajamos para que el valor que aportan a la economía sea mayor, vamos a seguir teniendo mipymes débiles como hasta ahora.

-¿Es necesario incrementar los incentivos para que las mipymes puedan desarrollar esa tecnología que usted menciona?

-Creo que sí. Hay que trabajar, sobre todo, en sensibilizar sobre la importancia que tiene la tecnología. Porque con el programa Modo Digital había incentivos. Quizá no había incentivos tributarios que dieran exoneraciones de impuestos a cambio de incorporar tecnología, pero sí había incentivos desde el punto de vista de los subsidios para la incorporación de tecnología. Pasó que, en los primeros meses del programa, las empresas no accedían porque no entendían de lo que estábamos hablando o porque no creían que estaba destinado para ellos o porque era muy costoso. Entonces, uno de los aprendizajes que quedan de este programa es que la sensibilización respecto de la tecnología y la digitalización es muy importante, que es el canal por donde va a pasar todo de acá en más. Es casi como subirse al tren o quedarse abajo. En este apartado hay que trabajar mucho. Quizá haya que pensar en incentivos tributarios para que las mipymes puedan incorporar mayor tecnología. Pero, sin dudas, primero está el sensibilizar y demostrar que es muy importante para estas empresas y cómo eso les puede hacer la diferencia en términos productivos.

-Las mipymes, como usted mencionaba, generan el 65% de la mano de obra del sector privado. ¿Cree que esto está contemplado a nivel de gobierno?

-Son empresas, en muchos casos, intensivas en mano de obra porque no tienen mucha tecnología y en muchos casos todo lo que hacen es con mucha mano de obra. Son empresas que nuclean, cómo máximo, cuatro personas y el 85% son micro empresas. Entonces, hay una masa muy grande, pero de empresas que ocupan poca gente y es ahí donde ocurre esa diferencia entre el 99,5% y el 75% de la mano de obra. De todas formas, es un número altamente significativo para lo que es todo el empleo del sector privado. Se ha avanzado en trabajar en Consejos de Salarios, pero, lamentablemente, no fue compartido por todos los sectores. El sector de trabajadores en los Consejos de Salarios muchas veces no estuvo de acuerdo en aprobar el descuelgue salarial para las pequeñas empresas o para aquellas que estaban en el interior del país, que tienen realidades y costos totalmente diferentes. Muchas veces es una empresa de tamaño mediano, que cuenta con 40 o 50 trabajadores, está representada por un sindicato que va a negociar un sueldo, y es la misma escala salarial que va a tener que pagar un empresario que tiene un kiosquito en Artigas. Entonces, las realidades son distintas y hay que atacarlas. Eso se planteó desde el gobierno y me consta que el Ministerio de Trabajo ha actuado en este sentido.

Recuadro

“Aquellas mipymes que no logren profesionalizarse van a quedar presas del mercado interno y local”

-¿Cómo impacta en este segmento la dificultad de tener que vender en el mercado interno, siendo que muy pocas mipymes exportan?

-Cuando pensamos que para las mipymes es muy difícil exportar y que terminan vendiendo siempre en el mercado interno, es algo cierto, pero también es algo antiguo. Porque muchas veces las mipymes son proveedoras de empresas exportadoras. No exportan por sí mismas, pero sí integran una cadena valor que termina en un producto que es exportado. Entonces, volvemos al tema de la calidad y la productividad. Las mipymes que pueden insertarse en una cadena de valor que termina exportando un producto, tienen que contar con determinados estándares de calidad y determinada productividad. Aquellas mipymes que no logren profesionalizarse, van a quedar presas del mercado interno y del mercado local.