“No logramos ofrecer futuro y no le pusimos contenido al segundo piso de transformaciones”

EN LA CORTE

Rodrigo Goñi, diputado del Partido Nacional 

Pasada la elección nacional, la autocrítica de la derrota electoral de Goñi es que no lograron ofrecer futuro y que se centraron en lo que hicieron, pero que les “faltó proyectar” hacia adelante. Así lo dijo en entrevista con CRÓNICAS, en la que además afirmó que es “urgente” que la coalición consolide su funcionamiento y pueda tener ámbitos de discusión sistemáticos. Por otro lado, el diputado agregó que su expectativa es que el gobierno de Orsi no modifique ninguno de los “grandes avances” de esta administración y fue muy crítico con Juan Castillo, quien será el próximo ministro de Trabajo.

Por Mateo Castells

Menú: El entrevistado eligió de la carta de La Corte salmón salvaje de alaska con crema de limón y mix de verdes, que acompañó con Coca-Cola light. De postre, optó por helado de crema y chocolate, además de un café.

-¿Qué autocrítica realiza de la derrota electoral?

-Que no logramos ofrecer futuro, nos faltó futuro y promesa. Nos centramos en lo que hicimos, que era muy bueno, pero nos faltó proyectar lo que veníamos haciendo, hacia adelante y con promesas concretas. No le pusimos contenido al segundo piso de transformaciones. Por ejemplo, en vivienda, ¿qué iba a significar? ¿En costo de vida? ¿Y en educación? No lo pudimos transmitir y eso, de alguna forma, fue la gran razón por la que perdimos la elección.

-¿Y a qué se debe eso? ¿Mala comunicación? ¿Estrategia equivocada?

-Nos fuimos enamorando de lo que habíamos hecho y, cuando uno se enamora, no ve toda la película. Y en ese enamoramiento, nos faltó enamorar a la sociedad de lo que íbamos a hacer. Ahí está la raíz de toda una campaña que no fue exitosa.

-¿Qué otros errores cometieron?

-Después puede haber otros errores, porque las causas son múltiples en cualquier orden de la vida. Pero, para mí, la causa principal fue esa. Nos faltó promesa y ofrecer futuro.

-¿Y cuál es el sentido que tiene conformar una coalición siendo oposición?

-Es tan importante como cuando éramos gobierno. Hoy no podemos hacer una buena oposición si no estamos en coalición. La única forma de ser una buena oposición es tener una fuerza poderosa para poder controlar, proponer e incidir en el gobierno. Si los partidos vamos por separado, nuestra incidencia en estos tres rubros va a ser menor que si estamos en un único bloque. La principal tarea que tenemos los partidos que no ganamos es hacer una buena oposición. Y para ello, necesitamos ser coalición. 

-¿A qué se refiere con ser una buena oposición? Es muy subjetivo eso.

-La clave está en representar. Un partido político que es oposición debe representar a la ciudadanía que no está en el gobierno y eso significa controlar que el poder, que es de todos, se ejerza conforme a la Constitución y que los recursos se administren eficientemente. Acá todo es de todos y el gobierno lo administra, y la sociedad que no votó a ese gobierno tiene el derecho de que sus representantes controlen que ese ejercicio de gobierno, que va a tener una orientación distinta a la que quería esa mitad, se haga bien.

-Dentro de la coalición hay miradas distintas sobre determinados temas que ya tuvieron gravitación mediática y que serán importantes en el próximo período, como el proyecto que busca regular el ingreso a las intendencias o el de la eutanasia. Al ser oposición, ¿cómo se articulan estas diferencias en estos temas que le menciono?

-Es sano y normal que una coalición tenga diferencias, porque por algo es una coalición. Lo importante es que el propósito común y el objetivo principal que vamos a tener como oposición, sea compartido. Por ejemplo, ¿cómo vamos a controlar el ejercicio del gobierno? ¿Vamos a ceder en todo? ¿Vamos a ser complacientes? Si tuviéramos dos miradas distintas sobre cómo ejercer esa oposición, yo creo que nos sería muy difícil ejercer la oposición en coalición. El Partido Nacional (PN), el Partido Colorado (PC), Cabildo Abierto (CA) y el Partido Independiente (PI), sobre economía, seguridad, educación y relaciones exteriores, tienen una coincidencia sustancial, que es diferente a lo que va a hacer el gobierno. Entonces, hay razones sustanciales para que la oposición se haga en una coalición realmente consolidada.

-¿El PN se desmarcaría del PC para apoyar un proyecto de ley del gobierno con el que esté de acuerdo y el PC no?

-No deberíamos. Esa es una de las cosas más importantes. Es urgente que la coalición consolide su funcionamiento y pueda tener ámbitos de discusión sistemáticos, para aunar posiciones frente a grandes proyectos del gobierno. En los grandes temas de gobierno no deberíamos tener posturas distintas, porque si no, la oposición no va a ser eficiente. En temas circunstanciales o puntuales, creo que desacordar no tendría mayor relevancia. De todas formas, deberíamos evitar las diferencias, aun en temas que puedan parecer menores, porque eso desgasta.

-Usted, en su rol de diputado, luego de ver todo lo que propuso el Frente Amplio (FA) en campaña y lo que se plantea hacer, ¿apoyaría propuestas del FA que crea importantes?

-El primero y más importante, que creo que tenemos coincidencias y es algo en lo que se le va la vida al país, es el del lugar y la nueva institucionalidad de la ciencia, la innovación y la tecnología. Tanto los gobiernos del FA como el gobierno de la coalición, no lograron dar los pasos que el mundo de hoy exige en una nueva institucionalidad en estos temas. No solo debemos pensar en más inversión, también debemos pensar en una nueva institucionalidad mucho más y, por qué no, en un Ministerio de Ciencia, Innovación y Tecnología.

-¿Por qué no se impulsó en esta administración?

-Porque fue una de nuestras deficiencias. No hubo una decisión de la coalición de avanzar en este tema, que es urgente. El primer acuerdo que deberíamos hacer es dar un gran paso hacia este tema, para darle mayor espacio y protagonismo, porque es el factor que está liderando el mundo.

-¿Usted plantea abordar este tema antes que la pobreza infantil o la inseguridad?

-Sí. Sin dejar esos temas de lado, que también son urgentes. En la ciencia, la innovación y la tecnología, no hay tiempo que perder y creo que vamos a tener una gran coincidencia. 

-¿Cree que este tema no se politiza, como sí ocurre con la inseguridad, la pobreza o la economía?

-Sí. Pero el mayor problema está en que no se le da la importancia que tiene. Que no haya un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, es un síntoma de la poca importancia que se le da.

-Proponer crear un nuevo ministerio, ¿no va un poco en contra de lo que se propuso en campaña sobre reducir el tamaño del Estado?

-La clave está en adaptar al Estado a las nuevas necesidades. En el caso de los ministerios, hoy hay un área que hasta hace 20 o 30 años no era tan relevante para una sociedad como lo es hoy el tema de la ciencia. Esto no implica más gasto, implica jerarquizar áreas en la decisión del Estado, que hoy no tienen quién los represente. ¿Quién está tomando decisiones hoy sobre ciencia y tecnología? Quizás las agencias ejecutoras, como la ANII o Agesic, pero son ejecutores, no tomadores de decisiones. La mayor jerarquía del Estado debería tener un rol clave para este tema.

-¿Qué opinión tiene del gabinete de Orsi?

-Uno tiene que dar crédito, más allá de que las trayectorias puedan no convencerme en algunos casos.

-¿Como cuáles?

-El Ministerio de Trabajo está en manos de un dirigente sindical que toda la vida promovió el conflicto como el motor del progreso, cuando está demostrado en todo el mundo que hoy la forma de progresar es en colaboración. Pero uno tiene que darle el crédito y ver qué pasa. Aunque en algunos casos no tienen las trayectorias que nos permitan ser muy optimistas, hay que darles un crédito.

-¿Qué espera del gobierno de Yamandú Orsi?

-Si lo miro como un analista, lo veo, en sus inicios, con muchas contradicciones. Antes de empezar, ya tienen muchas contradicciones en el área económica y tributaria. Desde el punto de vista político, mi expectativa es que el gobierno de Orsi no modifique ninguno de los grandes avances que hizo este gobierno: el orden fiscal y el clima de inversión, la transformación educativa y lo que tiene que ver con la reforma social, que fue un primer paso de todos los que quedan por dar.

-Menciona puntos sobre los que el FA ya anunció que va a aplicar cambios. ¿Esto augura un conflicto a nivel político?

-Creo que la coalición se va a poner muy firme en que no haya marcha atrás en estos temas. Yo espero que el diálogo social que convoque para la seguridad social sea una excusa para no hacer ninguna modificación. El antecedente de diálogo social en el FA fue muy pobre en resultados, que fue muy amplio y congregó mucha gente, pero que tuvo resultados concretos mínimos, en el gobierno de Tabaré Vázquez. 


“La prioridad absoluta, si presido la Cámara de Diputados, será incorporar sistemas de inteligencia artificial”

-En caso de que usted presida la Cámara de Diputados, ¿cuáles van a ser las prioridades?

-Si se continúa la tradición que los partidos y los parlamentos han mantenido desde siempre, de que quien encabece la lista más votada presida la Cámara, que en este caso fui yo con la Lista 40, la prioridad absoluta de mi parte, si presido la Cámara, será incorporar los sistemas de inteligencia artificial (IA) más modernos y potentes para la tarea legislativa en tres dimensiones. La primera, en la escucha de los ciudadanos. La IA permite potenciar y brindar una enorme información de lo que piensan los ciudadanos sobre tal o cual tema, de forma dinámica. La segunda es en la legislación. Hoy hay parlamentos en América Latina que están aplicando la IA para generar legislación. Ante un problema, estos sistemas, procesando toda la información recabada y haciendo evaluaciones variadas, proponen fórmulas legislativas, que a veces llevan mucho tiempo. Por último, la tercera dimensión tiene que ver con todo lo que pasa dentro de los parlamentos y poder transparentar a la opinión pública. Hoy ningún ciudadano se va a poner a escuchar un discurso completo de un legislador y tampoco va a ir a buscar qué dijo en 20 minutos. Hoy, los sistemas de IA, en algunos parlamentos, apenas un legislador termina de hablar, pueden hacer un resumen de un minuto.